EN BUSCA DE UN MODELO SOCIAL. PARTE 2.

resetDentro del comunitarismo, Alasdair Mac Intyre es la opción más radical. Escocés de vida académica en EEUU, se opone fundamentalmente a dos cosas: La Escuela de Frankfurt, la cual le parece un desastre porque es una lectura barata del marxismo que deriva en el autoritarismo del socialismo real. Y se opone al liberalismo de John Rawls, esa combinación de liberalismo/comunitarismo no es nada convincente. Mac Intyre intenta construir el concepto de libertad frente a las desviaciones de la modernidad y para ello recurre a la noción de “tradición”.

La modernidad es un proyecto desordenado, un caos de relativismo en el que es imposible establecer un criterio que fundamente los valores y ordene los criterios de las personas. Nos ha puesto en una tesitura en la que cada uno puede pensar lo que quiera, esto nos lleva al absoluto caos y no hay manera de que nos entendamos unos con otros. El relativismo moral es una opción errática de la modernidad, es puro emotivísmo. Buscando liberarnos de todo lo que parecía una autoridad externa, la liberación respecto a toda autoridad y creyendo que con ello ibamos a ser más libres, hemos agotado la idea de libertad. Los individuos son aparentemente más libres pero no tienen ningún tipo de fundamento para la crítica, opiniones totalmente superficiales que todas ellas parecen igualmente valiosas y ello crea un continuo enfrentamiento que hace imposible convivir de una forma adecuada.

Saber que es justo o injusto, bueno o malo, esa desorientación conduce a la insatisfacción de las personas, un infantilismo colectivo donde los propios caprichos se convierten en criterios de actuación y todo esto produce sociedades empobrecidas, igualitarismo por abajo. Una especie de incultura, trivialidad, superficialidad, algo parecido a una barbarie latente que puede dar lugar al conformismo pero que tarde o temprano explota porque hay una insatisfacción generalizada, un panorama tenebroso.

La solución para Mac Intyre es recuperar la noción de “tradición”, volver al origen de la modernidad, no es contrario a la esencia de la modernidad sino a sus desviaciones. La noción de tradición la hemos olvidado poco a poco, el renacimiento sería un momento de equilibrio, hay un dialogo con la antiguedad, con las raíces de nuestra cultura, en la cultura clásica. La modernidad surgió en el renacimiento, no como una ruptura o revolución sino como una vuelta a las raíces (re-nacimiento=volver a nacer), ir a lo mejor de nuestra civilización que está en la época clásica donde encontramos un tipo de sociedad armónica donde se pueden evitar los conflictos producidos por la pugna de intereses unido a la pugna de valores, la alternativa hay que buscarla en un tipo de sociedad distinta, por eso tenemos que volver al momento histórico para recuperar algo que podemos rescatar.

No deberíamos haber olvidado a Aristóteles, Mac Intyre se sitúa en una tradición aristotélica-tomista. Esa sociedad clásica es una sociedad en la que la comunidad primaba sobre el individuo, el ser humano se realizaba a si mismo como ciudadano, donde se tomaba en serio que el ser humano era un ser social por naturaleza. Llegará a ser aquello que es: “Naturaleza, fin y valor”. Un ser social y político, nos realizaremos cuando actuemos como ciudadanos. El ser logra su identidad a través de la participación plena en la vida pública cuando adecua sus fines a los compartidos. El error del liberalismo es pensar que seremos más felices cuando nos dejemos llevar por nuestros propios intereses egoistas.

