ATENAS
Tras tres mil años de historia la “cuna de la democracia” ha dejado oficialmente de existir como entidad soberana. La aprobación del plan de ajuste y de los Presupuestos Generales del Estado no ha sido suficiente para garantizar el plazo de 31.500 millones de euros para que Grecia siga en su agónica trayectoria. Desde hace meses los socios comunitarios muestran su total desconfianza con la clase política helena y los tiempos de aplicación de las medidas. La reunión de los Ministros de Finanzas de la UE – que recibe la denominación de Eurogrupo y se celebrará mañana en Bruselas – se enfocará en las condiciones de la ayuda a Atenas que, según una reciente publicación del periódico ateniense “TO VIMA”, son cada vez más duras y reducen el País a una mera expresión geográfica. Se debatirá, con toda probabilidad, el tema de la constitución de un marco legal para la creación de un mecanismo automático de recorte de gastos – algo que exige el Ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schaüble – con la finalidad de asegurar la viabilidad del programa económico y de interrumpir un ulterior flujo de dinero hacia Atenas. Además, se regulará la cuestión que atañe a la activación de una cuenta cerrada en el Banco de Grecia – cuyo funcionamiento está sujeto a las firmas del ministro competente, de la Comisión Europea y del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera – para que se depositen los intereses de la deuda y el Estado griego pueda devolver el dinero prestado. De esta forma, los socios comunitarios se asegurarían el absoluto control sobre la economía griega y la utilización de los fondos. El reciente acuerdo con la Troika prevé que la situación de las finanzas helenas sea objeto de una supervisión mensual y que se revise periodicamente también la contabilidad de las empresas públicas, de los ministerios, de las Cajas de la Seguridad Social y de los entes locales donde será nombrado como responsable de los gastos un hombre de confianza de los organismos acreedores. En caso de que exista una desviación mayor del 10% en relación a los objetivos previstos por el Memorándum III deberán aplicarse medidas que en el plazo de tres meses consigan enderezar el rumbo de las cuentas públicas. Si dicha desviación se produce a lo largo de dos trimestres consecutivos será puesto en marcha el mecanismo automático de recorte de gastos. La Comisión Europea será el único órgano que dará su visto bueno a inversiones para la creación de infraestructuras y sobretodo decidirá sobre el uso de los fondos europeos de desarrollo. El alemán Horst Reichenbach – jefe de la Task force de la Unión Europea que tiene la competencia de aportar mejoras en la Administración griega – se encargará de controlar todo este sector. Existe otra condición para que Grecia pueda cobrar el plazo de 31.500 millones: Atenas deberá comprometerse a no adoptar ningún cambio ni en la política económica, ni en la organización del Estado, ni en el conjunto de las leyes sin previa conversación con la Troika y su aprobación.