ATENAS

En Grecia, desde hace tiempo, ser extranjero constituye un delito penal. Un artículo publicado hoy en el diario ateniense “Έθνος της Κυριακής” (Ethnos tis Kyriakís) saca a la luz episodios de inaudita violencia policial contra turistas e inmigrantes. La Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, recibió la orden ministerial de efectuar una investigación sobre el asunto con la finalidad de depurar responsabilidades y de averiguar la existencia de eventuales células de Amanecer Dorado dentro de las comisarías.

Según las denuncias, en la dependencia policial de Egáleo, un barrio de la zona oeste de la capital griega, algunos agentes apretaron los dedos de un inmigrante paquistaní con unos alicates y cortaron con unas tijeras los bigotes de otro compatriota. A la comisaría de Agios Panteleímon, la zona de Atenas donde se observa una alta concentración de población extranjera y Amanecer Dorado suele hacer sus llamamientos a la “guerra”, una turista británica  acuidió para denunciar el robo de su móvil. Al percatarse de que la mujer era de origen albanés, los uniformados la apalearon. En el barrio de Nea Ionía, unos policías pegaron a algunos paquistaníes que anteriormente habían sufrido el mismo trato por parte de desconocidos, mientras en la localidad de Liossia, al noroeste de Atenas, los agentes entraron en la casa de un inmigrante y allí empezaron a chantajearlo y apalearlo. Según algunos testimonios el hombre cayó desde el balcón.

Y mientras Grecia se hunde inexorablemente, la comunidad internacional mira para otro lado.