Los desahucios son el último eslabón de la podredumbre de un régimen corrupto que se desmorona en lo económico y lo político y queda finiquitado y liquidado en lo moral. Un régimen que ya no duda en gobernar para las instituciones financieras que lo han llevado a la ruina con la complicidad de los propios políticos que han contaminado de corrupción a todas las instituciones.

Ya no queda otra cosa que salvarse a ellos mismos a costa del destrozo social que causan entre los ciudadanos, a los que están sacrificando en favor de los bancos y Cajas saqueadas por ésta plaga corrupta que ha arrasado con el sistema democrático sin que nadie desde una sociedad civil fallida levante su voz para impedir un drama que estallará en conflicto de una manera o de otra.

Es inconcebible que en pleno siglo XXI, cuando creemos tener una de las sociedades más formadas de la historia en un régimen que se denomina a si mismo democrático, estén ocurriendo semejantes acontecimientos, propios de la Edad Media. Un país desfigurado como si de un sablazo en la cara le hubieran dado, donde se han saqueado a las entidades financieras que eran el prototipo de motor de arranque económico de las comarcas y establecían una función social con las que los ciudadanos podían prosperar, fueron desvalijadas por políticos y sindicalistas que copaban los consejos de administración. Dichas Cajas ocultaron el monumental desfalco con el consentimiento del Banco de España, engañaron en las pruebas de stress test, volvieron a engañar con las preferentes aprovechándose para ello de ancianos y gente con poca formación, incluso con algún analfabeto que firmaba con la huella dactilar, lo hicieron también en su salida a bolsa cuando un sólo día antes aparecían con unos resultados que daban beneficios de más de 300 millones de euros y que poco después resultaron ser 24.000 millones de pérdidas.

Bien, todo esto lo tuvo que reponer el ciudadano español con su esfuerzo y a base de ser expoliado y esquilmado con la inestimable colaboración del brazo ejecutor del gobierno, la agencia tributaria, que nos desplumó a todos para sacar a flote el desfalco mas grande de la historia económica de España. Todo ello hundió la economía española hasta el nivel de tener que cerrar más de 300.000 pymes en un par de años, cerrar el grifo del crédito y acabar con 6 millones de parados a los que ahora echan de su hogar sin la menor contemplación.

Todo éste tremendo coste social con gente en las calles y comiendo de los contenedores sin ver todavía a ninguno de los responsables políticos de las Cajas de Ahorro entre rejas. Una justicia totalmente al servicio de la Banca, con un ordenamiento jurídico más que hecho a medida de los corruptos e insaciables financieros, hecho por ellos y contra el ciudadano.

Todo esto no tiene más que un final y no hay que ser un experto para adivinarlo: Un estallido social inmediato contra las instituciones podridas y corruptas, porque los ciudadanos ya no lucharan contra lo injusto o lo inmoral, tendrán que luchar por su propia supervivencia.