Es cierto que en España existe una derecha moderada, liberal y, hasta cierto punto, progresista. Pequeños empresarios, abogados, médicos o funcionarios que siendo de ideología conservadora están dispuestos a asumir el progreso social como un logro defendible para el país. Pero, por desgracia para todos, existe una derecha amplia, incapaz de asumir públicamente que es extrema, que agrupa a gentes de toda clase y condición económica y cultural, desde personas adineradas hasta antiguos mileuristas, obreros y campesinos conservadores, muchos de ellos en el paro y sufriendo las consecuencias de la crisis. Una parte de esta derecha, instalada desde hace décadas en las instituciones del estado, como una enfermedad crónica, se muestra capaz de hacer lo que esté en su mano para que el sistema de monarquía parlamentaria caciquil se mantenga, aunque sea en estado catatónico, todavía muchos años. Son los refractarios, personas aparentemente civilizadas que sin embargo son capaces de elevar el tono en la barra de un bar o en plena calle para defender su idea de las cosas, a veces sin reparar en ello, siempre en un sentido reaccionario.
Rechazan cualquier cosa que huela a cambio en profundidad aunque eventualmente pudiera ser favorable a sus intereses. Estos votarán de nuevo al PP, quizás con más fervor si cabe, para evitar el ascenso de Podemos, ese partido neocomunista, reaccionario y corrupto según su punto de vista. Alguno de ellos se habrá visto tentado de no votar al PP porque los han frito a impuestos o, vaya usted a saber, porque no han aprobado el aborto o eliminado el matrimonio gay (aunque estos últimos serán minoría). Y es posible que hubieran pensado, antes de mayo del año pasado, abstenerse o votar a UPYD o VOX. Algunos es posible que coqueteen con la opción de Ciudadanos. Pero el miedo a Podemos es suficiente para votar a lo terriblemente malo conocido, a la cleptocracia, en realidad, a su cleptocracia. Ahora ya lo tienen claro. Digamos que ahora ya tienen coartada.
Leía en una red social a un simpatizante del PP, muy crítico toda la legislatura por las mentiras manifiestas de sus líderes, economista, mente formada y viajada, que puestos a elegir entre corruptos se queda con los suyos. La corrupción es inherente al sistema y poco o nada se puede hacer para erradicarla. Señalan cínicamente que está en nuestro ADN, que es una característica intrínseca de España y los españoles. ¡Vaya con los patriotas!. Estos son los más activos contra el fenómeno Podemos. Están siempre atentos a denigrar y a insultar, buscando cualquier noticia absurda o malintencionada para decir aquello que hace años se decía: teníamos razón, son todos iguales, por tanto votemos a los mejores de entre estos iguales.
En el fondo ocultan un atroz miedo a que asuntos tan triviales como la tauromaquia o el fútbol, con su extensión hacia los colores patrios rojigualdos, se vean en cuestión en unos meses. Les aterra y hasta les da un vuelco en el estómago ver la tricolor. Las esencias no se deben discutir. Y digo yo que en una democracia se podrá discutir casi todo, y por supuesto, como no, aspectos esenciales del propio sistema, incluída la sagrada cuestión territorial y los símbolos. Los países más avanzados y prósperos que son a su vez en los que la democracia y la separación de poderes está más que asentada, lejos de ser inmovilistas, favorecen el cambio como algo positivo. Las reformas constitucionales están a la orden del día. La catarsis como forma de evitar la decadencia, algo asumido también por la derecha. ¿Pero es España una rara avis?.¿No es posible el cambio desde dentro?. Para buena parte de esta derecha no.
En su campaña por salvar el régimen o lo que quede de él, la prensa grande, la que va en papel y la que entra por radio y tele, no va a cejar en su empeño. Y este sector del electorado, en el fondo, tristes ingenuos, tras criticar y denostar a un partido que más bien se ha comportado como una organización para delinquir, vuelven al redil como tiernas ovejitas, conscientes de que no les queda otra opción, de que son esclavos en un país de necios. Dormirán tranquilos la noche electoral si entre PP y PSOE suman. El régimen, que saben acabado, podrá perpetuarse unos meses más, quizá unos años.
