El pueblo español volvía a darse una vez más la espalda a si mismo creyendo y dejando en manos de las élites el proceso de cambio, un proceso por el que quedó excluido de nuevo y que esas élites llamaron democrático porque fue adornado de algunas de las reglas que hacen a un sistema político lo más parecido a la democracia.
En realidad no hubo ruptura ni transformación, lo que se produjo fue un cambio de unas élites por otras con la vigilancia y control de los actores que consentian aquel proceso, el ejercito y las oligarquias de siempre.
No me extenderé más para concluir que recibimos de manos de unas élites un sistema trucado y disfrazado de democracia. Pero es con Zapatero cuando empieza algo peor, una era que llamaría la era del pensamiento débil, cuya continuación tiene a un sucesor, Mariano el Plasma. Una era de buenismo, mansedumbre e hipocresia que ha dado al traste con una nación que se ve humillada por el lastre de la corrupción y de la inacción política.
Una era del pensamiento débil que se muestra temeraria porque hace que triunfen aquellos que ponen empeño en conseguir sus fines aunque sea a costa de romper el Estado porque todo vale, simplemente hay que proponerselo y el pensamiento débil accede a cualquier pretensión por muy desorbitada que parezca. El pensamiento débil es el culpable de la miseria de los ciudadanos pero el culpable también de que los terroristas puedan acceder a sus instituciones, puedan ser indultados o una agrupación de golfos cuyo sede del partido está embargada y su Secretario General imputado por corrupción puedan convencer a toda una parte de la población para independizarse de España.
¿Y que hace nuestro lider? ¿Acaso se pone el primero para presentar batalla al ejercito invasor en las Termópilas? ¿Da la cara y eleva la moral de los ciudadanos? No, nada de eso, Mariano el Plasma se esconde tras sus 42 pulgadas y huye. Ese es el liderazgo del pensamiento débil que empezó con la tolerancia y el buenismo zapateril y ha inundado a toda la sociedad hasta dejarla sin reacción alguna.
El pensamiento débil es un lastre porque impide la iniciativa privada, impide que los individuos realicen su propio proyecto vida y los reduce a un rebaño que tiene que ser manejado por un manso huidizo cuya debilidad amenaza a toda la sociedad. El pensamiento débil es sumiso con el que vocifera y grita y déspota con el ciudadano al que acribilla a impuestos hasta convertir este país, como bien dice Perez Reverte, en una dictadura fiscal con una pantalla de plasma como presidente.
el problema de la democracia es que es dificilmente demostrable que debe ser, o como orientarse, pues tiene muchas cosas.
a mi me gusta en esto verlo como economia, pues ahi si puedo explicar a la gente, que el dinero su mision es servir a todos, y les puedo demostrar todo, y muchas cosas mas,
al final, lo mas importante de la democracia y que es el principal problema que tiene es que no ha consegido, no generar las erramientas, sino ni siquiera demostrar que tiene que servir a todos, y generar sistemas de justicia en capacidad para todos, de hecho ver, las votaciones es el juego mas bien de judas, todos buscando el principio propio, como si eso sirviese.
al final, la democracia es lo mas putrefacto que he visto, pues aparte de todos ser engañados, pero a su vez.
un funcionario piensa como un funcionario.
un pensionista como un pensionista.
un estudiante como un estudiante.
y asi gremio tras gremio, fuerza tras fuerza, y eso sin entrar en lo que serian las vertientes regionales, ni ya otras cosas.
simplemente esta todo muy distorsionado.
Hola Carlos: no se si es inoportuno.
Aprobechando he querido escribir mi primer texto sobre teoria politica.
Me gustaria ofrecerselo para que si le puede agradar lo lea usted, y me comente aqui mismo en este post mismo sobre “la propuesta y reflexion democratica que hago en el mismo”. (va sobre mi propuesta de 2 votos por persona, son 20 paginas pero en letra gorda.)
Gracias de antemano:
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http://www.bubok.es/libros/221889/TEOREMA–TEORIA-DE-SUPRAMAYORIAS-ELECTAS