Facebook se supone que trata de emular el funcionamiento de los grupos humanos reales. En el mundo real de grupos físicos de personas en sociedades bien vertebradas si algo interesa mucho a un grupo, rápidamente la información se difunde a grupos interconectados y si esta información es de interés crítico alcanza a todos muy pronto, siempre y cuando hablemos de grupos de un tamaño manejable.
En la sociedades modernas de individuos aislados por la propia dinámica de economía de mercado, se suponía que los medios de comunicación primero, y luego las redes sociales, cumplían con esa función. Desde el principio las oligarquías dominantes aprendieron a manipular los media para que la difusión de la información se sesgara de acuerdo a sus intereses. Con la irrupción de Internet y la redes sociales pensamos que el dominio de los poderosos sobre los flujos de información tenía una brecha abierta. Pero ahora tenemos cada vez más datos que apuntan a que redes como Facebook no tratan de emular el comportamiento de los flujos de la información en el mundo real, sino que tienen incluidos sesgos en sus algoritmos de difusión. Es posible, como apunta el miembro de CB Josean Punero, especialista en Internet, que se deba simplemente a intereses comerciales. Es posible también que haya un sesgo de tipo político que haya surgido a raíz de Occupy Wall Street. Sea lo que sea, el caso es que un movimiento que prime el interés de los muchos sobre el de los menos no surgirá de una red tipo Facebook.