Hoy comenzamos hablando sobre los desastrosos datos económicos que se han publicado estos días. Todas las economías del mundo han resultado muy afectadas pero la española parece particularmente tocada. Además, los rebrotes están haciendo que se esté dando marcha atrás en las medidas de apertura económica por todo el globo. El plan de sustituir el ladrillo por turismo parece estar llegando a un punto crítico. También hablamos hoy sobre la crisis de la monarquía y si tiene alguna salida. Con José Luís Carretero, Pedro García Bilbao, Carlos Arrabal y Carlos Allué. Conduce Juan Carlos Barba.
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Pero turismo y ladrillo al menos hasta ahora han venido de la mano. Así, el turismo ha impulsado la inversión inmobiliaria así como otras inversiones para hacer posible el desarrollo inmobiliario, que los alemanes no es que nos regalaran las carreteras (por decir algo), era una inversión para forrarse ellos. El turismo, el que hemos conocido aquí, ha traido multitud de desgracias. La destrucción brutal del medioambiente, basta ver lo que se ha hecho con la costa que se ha destruido por completo. O males sociales, porque es el que este país sea el lugar de diversión para las clases medias-bajas de la Europa del norte nos trae cosas como la enorme tolerancia si es que no promoción de la prostitución o las drogas, que no es por casualidad de que estemos a la cabeza en estos rubros. Lo que se traduce en la política e incluso la degradación de la izquierda por ejemplo, con la imposición de políticas como la regularización de la prostitución frente al abolicionismo que era la postura tradicional de la izquierda histórica, etc. E incluso podríamos ver en esto implicaciones más profundas, pues esa tolerancia requiere la imposición del relativismo moral (entendido no eln el sentido hegeliano de ue todo lo social es relativo, a cada sociedad concreta, etc., sino posmoderno del todo vale y que es relativo no a la sociedad sino al “individuo” y que cada uno haga como le de la gana, en el sentido de Michel CLouscard de “todo está permitido, nada es posible”) y con ello la desmoralización del país, etc. Eso de que el turismo es como cualquier otro sector… no sé yo…
Bueno, Carlos Allué ha dicho mejor lo que quería decir yo respecto a los daños del turismo.
Cambiar el modelo productivo, como los otros problemas fundamentales de este país, es enfrentarse al interés, planes, estrategias y compromisos internacionales de la oligarquía española. Es un conflcito de clases y no se resuelve con planes ingeniosos ni con uno u otro gobierno, sino que requiere un reequilibrio del poder político de las clases en España, dando acceso de forma importante, protagonista incluso, a las diversas clases trabajadoras. Y eso requiere un cambio de régimen. Ese es el sentido de la República, y no que si se gasta más o menos con n Rey que con un Presidente y esas cosas que me parecen sin importancia que se oyen a veces.
exacto, bien dicho, muy bien