Es muy ingenuo creer que el orden espontáneo lo va a resolver todo. Cuando surge y funciona es estupendo, pero cuando no surge tienen que aparecer las normas y reglamentaciones para que los seres humanos puedan convivir y los asuntos humanos se desarrollen en la mayor armonía posible. Y esto ha ocurrido en cualquier sociedad humana de entre todas las que han existido.
Tan perniciosa es la presencia de malas normas como la ausencia de normas necesarias.
Escuché el programa de radio donde la economista hablaba sobre la espontaneidad como una especie de entelequia salvadora. Pero aparte de esto, lo que más me llamó la atención fue cuando ella mismo habló sobre la necesidad de no tener “un salario mínimo”, puesto que el empresario -alguna parte de los pequeños y mediana empresa- no podía pagar ni siquiera un salario tan bajo con el mínimo interprofesional. Ahora bien, aunque esto, en parte es cierto, vale cuestionar esta idea, pues ¿cómo diablos una persona o familia podría vivir con menos de 600 euros al mes, teniendo que pagar hipoteca/alquiler, comestibles, luz, agua, gas, etc., etc. Entonces, si realmente habría que eliminar el salario mínimo para que “la gente trabaje y consuma”, no es menos determinante que el resto de cosas (alquiler-hipoteca, consumibles, etc.) baje a la par, sino es insostenible vivir así, es vez de contrato es una esclavitud. No por nada, Aristóteles llamaba a los asalariados “esclavos a tiempo parcial”.
Salu2 y gracias por compartir estos programas.