Mañana es 14 de abril, aniversario de la proclamación de la II República Española. Como siempre, en estas fechas me gusta hacer una reflexión sobre la necesidad de un cambio de modelo de Estado. Aún a riesgo de repetirme, me gustaría argumentar a favor de un Estado republicano. El motivo fundamental es que la Monarquía es un modelo antidemocrático, nada igualitario, anclado en la Edad Media y, sobre todo, impuesto, no elegido. Otras consideraciones importantes son la implicación de los miembros de la familia real en casos de corrupción, con el agravante de un trato de favor por parte de la Justicia, el enriquecimiento desmesurado del ex rey, Juan Carlos de Borbón, nunca explicado, y la connivencia entre el poder financiero y la Monarquía para conspirar contra la ciudadanía, a la que expolian.
Hay temor por parte del régimen a que se les venga abajo el chiringuito con los vendavales políticos que atraviesan la Península de costa a costa. Saben que, de producirse un cambio político efectivo en las próximas convocatorias electorales, todo el entramado corrupto que han urdido desde 1975 se rompería. Hay que dejar claro que, lejos de ser un mero comparsa en todo el tinglado, el rey ha sido pilar fundamental del régimen, como ponen de manifiesto los cientos de correos filtrados del sumario del caso Noos. Lejos de ser, como nos han querido vender, el embajador de lujo de España, el rey ha sido el embajador de la oligarquía española, a la que ha favorecido en toda suerte de negocios, con las consiguientes comisiones millonarias, de las que se nutre su fortuna personal. El tráfico de influencias en Comunidades Autónomas, Ministerios y Ayuntamientos no es sino un remedo de ese gran chanchullo que ha supuesto la actuación del rey desde 1978.
Pero, soplan vientos de cambio y el R-78 teme por su continuidad. Toman medidas desesperadas, como la abdicación de Juan Carlos a favor de su hijo Felipe. Qué gran oportunidad de cambio perdimos el pasado mes de junio. Lástima que la población sea mayoritariamente sumisa, con alma de siervo. Si entonces nos hubiéramos echado a la calle en tromba, podríamos haber dado al traste con esta parodia de democracia que sufrimos. No solo fuimos pocos, además fuimos duramente reprimidos por Cristina Cifuentes, que, en su nuevo papel de candidata a presidir la Comunidad de Madrid, se muestra con un talante falsamente conciliador y buenista, destinado a convencer a los ingenuos. Bien sabemos las personas activistas de Madrid y del resto del Estado (no hay que olvidar su actuación el 22 de marzo de 2014 contra las Marchas de la Dignidad), cual es el talante de esta persona, autoritaria y antidemocrática hasta la médula. En fin, que por la cobardía de una mayoría de la población, hoy sufrimos el recambio de rey, más joven pero igual de antidemocrático.
La proximidad de las citas electorales de este ciclo han convertido los noticiarios del régimen en un escaparate de imágenes electoralistas que favorecen a las dos patas del sistema, PP y PSOE, así como a su recambio, Ciudadanos. Porque, no nos engañemos, el poder real, la oligarquía financiera, teme que el desgaste del PP les de un disgusto y dan su apoyo sin rebozo al partido de Rivera. La incógnita es cuál es el recambio del PSOE que ha ideado el sistema. A primera vista podría parecer que Díaz representa el PSOE caduco y amortizado y que Sánchez es el candidato del régimen. Al menos eso parece deducirse del despliegue de apoyos que recibe, incluído el de Felipe González, mientras Susana se debate para no naufragar entre casos de corrupción y falta de apoyos para gobernar. Pero no me queda muy claro. Ya veremos si hay un recambio “tapado” de aquí a las Generales.
Mientras, el PP ataca con medidas electoralistas, como la reforma del aborto y dando bombo al posible nombramiento europeo de Guindos. Aguirre está en campaña permanente, dando coba a los más conservadores, agitando el fantasma “rojo” ante sus ojos.
En el PSOE nos venden el gran apoyo de González a Sánchez, a la vez que se hace un lavado de cara al sucio proceso de la transición. Nos dice González que él salvo al país de que pasara de la dictadura de Franco a una dictadura comunista. Se muestra convencido de que el social liberalismo al que nos han sometido es un peaje adecuado para evitarlo. Olvida que entre el comunismo y el social liberalismo está el socialismo democrático, mucho mas acorde con los anhelos de nuestra sociedad.
Mientras, los medios paniaguados del régimen no paran de machacar con la idea de que los conceptos izquierda y derecha son “lo viejo” y que “lo nuevo” es usar ideas transversales, lo que justifica el éxito de Ciudadanos e incluso (¡oh, asombro!) de Podemos.
Pues bien, la República es absolutamente transversal y será lo nuevo. ¡A por la Tercera!
No podía esperar menos de una sectaria como tú, Ana, en esa descripción de la “realidad” política según los Barba Brothers, que olvidarás la NO participación de Podemos en las reivindicaciones de la República, así como la SÍ reunión de Pablo Iglesias y TODOS los eurodiputados de Podemos con el Rey Felipe el Preparado en la Euro Cámara.
Por otro lado no me sorprende que no incluyas a Podemos entre los recambios del Régimen, es vuestra apuesta personal y esperáis que llegado el momento os lo paguen, lamentablemente para vosotros, falsa izquierda y falsos comunicadores independientes eso no sucederá
Aun estando en gran parte de acuerdo con su artículo, considero que analíticamente es improductivo calificar a la población de “sumisa” y con “alma de siervo”, sobre todo si más adelante, de modo un tanto contradictorio, afirma que la socialdemocracia es “mucho más acorde con los anhelos de nuestra sociedad”. La clave, en mi opinión, no está en denostar a esa gran parte de la ciudadanía que no aboga por la República o por cambios profundos en la política y la economía y qué más bien está conforme con el actual statu quo, sino en conocer sus razones y motivaciones. Seguidamente, hay que aspirar a convencerla con buenos argumentos y a agitar sus corazones.