La semana ha terminado con más noticas, negativas, en lo que a investigación se refiere en Hispañistán. El viernes día 25 de enero, El País se hacía eco del nuevo ataque hacia el sistema de investigación, en la forma de reducción de la financiación de proyectos de la convocatoria del Plan Nacional de I+D+i. Tras la noticia que dimos en esta misma página la semana pasada respecto a la revocación de los proyectos de agricultura del Plan Nacional, de la que, curiosamente, ningún otro medio ha dado información, el Ministerio de Economía y Competitividad (sic) ha tomado unas medidas bastante absurdas que acaban por dinamitar, casi definitivamente, la financiación española de la I+D. La “ingeniosa” idea ha consistido, en este caso, en prorrogar el pago de los proyectos de tres a cuatro años, pero manteniendo el calendario de ejecución en tres años. Es decir, los investigadores que hayan tenido la “suerte” de conseguir uno de esos proyectos, tendrán que ejecutarlos en tres años y presentar los resultados, las memorias, y las justificaciones en ese tiempo, pero el último pago lo recibirán un año después. Pero eso no es todo, durante el primer año de ejecución del proyecto, que es cuando más gastos se suelen realizar (contratación de personal, adquisición de reactivos y equipo, etc.), el pago que se realizará no llegará al 10% del importe total del proyecto. Y eso es simplemente inviable. Si los centros de investigación y las universidades tuvieran la solvencia necesaria, se les podría adelantar a los investigadores el dinero, como venía siendo práctica habitual. Pero con las arcas vacías y los presupuestos ajustados al mínimo, eso no es posible. Ni siquiera el CSIC va a poder hacer frente a algo así.

El vicepresidente de investigación del CSIC, Antonio Figueras, se ha apresurado a realizar unas declaraciones para justificar la medida (recogidas también por El País), afirmando, entre otras cosas, que “la publicación de la resolución significa un compromiso de pago que no estaba seguro hasta este momento”. Señor Figueras, no nos venga a justificar lo injustificable. La publicación de una resolución no significa compromiso de pago, como ya hemos podido comprobar con la revocación de la resolución de proyectos RTA (INIA) 2012. O es usted un iluso y se cree todo lo que le dicen sin rechistar, con lo cual no debería ostentar ese cargo, o miente de la forma más miserable, lo que implica que tampoco debería ocupar la susodicha vicepresidencia.

Ya hace tiempo que algunos investigadores han denunciado que se está produciendo un ataque coordinado para desprestigiar y acabar con el actual sistema de investigación en España, y esto no es sino una maniobra más. Los que nos dedicamos a la investigación, sabemos perfectamente que el sistema de I+D español necesita una reforma profunda para acabar con una serie de problemas “clásicos” que lo siguen lastrando. Pero para llevar a cabo esa reforma hace falta gente competente, que sepa de qué va la investigación, y no un puñado de analfabetos en ciencia preocupados por mantener el sillón y sus prebendas. Ya hay rumores de que el CSIC puede entrar en bancarrota a lo largo de este año, más pronto que tarde. Y eso es otra parte de la estrategia. Cuando la mayor institución investigadora del país colapse, será el fin de la partida. Game over. El que quiera hacer ciencia, más vale que se haya marchado ya, o tenga muy buenos contactos entre las altas esferas.