Hoy hemos estado hablando en Facebook (mientras me dejen) de los salarios en España. Para ponernos en perspectiva vamos a ver cómo estamos en relación a otros países de Europa. Esto lo vemos en el siguiente gráfico, con datos de 2009, que son los últimos que tiene Eurostat (pinchar para ampliar).

Como vemos las disparidades son enormes. Los salarios más altos los tienen los daneses, que además tienen un paro bajísimo y un enorme nivel de actividad. Los más bajos se dan en los países del Este como Bulgaria, Rumanía o Letonia. En Bulgaria son menos de la duodécima parte de los daneses.
En los países con problemas como Grecia o España tenemos niveles salariales sobre el 65-70% de los de Alemania, mientras que Portugal está en el 42%. Llama la atención cómo un país con tan pocas exportaciones e industria como Grecia puede mantener un nivel salarial relativamente alto.

La siguiente tabla nos ayuda a encontrar una explicación.

Como vemos, y a pesar de que los salarios en Alemania son los más altos de los países de la tabla, la masa salarial por habitante de los otros países es aún menor, es decir, que sus habitantes ganan menos y además trabajan menos personas en relación a la población de cada uno.
La diferencia es más acusada en Grecia, Francia y España. Resulta especialmente llamativo que a pesar de ello estos países mantienen elevados déficits en la balanza de pagos, lo que hace prever que la demanda total bajará inevitablemente con el tiempo (en España y Grecia lleva varios años haciéndolo) con las consecuencias inevitables sobre el nivel de empleo y la masa salarial total de la economía.
La diferencia fundamental entre estos tres países y Alemania es la prevalencia de la negociación colectiva en la fijación de salarios que, como vemos, hace que los salarios de los empleados sean relativamente altos en relación a países donde la negociación colectiva tiene menor peso (como Alemania) pero a costa de reducir el nivel del empleo y la masa salarial total del país.
La excepción es Portugal, donde prevalece la negociación colectiva. Sin embargo, puede apreciarse que el nivel salarial en Portugal se ha mantenido muy bajo, lo que explica su bajo nivel de desempleo y alto nivel de actividad a pesar de los grandes problemas de su economía.
En Alemania el abandono parcial de la negociación colectiva no ha conducido a que los salarios se hundan en favor de las rentas del capital, sino a un aumento del nivel de empleo total en relación a otros países y por lo tanto a un reparto más equitativo del empleo y la riqueza.
La consecución de un objetivo prioritario, como es que los salarios de los trabajadores de un país tenga un nivel digno, no se consigue con medidas sencillas como son fijar los salarios al alza. Por desgracia es algo mucho más complejo, que pasa por retirar los privilegios a los oligarquías (en forma de regulaciones y normas favorables a ellos) y por lo tanto abrir los mercados a la libre competencia de las pequeñas empresas. Además es imprescindible un apoyo institucional para fomentar la reindustrialización de estos países en sectores de alto valor añadido. En un mundo que encara una crisis de recursos permanente, el único modo en que un país pobre en recursos como España puede garantizar a sus habitantes un nivel de vida aceptable es mediante el fomento de la eficiencia y el aprovechamiento de estos recursos y la venta a otros países de este conocimiento, bien sea directa o indirectamente, es decir, contenido en los productos que se exportan.