Cuando este país lleva más de 30 años sin apenas construir viviendas sociales de alquiler, cuando hemos condenado a los jóvenes a la precariedad laboral más absoluta, además de percibir salarios de risa, cuándo el alquiler especulativo en manos de rentistas le supone a cualquier joven la mitad de su salario y este mismo joven ni puede ahorrar ni estudiar, porque cada vez faltan mas plazas, sobre todo en FP, y muchísimo menos pensar en dejar el domicilio de sus padres y formar una familia, me entero que nuestra izquierda progre, léase Más Madrid, junto a Esquerra Republicana de Catalunya, han propuesto legalizar la marihuana, que como todo el mundo sabe es una urgencia de primer orden, con la que está cayendo en todo el territorio nacional. Del precio de la electricidad ya hablaremos otro día.
De Más País no me extraña, es lo que cabía esperar del partido apéndice escisión de Podemos, respecto de ERC sólo diré que si Lluis Companys resucitara de nuevo, fallecería de nuevo en el acto.
Ambos partidos, expertos en el lavado de cara del régimen de 1978 (como Unidas Podemos también lo es), pronto promoverán además una renta o limosna universal, porque la desigualdad e injusticia que vienen va a ser de epopeya, y como dijera José Miguel Vilarroya, las novelas de Charles Dickens se van a quedar cortas.
Se trata en definitiva de anestesiar aún más a la juventud con la droga y la limosna para que no se mueran de hambre. Por lo visto, los botellones ya no son suficientes, hace falta una nuevas herramientas para que no se les ocurra hacer la revolución.
Los encargados de estas sucias tareas no pueden ser ni Vox ni el PP, ni el el PSOE, pues los dos primeros aún tienen gran parte de su clientela en la sacristía y el tercero un segmento importante en el IBEX y el Estado. Hacen falta unos progres de toda la vida, recién llegados, de estética trasgresora como ellos solos y forrados en su situación personal, gracias al sistema que los alimenta y les ha dado cobijo en calidad de buenos colaboradores.
Lo de ERC es aún mas grave. Le andan tomando el pelo al pueblo catalán, dándole puñaladas a Puigdemont por la espalda y negociando no se sabe qué en una mesa de dialogo para que todo siga igual.
La traición ya viene de lejos, y en cada momento histórico han ido cambiado de nombre los traidores dentro de izquierda, engañándonos a todos.
Aún no había dado el golpe Tejero en 1981 y la situación social era de lo más conflictiva, con trabajadores en huelga y movilizados. Por esas fechas pudo verse a jóvenes de las Juventudes socialistas exigiendo con empuje y vehemencia la legalización de la marihuana y el hachís. Al mismo tiempo el consumo de droga ya era recurrente en las juventudes del PC y el PSOE, así como sus aficiones a la fiesta constante ya resultaba de lo mas llamativo. Una significado miembro del PC me llegó a decir en una conversación por aquellos años que la izquierda tradicional era demasiado aburrida y rígida (se debería referir al marxismo leninismo) y que la nueva izquierda, lo que necesitaba eran bastante más “marchilla”, vamos, estar más pendientes de la juerga que de otra cosa.
Hasta aquí hemos llegado. Porque está “izquierda” ya ha tocado fondo. Y tarde o temprano la de siempre, la que nunca debió haberse ido, volverá para enterrar a la actual.
Lo terrible es que a esta “izquierda” (la del postureo) no la va a enterrar la izquierda de siempre, sino la extrema derecha. Apañados vamos.