Hoy hablamos sobre la relación entre Valencia C.F. y Bankia, las cifras del IPC que siguen sin moderarse pese a la caída de la masa salarial y los beneficios empresariales, el déficit y la tasa de interés natural y el anteproyecto de Ley de Rehabilitación y las obligaciones que impondrá a las comunidades de vecinos. Con Antonio Espín y José Basauri. Conduce Juan Carlos Barba.
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Interesantísimo debate. Coincido con Espín con la idea de que en Espana, para la mayoría de la gente, la defensa de lo público es la defensa de la plaza ganada en oposición. Me gustaría creer como Juan Carlos, que la mayoría de la gente lo que quiere es evitar que lo público caiga en manos de golfos, pero desgraciadamente, el 95% de los funcionarios que conozco y con los que he trabajado, lo único que entienden por sector público es el derecho a disfrutar de unas prebendas de por vida sin atender a si esas prebendas son sostenibles o no. Que levante la mano el que no haya oído 1 y 1000 veces la siguiente frase “Pues entonces haz tú oposiciones y gánate una plaza”. Por otro lado, entiendo que a las personas nos gusta centrarnos en debates macro, pero para mí, la anécdota que comentaba Juan Carlos del gitano y el policía, tiene mucha más trascendencia que las chorradas que pueda decir Solbes o Pizarro, porque, de qué sirve que la persona que dirige tenga mejores o peores intenciones cuando es la sociedad la que está podrida? Al policía quien lo elige? Nadie. Al funcionarucho de turno que llegó a buscar cómo multar a Juan Carlos quien lo elige? Nadie. Quien pone las normas para que ese funcionario sea un HDLGP que va a chupar la sangre de Juan Carlos? Otros funcionarios o policías que buscan vivir del momio y se protegen entre ellos. Cuando el policía le contesta a Juan Carlos “a mí eso no me interesa”, no está dando esa respuesta porque el de arriba sea un golfo, sino porque él mismo es tan golfo como el de arriba. Y al final, la élite extractiva que está tan de moda, no son sólo los asesores que cobran por no hacer nada, sino que son ese notario, ese farmacéutico con su chollete, ese funcionario inspector de ordenanzas municipales, ese policía que conduce la grúa, ese concejal de movilidad de ayuntamiento que te llena una ciudad de 50 mil habitantes de radares, ese guardia civil que está destinado en aduanas de cualquier puerto de Espana. Esa es la verdadera élite extractiva.. lo que pasa es que a esos los tenemos dentro de nuestras propias familias y mirarse al espejo duele, por lo que es más fácil culpar de todo a esos grandes mamones que están en la cúspide de la pirámide.