Respuesta al artículo de Gonzalo Lira sobre la violencia sexual:
El señor Lira nos da una pista de lo manipulador de su texto desde el comienzo, al elegir el ejemplo de los leones. Por un lado, pone a los machos con carencias de autoestima de su lado, al compararlos con un ser hermoso y poderoso, como es el león. Por otro lado, nos lleva a la idea, errónea, por otro lado, de que las relaciones sexuales entre seres humanos se rigen solo por cuestiones instintivas, meramente animales. Nos hace creer que no existen sentimientos ni inteligencia en las relaciones íntimas humanas.
En segundo lugar, justifica la violencia sexual que los hombres pueden ejercer sobre las mujeres porque “no pueden tenernos aunque nos desean”, cosificando al género femenino de un modo inadmisible. Mucho mejor seríamos para el señor Lira si, como las leonas, nos dejáramos seducir por la mera presencia del macho dominante. De nuevo obvia que no solo tenemos instintos, sino también sentimientos e inteligencia. En cualquier caso, los instintos del león no se atreven si la leona no está en celo.
El ejemplo del coche es también de lo más burdo, otra vez apelando al hombre primario, que necesita alardear como un pavo. Vuelve a insultar a la inteligencia, en este caso más la masculina. Que sus congéneres sepan perdonarle, si es que quieren.
Qué decir sobre sus ideas en torno al embarazo y la crianza: para el señor Lira solo somos animales que buscamos la mejor carga genética posible para nuestra descendencia, así como un macho que pueda cuidar de nosotras y nuestra prole. Definitivamente este señor es marciano. No se ha enterado de que, en una sociedad justa e igualitaria, las mujeres no necesitamos de ningún varón para hacerse cargo de nosotras , ni de nuestra prole. Que las mujeres somos capaces de parir y criar a nuestros hijos solas, como siempre ha sido, desde que existen los accidentes de caza y las guerras que siembran de viudas la tierra. Tener que leer semejantes delirios en 2014 es muy chocante. Hay gente que se ha equivocado de era, probablemente pertenece al paleolítico inferior.
Y para el final, la guinda: el aborto, ese derecho sobre el que todos parecen saber más que la propia mujer. Según Lira, en su afán reduccionista y animalista, la violación es un intento del hombre por mejorar sus posibilidades reproductivas y el aborto es un intento de la mujer por mejorar las suyas cuando el embarazo es de un varón no deseado. En sí mismo este argumento es falaz. Es bien sabido que los violadores no quieren tener hijos de sus víctimas, es bien sabido que el mayor temor de un hombre es dejar embarazada a una mujer con la que no ha decidido tener hijos. En fin, cosificar a las mujeres parece ser una forma clara de violencia por parte del señor Lira. Y qué decir de la razón que, según él, nos lleva a abortar. Es bien sabido que un número significativo de abortos se producen por causas económicas, que las mujeres adultas que abortan lo hacen muchas veces porque un embarazo es incompatible con su vida, por los motivos que sean. Y no hablemos de la idea peregrina de parir para dar al hijo en adopción. Si la mayor violencia que se ejerce sobre la mujer en el embarazo es por el mero hecho de estarlo, cómo se va a sufrir esa violencia por el deseo de otros y por la conveniencia de otros. Puede que si la sociedad protegiera a sus miembros, muchas de esas circunstancias no se dieran. Que no nos hable de violencia sobre el feto. Que evite la violencia sobre las mujeres y luego ya tratamos otros temas. Porque no es cierto que el embarazo no sea un inconveniente social y económico gravísimo para las mujeres, todas lo sufrimos y todas lo sabemos. Pero, claro, en una sociedad patriarcal como la que Lira parece propugnar, las mujeres solo deben ser hembras procreadoras y su libertad no es conveniente. En fin, es una lástima que la señora madre de tal sujeto no considerara inconveniente su embarazo. Solo espero que no se le ocurra violar a la primera mujer que desee y que no caiga rendida a sus pies.
http://gonzalolira.blogspot.com.es/2010/09/rape-abortion-and-reproductive-violence.html