Acto, en el Ateneo de Madrid, por el aniversario del 14 de Abril – Republicanismo y acción ante los retos de la España de 2019 – Memoria y ejemplo del republicanismo español 1931-2019 – Intervenciones de Miguel Pastrana (Agrupación Ateneística Juan Negrín), de Diego Cameno (Alternativa Republicana), de Juan Carlos Barba (Colectivo Burbuja) y Pedro García Bilbao (Colectivo al Servicio de la República).
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Si se me permite, un pequeño apunte vexilológico: el ancho de las franjas de la bandera de la foto es incorrecto.
Having fun with flags https://www.youtube.com/watch?v=LeyofQK6tRw
La república se fundamenta en la virtud y la monarquía en el honor. La dinastía borbónica española no tiene honor. Entraron repartiéndose con el R.U el territorio nacional. A cambio de sentarse en el trono regalaron a Inglaterra el territorio ocupado mediante la piratería, conjuntamente con los holandeses, del peñón y por si fuera poco le regalaron también Menorca. Un siglo después, Carlos cuarto y Fernando séptimo regalaron a Napoleón, como Judas, todo el reino a cambio de un palacio y un puñado de monedas de oro. El historial de los borbones durante el siglo xix es de vergüenza. Luego tenemos las felonías de Juan Carlos, la extraña muerte de su hermano, su connivencia con Franco y la traición a su padre, saltándose el orden de suceción y tomando el bastón de mando del régimen del propio dictador, sin mencionar el extraño golpe del 81.
Desde un punto de vista de izquierda la monarquía, una institución clasista, anacrónica y reaccionaria no tiene justificación ninguna, por tanto todos estos sinvergüenzas del PSOE que se dicen juancarlistas o estos pseudocomunistas que abrazaban al crápula felón, como Carrillo, son una suerte de hipócritas que han tomado a los españoles como gilipollas.
Pero es que desde un punto de vista conservador o de derechas tampoco tiene justificación la monarquía. Es comprensible un sentimiento patriota hacia la monarquía en Gran Bretaña o en Holanda, o en otros países, porque, efectivamente, les ha dado a estos países momentos de gloria. Pero los borbones han sido una lacra espantosa para España y no digamos ya lo que fueron los Austrias: desde auténticos retrasados mentales hasta “hechizados” que, a consecuencia de tanta degeneración y endogamia, acabaron siendo estériles y dejando el trono sin descendencia, y el mayor imperio del mundo a merced de las potencias enemigas que no tuvieron piedad en la depredación de España como expuse más arriba.
Por tanto, y ya que está de moda desde el espectro conservador dicha expresión, se hace de extrema necesidad en España una república. Pero ojo, no una república como la que pretenden las mariconas analfabetas de Unidas Podemos y la pseudoizquierda, no una república subyugada a un totalitarismo sobradamente demostrado como ruinoso por la historia. No una república como la segunda, que llevaba en su seno el germen de una guerra civil. No una república de trabajadores y mucho menos de feminazis psicóticas y cerdos orwellianos entre lujosos chalets en Galapagar sino una república para todos, ricos y pobres, hombres y mujeres, de izquierdas, de derechas y mediopensionistas. Una república bajo una democracia, con separación de poderes en el origen y representación política. Con un único presidente del gobierno, no se trata de quitar un rey para colocar otro, que eso es lo que es en definitiva un presidente de la república.