Vamos a ver si logramos hacer ver a los que nos leen que en España existe un sólo problema fundamental por el que estamos en la situación de coma profundo: La casta política.
Desde que se configuró el nuevo régimen nacido de la CE de 1978, hecha por y para partidos políticos y a espaldas de los ciudadanos, la característica principal que la reconoce es que divide a la sociedad en dos estadios: Uno político y otro civil y dependiendo en cual de ellos vivas serás un privilegiado o un sacrificado.
La sociedad política,causante del mayor expolio a la sociedad civil, se extiende por todo un territorio político y administrativo en forma de red clientelar que se retroalimenta de sus propios privilegios. En España tenemos un grave problema desde hace siglos con el multimunicipalismo, un problema que en el resto de Europa a excepción de Francia, cuyo derecho napoleónico y el origen departamental del Estado les hace tener tantos municipios como España, no existe país europeo con tantos municipios de menos de 5000 habitantes. Podríamos decir que en ellos les va la vida a multitud de cargos políticos que cobran y gastan sin control y que ejercen el neocaciquismo a sus anchas. Sólo con la eliminación de algo más de 6000 de los 8116 municipios españoles el ahorro en gasto sería monumental ¿Pero, que ocurre? La casta política se niega en rotundo, de hecho UPyD propuso la eliminación hasta llegar a 1.500 y fue rechazada la propuesta.
Otro de los privilegios de la casta política es la entrada por la puerta de atrás de la Administración Pública de miles de eventuales y laborales que acaban siendo fijos tras largos años de servicios sin pasar por la oposición correspondiente y saltándose la regla de oro de la meritocracia por la de dedocracia clientelar. Hasta el punto que en la prevista nueva reforma de las administraciones, la Federación Española de Municipios y Provincias (otra cueva de la casta) al ver el borrador donde se suprimían a la mitad los asesores y los concejales han puesto el grito en el cielo y la han rechazado.
Todo éste tinglado del que sólo he puesto dos ejemplos es el que, una vez desmontado, nos sacaría del coma profundo en el que nos encontramos. Puesto que la sociedad civil está siendo desangrada para mantener a la sociedad política cuando el problema es llana y simplemente el desmantelamiento de esa red clientelar que nos asfixia hasta la muerte social.
Esa casta privilegiada que se permite incumplir las leyes, saquear un sistema financiero al completo y hacerlo pagar a sus ciudadanos, la misma que con una falta de previsión a medio plazo permite que se fuguen al extranjero miles de médicos cuando en breve se jubilarán un alto número de facultativos, la misma que permite que unos españoles respecto de otros seamos diferentes en cuanto a la aplicación de la ley, la que legisla en sus convenios que los hijos de los funcionarios del Consell Insular de Mallorca sólo por el hecho de serlos tengan pagada la carrera universitaria por el bolsillo de los contribuyentes, que los funcionarios de Ibiza tengan nicho gratis al morir, que los del ayuntamiento de Ingenio en Gran Canaria no paguen el agua o que en muchas instituciones tengan gafas y dentista gratis.
Se supone que los derechos y obligaciones los fijan las leyes y los reglamentos pero en la práctica se excede y se sobrepasan los mínimos legales haciendo que haya cosas dificilmente justificables y es debido a que la negociación colectiva es asimétrica entre sindicatos rocosos y con demasiado poder y políticos con una fuerte patología blandengue por temor al conflicto y porque, en definitiva, piensan que el dinero público no es de nadie, de hecho hay acuerdos de funcionarios que ni siquiera se publican por temor a que se impugnen.
Todo éste entramado que nos está desangrando tiene lugar en ese estadio privilegiado donde compiten todos los actores que en él viven, partidos y sindicatos fundamentalmente, y que hacen que los demás quedemos relegados a un estrato inferior cuya única función es seguir alimentando esa orgia de disparates,derroche y corrupción que irremediablemente nos llevará al hundimiento total en el que ya estamos, sólo que el chute y la inyección para sobrevivir nos la están suministrando los que pronto serán los nuevos amos.
Por tanto, cualquier relación que se produzca con la casta política criminal y corrupta en forma de voto será una relación de complicidad que supone el suicidio colectivo. Los ciudadanos debemos saber que votar y contribuir a la permanencia del régimen corrupto y despótico es autolesionarnos como ciudadanos, la única y exclusiva función de la sociedad civil en la actualidad es la de enfrentamiento total al despotismo político con la abstención y la desobediencia civil, lo demás es despojarte de los pocos derechos que te quedan como ciudadano y acabar como un esclavo al servicio de los amos, los de ahora y los que pronto los sucederán
“la única y exclusiva función de la sociedad civil en la actualidad es la de enfrentamiento total al despotismo político con la abstención y la desobediencia civil”.
Completamente de acuerdo. Cualquier legitimación del régimen imperante hace al ciudadano cómplice de ese mismo régimen. Una abstención activa y consciente para deslegitimar el sistema es un primer paso muy importante, que parece aún no acaba de cuajar en la sociedad civil. Eso, unido a actos coordinados y multitudinarios de desobediencia civil derribaría el régimen.
Todavía existe, gracias a los media, a los mass-mierda, la creencia entre el vulgo, comunmente la plebe plebeya, la creencia, muy torpe, de que votando hacen oir sus voces…
Cuando la trampa consiste en todo lo contrario: votando lo que se hace es decir AMEN.