Hoy hablamos sobre la Constitución de España. Una Constitución aprobada en un referéndum con algo más que sabor a plebiscito, a “nosotros o el caos” (“el caos también somos nosotros”), y construída para apuntalar el cambio de régimen iniciado durante la Transición. Sin embargo, 44 años después, la mayor parte de la población entiende que su contenido se encuentra desfasado mientras que la mayoría de los políticos entienden que cualquier reforma supondría un peligro de muerte existencial para España. En segundo lugar, hablamos sobre la situación dentro de la izquierda institucional. Según el diario El País, el PSOE podría volver a gobernar en coalición con los partidos a su izquierda. Esto resuta una novedad por cuanto las últimas encuestas electorales no apuntaban a esta posiblidad. En cualquier caso, la situación a la izquierda del PSOE no parece del todo clara y Podemos y Yolanda Díaz parecen no tener clara la estrategia o no querer reverlarla. ¿Qué pasará con la izquierda? Con Pedro García-Bilbao, Gillermo de Baskerville y Antonio. Conduce Juan Carlos Barba.
Más que notorio que el PSOE sanchista es un activo del globalismo dirigido por las alegres y perniciosas doctrinas de Davos y, definitivamente, por el empeño antidemocrático de dictar el régimen absolutista monopólico de la nueva corte del Rey $ol, como estrategia final de los ultra millonarios oligopolios de energías, banca y alimentos, para el montaje del sistema “avanzado”, ultradigitalizado, de atraco y control social total, lo cual significa la destrucción del sistema democrático del Estado de derecho y del sistema libre de creación y emprendimiento humano para la producción y consumo social, con lo cual se abriría el paso a la esclavitud del s.21 garantizada con la desaparición de toda resistencia social vía control digital, un “derecho” anunciado por la vicepresidenta que reemplazó a P. Iglesias, cuya trayectoria globalista, vía PSOE o izquierda blanqueada entrenada en USA universities, no deja dudas. Si es así, sólo el 50% de las Izquierdas dirigentes, pasaría al globalismo militante de superultraderecha, lo cual no significa que dejaría de ser izquierda militante, sino que es ultraizquierda, esto es Comunismo nato, que por el principio, y más en el Poder político, los extremos se atraen porque son lo mismo: totalitarismo fascista, fascista porque genera conflictos de intereses cuya única solución son las guerras, como la Ucrania, para consolidarse.
Podemos es un movimiento social de ciudadanos democráticos faltos de derechos (15M.Spanish Re-volution) que aspiran que los políticos no creen conflictos sino que tengan iniciativas para resolver problemas sociales; por lo tanto, totalmente alejado de las atrocidades globalista. Los parones electorales relativos de Podemos demuestran su disconformidad con la trayectoria autoritaria de sus permanentes líderes, más aún si sus propósitos se alejan del marco constitucional y poco pueden hacer en lo social en el contexto del actual gobierno, y peor aún si su feminismo se torna radical al coincidir con las agenda globalista para reducir población y los oligopolios buitres conserven su estatus.
Sin embargo, ante la realidad saben que no pueden confiar en el “socialismo” de caramelo y, menos aún en un PSOE globalista que quiere más votos de izquierda que defensa de derechos sociales. El Podemos social (SOS, Sistema de Organización Social) respeta los preceptos del orden constitucional y se pronuncia por la defensa de los derechos sociales básicos (pan, techo, salud, educación, seguridad ) humanos y naturales, así como la libertad para la creación intelectual y el emprendimiento humano para una economía libre de producción-consumo social de ocupación laboral y bienestar general, que no esté sometida a la dictadura de los oligopolios que controlan sin conciencia y especulan con precios inestables los recursos básicos generales de energía,banca y alimentación, causando rotura de costos, carestía, hambre, desconcierto y caos social eterno.
En conclusión, la mayoría de Podemos no apoya al PSOE globalista, visto que si los acepta es bajo condición de reemplazables por cualquiera que luzca camiseta de izquierda; y, por otro lado, poco le vale infiltrarse en la conspiración y sedicionismo globalista. Al menos el 75% de la izquierda social tampoco, por la sabia experiencia de que todo lo falso afecta en contra.