En febrero de 2011, el Gobierno de Zapatero aprobó la Ley de Economía Sostenible, que contenía un apéndice normativo que pretendía acabar con las descargas en internet y, más concretamente, con las webs de enlaces.
Este apéndice se conoció popularmente como ley Sinde en referencia a la -por entonces- ministra de Cultura, y amplió su nombre a ley Sinde-Wert tras su entrada en vigor con Wert como ministro. Desde su aprobación, el Gobierno ha dado rienda suelta a un sinfín de movimientos para intentar acabar con las descargas en internet.
Lo ha hecho acompañado y apoyado por la SGAE y la industria musical, que han llevado a cabo una serie de acciones dirigidas a proteger las obras registradas con copyright frente al intercambio de archivos amparado por la ley.
Pero ¿ha servido de algo?
Lo cierto es que no parece que haya servido de mucho, y por diversos motivos:
Los internautas siguen descargando. Si la intención del Gobierno y la industria era acabar con las descargas, el fracaso ha sido sonoro. Si no lo crees, piensa en una serie al azar o en una canción cualquiera de un grupo cualquiera y búscala en Google1. Los internautas siguen descargando. Si la intención del Gobierno y la industria era acabar con esta práctica, el fracaso ha sido sonoro. Si no lo crees, piensa en una serie al azar o en una canción cualquiera de un grupo cualquiera. Intenta bajártela buscando en Google. ¿Has podido? ¿Sí? Pues eso…TEXTO COMPLETO
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