Como con una especie de afán de revancha (como si hubieran perdido alguna vez) excretan con su mala baba ancestral tanto en la cola del pan como en las redes sociales los más viles mensajes llenos de descalificación e insulto para cualquiera que se atreva a cuestionar los principios básicos de la sacrosanta transición a la que idolatran sin haber leído nada de ella. La zafiedad y la mentira como arma política y como liberación intelectual. Nada que no hubiesen ensayado los totalitarismos.
Estas gentes son capaces de analizar, de pensar por sí mismos, de cuestionarse cosas porque, en general, o no leen o solo se hacen eco de las más rancias arengas de los de siempre. Consignas que incitan o pueden incitar al odio furibundo contra aquellos que, en buena lid, tratan de jugar al juego de un sistema según ellos democrático para, desde dentro, siempre si el pueblo les da su confianza, tratar de modificarlo. Sin poder comparar las épocas, recuerda mucho al clima de enfrentamiento previo a la Guerra Civil cuando las derechas asumieron sin vacilar que solo respetarían el resultado electoral si ganaban. Ahora no necesitan dar un golpe de estado. Sencillamente les basta con derribar a su rival con la propaganda y la calumnia. Los zafios y cutres de siempre, los carpetovetónicos, como peces en el agua turbulenta y corrompida de un país sin dignidad.
“Sin poder comparar las épocas, recuerda mucho al clima de enfrentamiento previo a la Guerra Civil cuando las derechas asumieron sin vacilar que solo respetarían el resultado electoral si ganaban. ”
“Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos”.
“La clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución”.
“Si los socialistas son derrotados en las urnas, irán a la violencia, pues antes que el fascismo preferimos la anarquía y el caos”.
¿Quiere usted que siga? Un poquito de por favor….
No hay contradicción. Las derechas no aceptaron el resultado electoral. La prueba es la conspiración dirigida por Mola, el “director” o las entrevistas de Calvo Sotelo con Mussolini. Querían acabar con la república desde que se proclamó para instaurar una dictadura corportiva. Eso no quita para que la izquierda también fuese guerracivilista. Hoy, por suerte, no estamos en esa situación pero los de siempre quieren acobardarnos para seguir en el poder.
Lo más curioso de este artículo es que habla de “una parte de esta derecha” como si hubiera una parte más buena que la otra, cuando todos los que le estamos leyendo sabemos que usted piensa que no hay derecha buena. Y entonces, todo el discurso carece de sentido porque está basado en que usted practica el autoengaño.
Mires a donde mires siempre habrá personas buenas, tanto en la derecha como en la izquierda. No seas cacique, práctica lo que propugnas y quizás te retrates mejor. Se más tolerante con quienes no comparten tu visión para hacer de esta. una sociedad más justa e igualitaria y no un cromo de tu cerebro, que no estás solo en el mundo, lo compartes con los demás, los que opinan como tu y los que no y también a los que les da al pairo. Un saludo para ti desde otro punto vista.
lo mas divertido es que da por hecho en el término “hasta progresistas” que eso es lo bueno y como un grado mas que liberal. Muy divertido por la ignorancia, aunque liberal y progresista son incompatibles, una ideología defiende la libertad y otro la asunción de mas y mas poderes por un papá – estado omnipotente que te quita todo para luego darte una limosna ( con lo tuyo claro porque el estado no genera nada) y controlar vidas y sociedad.
Claro que si eres funcionario y no dependes de lo que generes sino de los impuestos que recauden a los demás, pues se está a gusto en esta posición.
El progresismo siempre ha generado regresismo, en cuanto a libertad, a ruina, económica….etc Y no no soy de derechas sino liberal, la derecha tb quiere mucho Estado.