Hoy celebramos el largamente anunciado debate sobre la abstención electoral, sobre la utilidad o falta de ella para acometer el derribo del Régimen del 78. Participan en este tenso y acalorado debate Pepe Crespo, Isidro Fuentes y Antonio Rosenthal. Conduce Juan Martínez.
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Fotografía de Keep Bitcoin Real
Si no empezamos por la convocatoria de un referendum para cambiar la ley electoral,vinculante,sobre la base del distrito electoral uninominal, no puede haber ni alternativa al régimen ni nuevos políticos y,por tanto,no puede ponerse en marcha un proceso constituyente. Es sorprendente que no se proponga este primer paso, pues con la sola abstención,por muy numerosa que sea ,no basta;luego viene el día después. Mi felicitación a Isidro,pero también mi crítica porsu descalificación de Rosentha. No son formas entre republicanos demócratas.
Creo que la pregunta está mal planteada. La abstención será útil dependiendo de qué sistema se quiera alcanzar. Si se quiere acabar con el bipartidismo PP-PSOE, ciertamente lo más útil sería votar a otro partido. Pero si se quiere acabar con este sistema radicalmente y optar por uno nuevo totalmente diferente (ése es mi caso), hay que abstenerse puesto que ningún partido político puede traer ese cambio.
Antes que nada mis felicitaciones a todos los participantes del debate sobre la abstención, en especial a Isidro y Antonio. Para mi habéis estado brillantes los dos. Pero mi consejo es que no seáis tan beligerantes porque ambos tenéis razón en parte.
Me explico. Para mi, este sistema político es es causante principal de la situación en la que nos encontramos y mi primera prioridad es derruirlo. Hasta ahí perfecto, pero sólo voy a abandonar esa postura si existiera un movimiento, colectivo o similar que se presentara a las elecciones con un programa de unos pocos puntos que ya todos conocemos (Proceso Constituyente, separación de poderes, sistema electoral,etc.) y que en su conformación hubiera una verdadera igualdad y democracia en la toma de decisiones. En eso coincido con mi paisano Isidro Fuentes. Obviamente todos los partidos actuales son corruptos o potencialemente corruptos. Todo estos argumentos son replanteables desde el punto de vista de Rosentahl y entiendo y comparto su planteamiento si, y es solo un ejemplo, se presentara un partido fascista a las elecciones o existiera una alternativa política nacida de la sociedad civil. Entonces y solo entonces abandonaría mi abstencionismo.
Igual me he liado pero resumo: abstención razonada (no la del que se abstiene porque es un ignorante), participación en organizaciones y actos cívicos de protesta, y votación solo en caso de tener un partido “troyano” o para evitar totalitarismos.
Me reitero, el debate, de lo mejor que he oido en mucho tiempo. Gracias a todos y perdonad por el tostón.
Hola,
muy buen debate pero Isidro creo que debe participar de una manera más respetuosa. Creo que ha interrumpido (y además con tono de enfado) mucho a Antonio y eso predispone a que sus opiniones se minusvaloren (al menos a mi).
En lo personal, me ha gustado mucho la posición de Antonio y Pepe. Aquí o se hace por las buenas dentro del sistema, para lo cual necesitamos un partido que supere a los actuales ppsoe, o por las malas en plan revolución y tal (pacífica o no).
Creo que no hemos llegado a un momento de madurez social en el que lo segundo se vaya a dar: he visto en otros países que están en condiciones mucho peores en los que la resistencia civil no ha sido otra cosa que una piedra en el zapato de la casta: el nivel de individualismo es tal que los ciudadanos se ponen en contra de sus semejantes.
Por ejemplo: Elecciones de México 2006: Fraude electoral a todas luces con pruebas documentadas. Se organizaron acampadas que bloquearon por semanas las principales vialidades de la ciudad y se exigió recuento de votos. Resultado: Demonización del sector de población que se manifestaba, imposición del gobierno con el beneplácito de la comunidad internacional y refinamiento del fraude para las posteriores elecciones del 2012, en las que directamente se compró grotescamente el voto. Y eso que México es un pueblo sojuzgado y dominado completamente en el que la mayoría está bajo el umbral de la pobreza: debería ser escenario ideal de revoluciones, como la que ya tuvieron.
Ni que decir de Africa, que si lo que Isidro estuviera en lo cierto (que los regímenes cayeran al no tener legitimidad) serían la punta de lanza de la revolución y aladíes de la democracia. Nada más lejos de la realidad.
Lo que quiero decir es que si en otros países con unas situaciones más flagrantes no se ha logrado un cambio convulso desde la sociedad -en plan revolución-, es difícil pensar que aquí, con una sociedad de clase media más acomodada en la que muchos todavía piensan ‘esto no va conmigo’, se vaya a conseguir algo de manera mágica. No digo que esto no se pueda cambiar, pero todavía queda trabajo en ese sentido.
Como Antonio ha dicho: Hoy por hoy esto es un deseo. Válido, pero ingenuo.
Por lo tanto hay que trabajar desde abajo en labores de convencimiento y propagación de ideas. Hacer la revolución desde un sitio que no nos canse mucho. Un domingo temprano para luego ir a tomar el vermú.
Me gustaría que fuese diferente y que el pueblo saliera en plan V de Vendetta.