Los exportadores constituyen la gran esperanza para sacar a España de la crisis, pero Hacienda les está poniendo difícil la simple supervivencia. Las peculiaridades de su negocio les permiten desde hace años hacer la declaración del IVA mes tras mes, para desgravárselo cuanto antes. Pero la Agencia Tributaria, lejos de pagar a 30 días, como es su compromiso, acumula retrasos de hasta cinco meses.
Así lo denuncian desde ámbitos variopintos: el sector azulejero valenciano, el aceitunero andaluz, la industria catalana… Todos ven cómo sus planes de negocio se estrellan contra la mala costumbre adquirida por el fisco de apurar el plazo de seis meses que se ha dado a sí mismo para demorar las devoluciones sin incurrir por ello en intereses de demora en beneficio de los afectados…TEXTO COMPLETO