Hoy hablamos sobre el boomerang político en el que se meten los nuevos gobiernos de Madrid y Barcelona a propósito de los casos de Rita Maestre en las capillas católicas que invaden universidades y de los poemas provocadores alabados en Barcelona. También damos un repaso a algunas de las actitudes promovidas por D. Antonio Garcia Trevijano entre sus seguidores y los limites del gobierno representativo. Con Zoilo Caballero, Antonio M. Ballesta y David Serquera.
Fotografía de Alan Levine
Los errores son algo normal entre personas inexpertas, quien nada hace no se equivoca nunca. Pero peor sería la autocensura por no molestar a los poderosos, creo yo.
Aconsejaría a los nuevos políticos leer a Gracián, su magnífico “Oráculo manual y Arte de la Prudencia” , una jugosa colección de aforismos que han demostrado su rabiosa actualidad en el interés despertado en los más destacados filósofos posmodernos, de Nietzsche a Deleuze.
Vaya un ejemplo al caso:
“Cifrar la voluntad. Son las pasiones los portillos del ánimo. El más práctico saber consiste en disimular; lleva riesgo de perder el que juega a juego descubierto. Compita la detención del recatado con la atención del advertido: a linces de discurso, jibias de interioridad. No se le sepa el gusto, porque no se le prevenga, unos para la contradicción, otros para la lisonja.” Oráculo, aforismo 98.
Respecto de la acusación al movimiento de D. Antonio García Trevijano de ser de derechas, basándose en un artículo que fue sustituido por otro en el que se idolatraba a Aznar, que quiere que le diga, como seguidor de D. Antonio, primero, me cuesta creerlo y más si en algún momento aquello estuvo en conocimiento de él, y es sencillamente porque, si uno se ha molestado en escucharle, precisamente siempre calificó al 15M como un movimiento sin conocimiento de causa, indignados sin saber porqué. Segundo, si el protagonista, en este caso D. Antonio, siempre ha renegado de toda ideología, su epíteto de derechas es poco más que falso. Y tercero, si usted ha mantenido conversaciones con D. Antonio, sin duda sobre política no fueron o bien, usted no entendió nada. D. Antonio decía que es mejor estar en el error que en confusión, en su caso, sinceramente, no se que pensar.