Si exceptuamos picos debidos a las fechas en que cae la Semana Santa, el desplome sufrido en el número de usuarios de transporte urbano es casi el peor desde que hay registros (-8.87%). Se trata de un fenómeno extrañísimo y que no puede estar causado sólo por el recrudecimiento de la crisis. Otra posibilidad es que nos estemos enfrentando a una caída de brusca de la población, pero cuesta creer que esté pasando de repente algo así.