Se acaba de tejer una red clientelar que es la que da apoyo y soporte al nuevo reyezuelo disfrazado de demócrata sin necesidad de batirse el cobre en una campaña limpia, se acaba de aplicar el fraude a la democracia sin que nadie lo impugne.
En Andalucia, el sistema es otro, también destinado a comprar los favores del electorado afín con dinero de todos, se trata de comprar zonas rurales enteras a través del PER que, en principio tenía como objetivo evitar el despoblamiento de los núcleos rurales pero que una vez puesto en manos de políticos se convierte en un arma para comprar voluntades.
Lo mismo podríamos hablar de Cataluña y Pais Vasco donde el asunto se vuelve más descarado dado el temor reverencial al chantaje separatista que desde siempre se ha tenido desde el gobierno central, lo cual les ha permitido, no sólo utilizar las tácticas de compra de voluntades más diversas, todas con dinero público, sino que directamente los adoctrinan desde la infancia valiendose de una escuela totalmente sectaria donde se les inculca a quien deben votar, como deben hablar, que simbolos han de respetar y cuales han de odiar.
De tal modo que todo lo que se ha constituido en nuestro país tiene más que ver con el feudalismo medieval o el canovismo caciquil donde la relación se produce entre señores y vasallos o entre caciques y súbditos que entre ciudadanos.
El desmantelamiento de ésta tupída red clientelar que paga el ciudadano con sus impuestos y que es el verdadero obstáculo para el funcionamiento real de la democracia,no sólo rebaja la calidad de nuestro sistema político sino que está suponiendo que el coste del mantenimiento de ese monstruo nos impida salir adelante.
Hoy a nadie se le escapa que esa red es el escondite donde viven refugiados y cobijados una plaga de enchufados, colocados, familiares, vividores, trepas, mediocridades y demás fauna afín a los partidos políticos que son el verdadero cáncer que ha contaminado al resto de las instituciones con tal de mantenerse en el poder a través de ésta perversa utilización cuyos controles son incapaces de auditar tales desmanes, desde los interventores municipales, a los que empezaron esquivando con la creación de empresas públicas donde cobijan a 650.000 inútiles hasta los Tribunales de Cuentas que ni son tribunales ni cuentan, se han cargado el sistema y lo peor, se cargarán el futuro si no lo remediamos.
El último truco es burlar a la propia corrupción tratando de legalizarla, es decir, evitar el sobre con el dinero o la cuenta corriente en el paraiso fiscal o al propio testaferro con el pase a la empresa privada y su puesto en el consejo de Administración como pago a los favores que en la vida política se le hicieron a los oligopolios, todo legal pero con un olor a podrido que apesta. El caso es inventar nuevas formulas para seguir robando y saqueando al maltrecho ciudadano español que, como sigue viendolas venir seguirán clavandosela, porque estos, ha quedado demostrado que sólo miran por sus intereses.
Para salir de ésta situación y de éste régimen despótico no hay otra que luchar por el desmantelamiento del entramado clientelar, ese sería un gran avance, a continuación evitar que los oligopolios tomen y ocupen el papel del Estado, sería cambiar lo malo por lo peor.
Es que es algo que lo sabemos todos pero tenemos las manos atadas por los mismos que dictan las leyes y los que se supone que deberían cumplir con la Constitución. Se supone que deberían trabajar para el pueblo, para los habitantes de su ciudad, capital, pueblo, aldea, pero sólo trabajan para si mismos, para tener poder, riqueza y dinero a mantas.