Lo que nos hace vivir mejores el bien común, lo comunitario. El liberalismo ha llegado a un individualismo extremo donde es difícil reorientar las conductas. Mac Intyre busca otras fuentes para reconducir la modernidad que, en principio buscaba emancipar al individuo de una autoridad externa y hacerlo autónomo en su proyecto de vida. Habla de las desviaciones de la modernidad como proyecto desordenado, se aparta de todo lo que suene a marxismo (Escuela de Frankfurt). Lo que ocurre es que caemos en un caos de relativismo en el que es imposible encontrar un criterio moral, hay que recuperar la idea del bien y por encima del individualismo, consumismo etc.. tender al bien común y para ello Mac Intyre se conduce a la noción de tradición, a los auténticos origenes de la modernidad, la cultura greco-latina y Aristóteles como autor de referencia, nos sitúa en el mundo, explica la naturaleza humana como ser social por naturaleza y solo alcanzaremos nuestra vida auténtica cuando superemos el egoísmo, trabajemos cooperativamente y reflexionemos por el bien común. Por tanto, la vida comunitaria es buena para la vida humana. La democracia no funciona porque se ha olvidado esta faceta del ser humano, hay que crear formas locales de comunidad donde la vida social pueda formularse. Solo en la comunidad encontraremos la orientación para nuestras acciones y en ella se fragua la propia identidad del sujeto. Las personas no somos individuos aislados, nuestra constitución es comunitaria, intersubjetiva. El individualismo está en contra de la naturaleza humana, responde a una serie de intereses que pretenden presentarse como claves para nuestra felicidad pero que nos dejan insatisfechos porque no dan sentido a la vida humana. La vida desarraigada trae el consumo de bienes materiales que genera una constante competitividad de unos con otros y desaparece lo que realmente nos hace felices: la cooperación de unos con otros, lo que tradicionalmente eran las virtudes cívicas.

Mac Intyre descarta otras versiones rivales de la ética y cree que la postura tradicional es la que permite una combinación armónica de la razón dentro de la tradición. Piensa en la tradición occidental en la que la razón cobre toda significación, hay que integrar la razón dentro de un orden de interpretación más amplio, el aristotélico-tomista, el ser humano necesitado del otro. La razón no es una razón que comienza desde cero, la razón moderna es desarraigada, se llegó a pensar que el ser humano era capaz de pensar por si mismo desprendiendose de todo criterio de autoridad, hay que buscar las raíces de la razón en los griegos. La idea de la razón práctica se refiere al comportamiento humano según Aristóteles, el ser humano puede argumentar racionalmente que es bueno y que es malo, justo e injusto aunque no pueda demostrarlo con la evidencia de las matemáticas o las ciencias empíricas. En la modernidad se ha llegado a pensar que solo es racional aquello que es demostrable. Si no eres capaz de demostrar algo es irracional, no cabe la razón. Se ha reducido la razón a la razón teórica y se ha olvidado la razón práctica, en esto su máximo exponente es Hume, quien llega a decir que hay que acabar con todos los Tratados de ética puesto que todo está en manos de las Ciencias. En cuestiones de ética, de política o jurídicas queda todo fuera de la razón, nos quedamos sin criterio porque es puro subjetivismo, no hay racionalidad posible. Esto es el gran error de la modernidad y lo que ha producido su degeneración. La razón no actúa como las Ciencias, uno no puede demostrar que utilizar la violencia es inmoral. Frente a eso está la razón práctica que se conforma con razonar, con aportar argumentos o ideas convincentes. Este tipo de racionalidad era la que constituía un tronco común en el que estaba la ética, la política y el derecho. Hay principios éticos, políticos y jurídicos que según esta postura son más valiosos que lo contrario; No matar, no robar tienen tras de si mejores argumentos que lo contrario. Por tanto, cuando vas a la discusión pública se supone que podrás dar argumentos convincentes que el otro podrá reconocer mejores que los suyos. Esto es lo que Mac Intyre quiere recuperar, lo que ha sido la tradición occidental, lo que estaba en nuestro ADN y nos hemos ido desprendiendo de ello. Una busqueda de esas fuentes olvidadas de nuestra propia cultura.

