La brutal contracción en la concesión de nuevos créditos que se está viviendo en España empieza a apreciarse en el saldo crediticio total de familias y empresas, que baja de forma tímida. En los cuatro primeros meses del año ha bajado 20.000 millones de euros.
Lógicamente los mensajes lanzados sobre la inminente recuperación de la economía son nada más que propaganda, pues en una economía sometida a esta contracción crediticia es algo imposible.
De todas formas esto es sólo el aperitivo de lo que nos espera, que serán tasas de desapalancamiento dos o tres veces mayores.