El régimen corrupto no para de darnos titulares de atracos diarios a las arcas públicas, atracos que son repuestos mediante el expolio y la confiscación a los súbditos que ya alcanzan la categoría de esclavos, pues lo que ganan, en un alto porcentaje,  es para entregar al régimen vía coacción estatal.

Ayer tocó destapar otro atraco al erario en Sabadell, después de unos dias en Palma de Mallorca con Urdangarin y toda la plana mayor del PP balear, sin olvidar el cierre en falso de la comisión de uno de los mayores robos del siglo, los EREs andaluces, al que acuden los declarantes como si fueran al Club de la comedia, entre risas, declaraciones por escrito, silencios, quitarse muertos de encima etc…

En Cataluña y en plena campaña electoral nos enteramos del saqueo de más de 137 millones de euros por parte del capo de CiU, Jordi Pujol, no sin antes seguir con la trama de las ITVs de su hijo, los hoteles y la fortuna acumulada por México y Argentina del otro hijo y de las cuentas de su ahijado político, Artur Mas. Mientras tanto, en el juzgado de instrucciòn correspondiente se sigue la causa Palau contra el testaferro MIllet, causa que cuando llegue el dia del juicio esperemos que no haya dado buena cuenta de la documentación alguna rata de juzgado experta en documentos clasificados.

Otra de las comisiones que puede seguir el resignado ciudadano es la que tiene lugar en el parlamento sobre las Cajas de Ahorro, entre sus primeros intervinientes dos de los mayores chorizos, uno manchego y el otro madrileño, siguen la táctica habitual de quitarse el muerto de encima y jurar por su honor que todo lo hicieron bien, incluso se han atrevido a decir que daban beneficios, para detenerlos allí mismo.

Podríamos seguir con tantos asuntos como políticos tiene el régimen corrupto pero siempre se nos olvidarían algunos y acabariamos aburriendo al personal. Los ciudadanos asistimos a éste espectaculo de forma pasiva y esperando que alguien actúe, que alguna institución funcione para detener ésta orgia de robos al por mayor que se vienen produciendo en la mayor de las impunidades. Pero lo que los ciudadanos ven es que una vez pasado el escandalo todo vuelve a la normalidad, las cárceles siguen vacias de criminales de guante blanco, los discursos son los mismos y las victimas también, las instituciones no funcionan cuando se trata de la casta política.

Todo éste monumental saqueo lo tiene que reponer el ciudadano a costa de ver mermado su poder adquisitivo porque el régimen corrupto no tiene los mecanismos necesarios para recuperar lo robado y no tiene ese mecanismo porque en un régimen de corrupción institucionalizada es imposible que exista ese mecanismo que se llama moralidad. La falta de moralidad del régimen está llevando al cierre de miles de empresas, despidos masivos, desahucios, deudas hipotecarias perpetuas, suicidios etc… porque despertemos de una vez, se trata de una estafa cuyas victimas somos los ciudadanos.

Se dan todas las circunstancias para que esto se convierta en pco tiempo en un polvorin a punto de estallar. Es indignante que una casta política corrompida hasta la médula esté destrozando a un país y a sus ciudadanos sin que ni una sola voz tenga la autoridad moral suficiente para acabar con esto, están todos podridos e incapacitados para regenerar ésta situación de putrefacción política, económica, social y moral.

El problema no es un cambio político ni siquiera unos nuevos pactos de la Moncloa como se les ha ocurrido a algunos, el problema es que nadie de la casta política actual puede dar solución a un problema tan grave y tan crucial, sencillamente porque el problema son ellos. Y ellos se tienen que ir, para lo cual es urgente que la sociedad se articule en las calles para manifestar su indignación y repulsa hacia éste régimen corrupto que nos lleva directamente al abismo, a la muerte social. Una nueva configuración del sistema político sólo es posible desde la sociedad, de abajo a arriba, abriendose paso a través de la protesta ciudadana, de la insumisión fiscal, de la desobediencia civil, del NO total a la tiranía de la casta política y del régimen corrupto en el que no queremos seguir viviendo, pero sobre todo en el que no queremos que vivan nuestra futuras generaciones. Esa es nuestra lucha, nuestra obligación como ciudadanos y el papel que nos toca vivir en nuestra étapa histórica, de lo contrario la única pagina que se podrá escribir sobre nosotros será la pagina de la verguenza y la ignonimia de una sociedad que no supo luchar por su libertad.

Pronto y sin necesidad de ser convocados por partidos políticos ni sindicatos del régimen corrupto, los ciudadanos hemos de volver a las calles, no a reclamar intereses sectoriales perjudicados por la gran estafa sino a reclamar por la libertad que es lo que verdaderamente está en juego y es lo que hace de un sistema político un modelo de convivencia donde la verdadera soberanía nacional resida en sus ciudadanos y no en los poderes fácticos que nos están restringiendo derechos hasta la supresión total de la noción de ciudadano para acabar como esclavos y animales cuya única función es sacrificarnos hasta pagar el último euro de la orgía de despilfarro y corrupción que otros generaron.