Para que esto pueda darse hay que vivir en comunidades abarcables, que sean vividas, en las que los individuos se sientan parte. Las comunidades muy grandes, planetarias, no abarcables, en las que las tomas de decisiones están muy alejadas producen bastante desarraigo. En comunidades más pequeñas es más fácil lograr un proyecto común, ponerse de acuerdo, convencer al otro, que la vida tenga sentido, que no nos dejemos llevar por el mero consumismo, el modelo de la plaza pública frente al modelo del aeropuerto. El tejido relacional es más fácil en la plaza pública, produce un mayor sentido a la vida humana, nos hace menos dependientes del consumo y mayor del ser humano. En este tipo de vida comunitaria es más fácil tener un criterio sobre lo que está bien o mal, un discernimiento crítico, sirve como resistencia al sistema globalizado en el que las personas son prácticamente números, aqui se tiene valor por si mismo, conocemos a la persona y la estimamos como tal. La vida comunitaria es un factor de resistencia, dentro de una cultura aprendemos a comportarnos, sintonizamos con las necesidades del otro, puede haber un grado de atención recíproco porque cada uno es valorado por aquello que es y no por aquello que tiene. Cuando hay crisis económicas como la actual la gente puede aguantar gracias a estos tejidos relacionales (familia, comunidad etc..), en las grandes ciudades nadie te tiene en consideración, te despiden, te mueres y nadie sabe nada. Es muy importante la noción de lenguaje, una lengua común que nos permita esas relaciones significativas con el otro. Las lenguas no son traducibles, tampoco los sistemas políticos son traducibles de una cultura a otra, ese intento de hacer de la política una ciencia universalista es errónea porque cada comunidad tiene su visión del mundo y puede crear sus propias instituciones. Lo que hay que buscar es aquello que se adecua más a las necesidades de cada comunidad, no se puede definir un ideal de cultura política en términos universales. Un modelo democrático que se ha exportado a todas partes, democracia abstracta reducida a depositar un voto. La democracia auténtica es la participación constante en la vida pública, comunicarse con el otro, hacer proyectos comunes.

Hemos creído erróneamente que la democracia se conjugaba con el capitalismo y el neoliberalismo en un mismo pack, sin embargo, hay elementos antitéticos. Para que haya democracia hay que pensar en los intereses de todos, donde todos se sientan cómodos, se responsabilicen y participen. La cultura de los derechos ha fracasado porque no ha ido unida al sentido profundo de la responsabilidad personal. Silos derechos se utilizan contra el otro, si son la reivindicación de mis derechos se convierte en lo opuesto de lo que se pretende. Los derechos son los derechos de todos, derechos humanos y egoísmo no deben ir juntos.

 

2 comentarios sobre “EN BUSCA DE UN MODELO SOCIAL. PARTE 2.

  1. Hubo un tiempo donde el primer escalon del culturalismo se forjo en economia. con los patrones deuda precisamente.

    donde tener dinero te obligaba a aceptar el tipo de interes que hiciese solventes a los deudores en media.

    donde tener credito te obligaba a remunerar el dinero hasta que hubiera gente dispuesta a ahorrar y no solo consumir.

    A eso lo llamaron equilibrios compuestos por toda la sociedad.

    2 esferas de individuos absolutamente distintas, ahora absolutamente unidas e indisociables.

    reflejo mismo de esto es que esos modelos generaban pleno empleo, cuando el credito se orientaba al hombre.

    hoy en dia, todo esta en derrumbe, en el mundo economico, se lo estan cargando todo, y encima , estan hechando la culpa a lo unico en realidad que podria salvarles.

    es curioso, espero los academicos en el mundo politico, tengan mas capacidad de imponer que se les escuche, y no se les rian en la cara, que el mundo economico.

    pues si no van de culo cuesta arriba.

    lo triste es observar todo lo contrario, si observo el mundo economico, veo un mundo absolutamente esteril, pero lo que veo de la politica y su futuro, con respeto, tambien debido a sus academicos, pero es que es infinitamente peor, y es una pena.

    *
    *
    señores, ideas claras joder:
    enpenzar con lo que os de un acto de impresionante poder, sin esfuerzo.
    rematar mas tarde.

    Lo mas simple es sin duda, algo que sorprende de todo su poder:

    3 votos por persona a quien sea pero cada uno a uno diferente.
    El motivo sencillisimo.

    se debe a qeu para que los acuerdos de representantes no se vicien de poder.
    estos se desarrollan , si por mayoria, y pactos para alcanzar mayoria.
    pero esa mayoria ya es de poder.

    para neutralizarlo, debe quedar neutralizado en el votante.
    dando el poder el votante a mas de 1, y dividiendo el poder de su voto.
    asi luego los acuerdos de representantes ya se envisten no de mayorias, sino de cualificacion.

    por asi decir, antes de dejar que la masa del bizcocho se endurezca y se forme el precipitado, hay que batir bien los ingredientes.

    Hay que primero hacer que nadie absolutamente me represente a mi como mi unico representante, peus de permitirlo, los acuerdos que llegue ese sujeto seran de establecer o mayorias de poder , o de sacrificar mi voto por entero, si el no entra en las mayorias, y es despreciado.

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