Rotundamente no. Y no es posible porque el crédito consiste en el intercambio de bienes presentes (ahorro) por bienes futuros. Para entendernos, yo te compro algo que tú me entregas hoy (bien presente / ahorro) , y a cambio yo me comprometo a devolverte algo en el futuro (bien futuro).
La Teoría del Tiempo Económico de Carlos Bondone demuestra que la moneda, cuando es crédito, tiene su origen en el mercado, porque es el mercado quien le otorga valor al aceptarla a cambio de entregar bienes presentes.
La Teoría Austriaca del Ciclo Económico sostiene que uno de los principales motivos de los ciclos económicos y las consecuentes crisis es el hecho de que el sistema bancario conceda más crédito del ahorro que hay disponible. Por ejemplo: Un minero que tiene 100 monedas de oro las presta a un Banco durante 5 meses, y el Banco se las presta a un emprendedor durante 5 años. Según los austriacos tendríamos más promesas que ahorro disponible (100 monedas de oro), y no creo que sea así por las siguientes razones:
- Para empezar aquí el Banco no es quien origina el crédito, tan solo lo intermedia. El que concede crédito es el Minero, que es el que entrega bienes presentes. El Banco no es propietario de ningún bien presente.
- Durante los primeros 5 meses el Minero renuncia a disponer de sus monedas de oro, por lo que solo el emprendedor hace uso del ahorro disponible, que sería 100. No hay doble disposición.
- Llegado el quinto mes, cuando el Minero reclama sus monedas de vuelta, el Banco no se las podrá devolver, con lo cual el Minero tendrá que esperar 5 años hasta poder disponer de sus monedas. Tampoco hay doble disposición.
Sin embargo, estaremos de acuerdo que la actitud del Banco no es realista, porque sabe muy bien que en 5 meses se descubrirá el pastel y el enfado del Minero será monumental. Tiene que idear algo para poder salirse con la suya. Y lo realista en este caso sería que por ejemplo el Banco le entregue al Minero un papel donde promete entregar 100 monedas de oro pero sin ninguna fecha de vencimiento que obligue al banco a entregarle el oro al Minero. Así, el banquero solo actuaría de la forma en que lo hace cuando sabe que el Minero consentirá en aceptar que ese papel es tan valioso como el oro y que puede usarlo para comprar cosas. Con esto el Banco consigue que el Minero renuncie a sus monedas de oro de forma indefinida.
Es en esta situación cuando verdaderamente podríamos plantearnos una doble disponibilidad sobre las 100 monedas de oro. Recordemos que el emprendedor dispone de ellas durante 5 años, y ahora el Minero también puede hacer compras con su promesa ¿con cargo a esas mismas monedas de oro?. Pues realmente eso no es así. ¿Por qué? porque cuando el minero compre por ejemplo herramientas para extraer oro, quien está otorgando crédito es el propietario de las herramientas, que entrega un bien presente (las herramientas) a cambio de un bien futuro (la promesa del Banco que le entrega el minero al dueño de las herramientas).
Las 100 monedas de oro están respaldadas por el ahorro que ellas mismas representan, y la promesa de entrega de 100 monedas está respaldada por el ahorro que representan las herramientas, y esto último es así porque quien otorgó valor a la promesa fue el propietario de las herramientas y no ninguna otra persona. Si el propietario de las herramientas no otorga crédito a la promesa, ésta jamás podrá circular. Y tampoco podría circular si no existiese nada que comprar, sería un papel estéril guardado en un cajón que no tendría ningún efecto en la economía.
Para que sea más sencillo supongamos que en la economía no hay más personas que el Minero, el Banquero y el Emprendedor, y que quien fabrica las herramientas es el Emprendedor. De forma que el Minero solo podrá comprar las herramientas cuando estén acabadas, pongamos que en 2 meses. Un momento, ¿Entonces la promesa está emitida contra el ahorro futuro del Emprendedor? Tampoco, porque desde un punto de vista económico a nosotros solo nos preocupa la promesa cuando se intercambia, no cuando por la razón que sea esté en un cajón guardada. Otra forma de verlo: ¿Que efecto tiene en la economía el hecho de que alguien, por muy honorable y cumplidor que sea, firme pagarés para guardados en un cajón? Evidentemente ninguno.
Por tanto, la promesa solo afecta a la economía en el momento que se intercambia. Y si se intercambia es porque existen bienes presentes que adquirir, es decir, existe ahorro que se corresponde en valor con esas promesas. En nuestro ejemplo serían las herramientas. Mientras el minero no haga uso de la promesa, no hay doble disponibilidad sobre el único ahorro existente (las 100 monedas), y cuando la usa es porque ya existe el ahorro adicional correspondiente.
¿Cual es el problema entonces? El problema es que por ejemplo el Emprendedor pierda las 100 monedas de oro, es decir que dilapide o consuma el ahorro existente.
Hablando ya en general, el problema es que pretendemos poner a trabajar un porcentaje muy elevado de todo nuestro ahorro, y eso es extremadamente arriesgado. Cuando gran parte del ahorro existente está “hipotecado” corremos el riesgo de que a la mínima fluctuación en la cantidad o valor de ese ahorro y/o en las rentas que pueda producir ese ahorro, se produzca una quiebra del sistema. Es decir en el momento que se concede crédito, el ahorro tiene que existir, pero lo que si puede pasar es que una vez concedidos los créditos se produzca un descenso en la cantidad o valor del ahorro, y solo a partir de entonces es cuando el valor de las promesas podría ser mayor que el ahorro. Es decir “Activo < Pasivo = Quiebra”.
Los principios básicos del capitalismo, o sin ponernos tan técnicos la Fábula de la Cigarra y la Hormiga, nos hacen ver que la acumulación de capital (el ahorro) es imprescindible si queremos ser prósperos. Pero si vía crédito disponemos de todo el ahorro existente para consumirlo o ponerlo en riesgo (invertirlo), no tendremos suficiente ahorro apartado para solventar la situación en caso de que las cosas salgan mal. Igual que un explorador que emprende una travesía por el desierto sin llevar consigo agua “ahorrada”, confiando en encontrar un oasis cada vez que la sed apriete.
¿Es esto lo que ha pasado?
¿Se podría cuantificar?
Gracias
Hola petipus,
Si, yo creo que es lo que ha pasado. Hemos dilapidado, consumido o puesto en riesgo nuestros ahorros de forma generalizada.
Es muy dificil cuantificarlo. Sabemos la cantidad de moneda que hay en circulación, habría que compararlo con el montante total de bienes presentes existentes.
Hola manuel:
La tierra (el terreno explotable) ¿es un bien presente?
Y ya puestos :
El mar ¿lo es también?
(me refiero a cuantificarlo como “lo que se produce gracias al mar”)
Desde luego, ambos son bienes presentes.
Pero solo pasarían al estudio de la economía en el momento en que tengan propietario. Solo entonces serán bienes ECONOMICOS presentes. Si no serán simplemente, cosas o bienes presentes libres sin efecto en la economía.
Es el caso de las aguas internacionales, que no son de nadie. En ese caso está generalmente admitido que lo que cada uno pesque pasa a ser de su propiedad.
Aunque parezca una obviedad, desde el punto de vista de teoría económica es imprescindible que para que un bien sea intercambiado tiene que tener un propietario.
Se me olvidaba. Además ambos podrían calificarse como bienes de capital, además de bienes presentes. Los bienes de capital son los que se utilizan para producir más bienes presentes. Se ve muy claro en el caso de la tierra cuando se cultiva para obtener alimentos.