De mínimos vitales y racismo policial – Debate Directo
Fotografía de Brett Wenstein
Esta semana Debate Directo analiza las consecuencias del Ingreso Mínimo Vital aprobado esta semana por el Gobierno de España. ¿Servirá para reducir el elevado porcentaje de extrema pobreza que afecta al 30% de la población? Además, comentaremos la crispación política que se esta viviendo en el país con especial atención a la polémica entre diputada del PP, Cayetana Alvarez de Toledo, y el Vicepresidente, Pablo Iglesias. Para terminar comentaremos los disturbios que se están produciendo estos días es Minneapolis tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía. Para ello contamos con la presencia de Carlos Allué y Pedro García Bilbao. Modera Koldo Sandoval.
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3 comentarios sobre “De mínimos vitales y racismo policial – Debate Directo”
Para mçi que estamos entrando ya en una etapa de crisis y cambio del mismo orden, o categoría o como se quiera decir como en los años 60, aunque su sentido será otro, que no sé cuál será. Venía amagando la cosa desde la crisis iniciada en 2007, que dejó tocada la economía de todos lados se recuperara o no el PIB, ritmos de crecimiento, tasas de desempleo, etc. y, por mucho que algunos hablaran por ejemplo del caso de EE UU, está claro que las cosas en conjunto estaban a un nivel más bajo y defenestrado que antes de dicha crisis. Entonces, con movimientos de astroturfing tipo 15M lograron contener o encauzar la cosa. Desde finales de los 90 podemos ver el inicio del proceso (hablo más del caso español y extrapolando arriesgadamente al mundo en general). La crisis del COVID lo ha desatado, y aunque esperaran aprovecharlo de hecho para impulsar los cambios para salvar la salud del capitalismo e imponer medidas masivas de control social, etc., en realidad no se pueden poner barreras al campo ni parar la rueda de la historia.
Hay que tener cuidado con un obstáculo para darse cuenta de esta posibilidad, y es el que los prejuicios de que el cambio social tiene que ser de tal o cual modo y que ha de estar protagonizado por tal o cual sector social, y al no ser así, se nieguen los hechos. Lo digo, en particular, porque precisamente a raíz delos acontecimientos de finales de los sesenta la claase obrera ha ido perdiendo protagonismo y capacidad política tras la época del pacto social (en Occidente) que implicó su renuncia a confrontar con el capital más allá de su acomodación dentro de la sociedad burguesa, hasta llegar a la nada, lo que en mi opinión es una consecuencia global del desarrollo de las fuerzas producivas y tuvo imortantes consecuencias como la desaparición del mov. comunista (es decir, las cosas fueron de la base material a la sobrestructura política, del plano de lo objetivo al de lo subjetivo, y no al revés; me arece que las cosas ya duran muchs décadas como para creer que se trata del típico proceso en que se contiene desde la sobrestructura las tendencias y fuerzas de lo objetivo).
Son desde luego muchos los indicios, los cambios en el ámbito del modo de producir, y en general del desarrollo de las fuerzas productivas, los cambios culturales en las nuevos generaciones, la contradicción entre lo que hay que hacer para salvar las relaciones sociales de producción y lo que hay que hacer para salvar la supervivencia de la sociedad, con lo que el capital se opone ya a los intereses generales de la sociedad en vez de representarlos… Podemos mirar en todas pates a todos los niveles.
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Para mçi que estamos entrando ya en una etapa de crisis y cambio del mismo orden, o categoría o como se quiera decir como en los años 60, aunque su sentido será otro, que no sé cuál será. Venía amagando la cosa desde la crisis iniciada en 2007, que dejó tocada la economía de todos lados se recuperara o no el PIB, ritmos de crecimiento, tasas de desempleo, etc. y, por mucho que algunos hablaran por ejemplo del caso de EE UU, está claro que las cosas en conjunto estaban a un nivel más bajo y defenestrado que antes de dicha crisis. Entonces, con movimientos de astroturfing tipo 15M lograron contener o encauzar la cosa. Desde finales de los 90 podemos ver el inicio del proceso (hablo más del caso español y extrapolando arriesgadamente al mundo en general). La crisis del COVID lo ha desatado, y aunque esperaran aprovecharlo de hecho para impulsar los cambios para salvar la salud del capitalismo e imponer medidas masivas de control social, etc., en realidad no se pueden poner barreras al campo ni parar la rueda de la historia.
Hay que tener cuidado con un obstáculo para darse cuenta de esta posibilidad, y es el que los prejuicios de que el cambio social tiene que ser de tal o cual modo y que ha de estar protagonizado por tal o cual sector social, y al no ser así, se nieguen los hechos. Lo digo, en particular, porque precisamente a raíz delos acontecimientos de finales de los sesenta la claase obrera ha ido perdiendo protagonismo y capacidad política tras la época del pacto social (en Occidente) que implicó su renuncia a confrontar con el capital más allá de su acomodación dentro de la sociedad burguesa, hasta llegar a la nada, lo que en mi opinión es una consecuencia global del desarrollo de las fuerzas producivas y tuvo imortantes consecuencias como la desaparición del mov. comunista (es decir, las cosas fueron de la base material a la sobrestructura política, del plano de lo objetivo al de lo subjetivo, y no al revés; me arece que las cosas ya duran muchs décadas como para creer que se trata del típico proceso en que se contiene desde la sobrestructura las tendencias y fuerzas de lo objetivo).
Son desde luego muchos los indicios, los cambios en el ámbito del modo de producir, y en general del desarrollo de las fuerzas productivas, los cambios culturales en las nuevos generaciones, la contradicción entre lo que hay que hacer para salvar las relaciones sociales de producción y lo que hay que hacer para salvar la supervivencia de la sociedad, con lo que el capital se opone ya a los intereses generales de la sociedad en vez de representarlos… Podemos mirar en todas pates a todos los niveles.
Que cara va a salir la mano de obra barata .