Me he dado cuenta de que las teorías económicas vigentes, no suelen hablar del factor tiempo a la hora de producir bienes de capital. No es de extrañar ya que la teoría predominante, que es la Keynesiana, deja mucho que desear en cuanto a teoría del capital. El profesor Rallo explica muy bien esta carencia.
En mi empeño por poner en práctica la teoría del tiempo económico de Carlos Bondone, voy a intentar hacer un breve análisis de como afecta el tiempo a la producción de bienes de capital. ¿Que necesitamos para fabricar un bien de capital como puede ser un molino o una furgoneta de reparto? Pues casi por reducción al absurdo podriamos decir que el ingrediente principal es el tiempo ¿no es así? Sin que transcurra tiempo, dificilmente podremos fabricar nada.
Creo que las teorías vigentes no tienen en cuenta este hecho porque lo dan por supuesto o como condición imprescindible. Pero no creo que por eso, por su obviedad u obligatoriedad, haya que ignorar el tiempo como factor de producción, de la misma forma que lo es el acero para fabricar la furgoneta de reparto.
Por otro lado, creo que es importante destacar el papel que juega el tiempo a la hora de obtener o producir bienes presentes en oposición a los bienes futuros. Los bienes futuros son ideas, compromisos (dentro de un mes te daré un coche), y por tanto crearlos es una tarea que consume una cantidad de tiempo muy pequeña, podríamos decir que muchas veces no será una cantidad de tiempo económicamente significativa. Por ejemplo, crear un pagaré por 1.000.000€ puede ser cuestión de segundos.
Sin embargo los bienes económicos presentes requieren tiempo para ser obtenidos o producidos, especialmente si son escasos y/o valiosos. Por eso es tán importante diferenciar entre el dinero y el crédito cuando ambos se utilizan como moneda. El primero es un bien presente (oro, ganado, sal) y el segundo es un bien futuro (un pagaré o un apunte contable). En particular, los bienes presentes que además son bienes de capital, suelen ser significativamente valorados, y los que requieren de mucho tiempo para ser producidos suelen ser valorados aún más, ya que de no ser así los empresarios no emplearían su valioso tiempo en producirlos.
El ser humano dispone de un tiempo limitado, es una cuestión natural que estamos obligados a padecer. Por eso, desde el punto de vista de la economía, es impensable plantearse que el tiempo no tiene valor o que su valor es negativo. Solo para un difunto esto sería cierto, pero estaremos de acuerdo que las valoraciones subjetivas de los difuntos no entran en el campo de estudio de la economía. Buscándole tres pies al gato, podríamos decir que un suicida podría no valorar el tiempo, en este caso entonces la percepción subjetiva del suicida es que para él, el tiempo no es un bien económico. Pero estaremos también de acuerdo en que la gran mayoría de las personas consideran valioso su tiempo, y por tanto otorgan al tiempo la categoría de bien económico.
Por eso, porque el tiempo siempre es un bien económico, y porque el precio de todo bien económico es mayor que cero (de lo contrario no sería un bien económico) el interés, que es el precio del tiempo, no puede ser negativo. Un precio cero o negativo en economía es como en física pensar que un objetono tiene masa o ésta es negativa.
Tampoco nos debe confundir lo que se suele llamar “tipos reales negativos”, cuando a los tipos nominales se le resta la tasa de inflación y obtenemos un resultado negativo. Una cosa es el precio del tiempo, y otra muy distinta una depreciación de la moneda que estemos utilizando como referencia en ese momento. La inflación no deja de ser una prima de riesgo por impago que se añade al tipo nominal.
Por otro lado, tampoco me gustaría olvidarme de mencionar que es un hecho que el mercado a veces ha descontado “tipos nominales negativos”, por ejemplo las T-Bill a corto plazo cuando la crisis de Lehman. Pero entiendo que la interpretación correcta de ese hecho es que los compradores de letras estaban demandando (pagando) por mantener su capital a salvo (una especie de pago por servicios de custodia), no debemos entender que estuviesen pagando por prestar. Esta situación se debe a que el mercado elige de lo peor lo menos malo y ante un temor de quiebra bancaria generalizada, se percibía que el aun solvente Estado americano era una mejor opción que cualquier banco, ya que “gracias” a la reserva fraccionaria no existe la opción de acceder a un verdadero servicio de depósito.
Muy interesante la reflexión, Manuel!
Gracias, este tema tiene muchísima enjundia, intentaré ir dándole alguna vuelta más..