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Partiendo de la base de que soy antimonárquica, intentaré hacer un bosquejo sereno de lo que he visto esta mañana en la televisión, en las calles del centro de la capital y en los aledaños de la Puerta del Sol de Madrid.

En primer lugar, quiero señalar la cara seria y preocupada del Gobierno en pleno. Y no es para menos, la tan cacareada multitud aclamando a Felipe Borbón ha brillado por su ausencia. La realidad les ha caído de golpe y se les notaba. ¿O tal vez era el disgusto por el partido de fútbol de ayer?

El discurso de Borbón, previsible, la escenificación rancia y con tintes franquistas (el uniforme militar del protagonista lo dice todo), las niñas y Lady bótox, muy old style, lo que se esperaba de una casta medieval, por otra parte.

Lamentable el guiño del presidente Posadas a la Gran Coalición. Eso es lo que nos espera si no hacemos algo por evitarlo. Detesto a esos traidores del Congreso que han apoyado una institución ilegítima y han propiciado un proceso al margen del pueblo soberano. Pero sabemos sus nombres, se retrataron uno a uno en voz alta. Y eso no podremos olvidarlo. Que no nos vengan con que nos representan. Ellos solo representan a la oligarquía, no al pueblo.

Ya en la calle, bastantes transeúntes con banderitas de plástico. A simple vista, la cuarta parte se alejan de la zona por donde ha de pasar la “vomitiva” oficial. De los que se dirigen hacia la Gran Vía, un número muy significativo, yo diría que, al menos, un 40%, son extranjeros. Hay mucha gente con rasgos orientales, mucha gente con apariencia americana (resulta patético ver a una pareja de origen amazónico con una banderita en la que pone “viva el rey”, ¿acaso tienen algo que agradecer a los Borbones? … en fin… ) y hordas de muchachitos y muchachitas anglosajones que andan de vacaciones por aquí. Entre los nacionales, algunos jovencitos de NNGG, mucha pareja mayor, alguna familia completa, nostálgicos de una época que no ha de volver. Pero no hay concentración en ninguna calle. Las fotos hablan por sí solas, se puede hablar de vacío. El clamor popular, esa mayoría silenciosa de la que hablaba el Gobierno cuando el 22M, hoy ha demostrado que es muy silenciosa, ciertamente.

Según nos aproximamos a Sol, más policías que ciudadanos, algo muy llamativo.

El colmo es el cerco a los aledaños de Gran Vía y Sol por la calle Fuencarral . Nos cachean, nos inspeccionan las mochilas. Mi bandera republicana doblada en la mochila es vetada. La rescato in extremis de las manos del policía que me dice que con eso no puedo pasar (creo que le he pillado por sorpresa, su intención era requisarla, pero he sido más rápida que él). Doy media vuelta y vuelvo a casa a dejarla.

Regreso a la “zona cero” por San Bernardo. A mitad de camino empieza a haber más policía. Un grupo de guardias vestidos de gala se suben a un autocar para irse. En Gran Vía se repiten los cacheos y la inspección de mochilas. Esta vez paso. Hago unas fotos, consigo cruzar a la acera de Santo Domingo. No hay mucha gente, como un día normal. La mayor parte son turistas y curiosos. En torno a un 50% portan banderitas de plástico. El porcentaje de extranjeros entre los portadores sigue siendo próximo al 40% (asiáticos, americanos, anglosajones). En las vallas que bordean la calle a penas hay unas decenas de personas, muchos de ellos extranjeros. La presencia policial es impresionante. Jamás, y eso que he asistido a la mayoría de manifestaciones no autorizadas durante los últimos años, había visto tal despliegue.

Me aproximo a Sol. El perímetro está totalmente vallado y custodiado por la policía. Solo se puede circular circunvalando por un estrecho pasillo entre policías. La concentración convocada a las 12,00h por la Coordinadora Republicana es imposible. A los compañeros de la Coordinadora 25S los retienen en las inmediaciones. La señora Cifuentes hace bien su trabajo. Si a ejercer la fuerza contra el pueblo desarmado se le puede llamar trabajo.

La estación de metro de Sol permanece cerrada desde por la mañana temprano. Los pasillos y vagones de las estaciones cercanas se encuentran tomados por la policía, que van en grupos de ocho o diez. Me arriesgo haciendo unas fotos, si me ven estoy lista. La pena es que salen muy borrosas.

Tras la malograda concentración en Sol, la dente va a Tirso de Molina. Hay detenidos, algunos por gritar vivas a la República. La gente se disuelve pronto. Esta tarde hay prevista otra concentración a las 19,00h en Sol, aunque puede que sea imposible. Se trata de un empeño personal de Cristina (la Delegada, no la imputada). Hay otra convocatoria en La Cebada para presentar los resultados del Referéndum popular de estos día. Esta última tiene más visos de ser posible.

Conclusiones:

1.-La caída del Régimen del 78 se acelera. Su mayor valedor, el rey abdicado, es quien más ha contribuído a esta debacle. El y toda la corrupción que ha propiciado.

2.-El supuesto apoyo popular a la monarquía se ha diluído como un azucarillo en agua caliente. El malestar del pueblo por las injusticias sociales y la corrupción generalizada han hecho esta labor. Mucha gente no está ideologizada, pero si está muy molesta e indignada.

3.-El miedo del Régimen a las manifestaciones populares se ha escenificado con el impresionante despliegue policial de hoy, más propio de una dictadura que de una democracia. Y la presencia de uniformes militares, el rey impuesto el primero, que nos recuerdan el ruido de sables y nos atemorizan.

4.-Creo que Felipe Borbón ha debido sentir hoy un vacío importante. Que recuerde que ya dos veces antes de ahora, sus antepasados optaron por irse de un país donde no se los quería. Y que no hay dos sin tres. Y eso vale también para la #TerceraRepública .