Hoy ampliamos el debate respecto a la organización territorial del Estado español. Primero, os diremos de qué no vamos a hablar, porque ya se ha debatido en múltiples ocasiones. Hoy no hablaremos sobre Madrid y su relación con el resto de España -que ya tratamos en el programa Madrid me mata. Tampoco hablaremos en concreto sobre el independentismo o las elecciones catalanas, que ya tratan otro programas. Hoy queremos abordar este problema de una manera desprejuiciada y general, intentando conseguir cierta amplitud de miras y quitarnos peso de la mochila. Con Goyo, “cazador entre cascabeles”, Óscar Pazos, autor de “Madrid es una isla” y Daniel Prado. Conduce Jesús Nácher.
En efecto el problema no es la ciudadanía, lo es el fondo del asunto.
Los madriles y sus ilustres estamentos,
El alto funcionariado, las sedes políticas, la capital de las multinacionales, arte amasado a base de billetes españoles.
El conjunto se retroalimenta y todos como golosos acaban participando de la tarta.
Yo solo veo la historia de una debacle forjada a base de horterismo turistil, inocente culturita blanquita, niños pijos, niños moñas y espacios bien adecuados para señorios de alto standing. En la periferia aguantando y los massmierda narcotizando.
Besos a tod@s. Peace, love y R&R.
Es bastante desalentador ver desde Catalunya como, incluso gente como vosotros, opináis de forma parcial desde la distancia y como el discurso único ha calado en todo el espectro español.
No es precisamente la clase dirigente y la burguesía quien lo forma y alienta, ¿no os fijáis que hay más de 2 millones de personas pensando así? Es precisamente el pueblo llano quien ha arrastrado a partidos y entidades, harto ya de mangoneos y sumisión, a aceptar el hecho o desaparecer.
Y esto no empezó en la lucha por Endesa, esto empezó, o mejor dicho se reactivó, con el “cepillado” del Estatut, que dicho por prestigiosos juristas españoles, fue un golpe de estado.
Hace siglos que queremos gobernarnos y es porque no estamos de acuerdo en cómo se gestiona el país, ni ahora ni nunca, opinamos distinto y eso no se permite en España y la respuesta siempre es la misma machacarnos en todos los aspectos.
Si se consuma la independencia todos iremos mejor, exceptuando la élite extractiva asentada en Madrid. Puede que a corto plazo tengamos algunos problemas, pero a la larga los países se asentarán en nuevas formas políticas y económicas libres de las tensiones que venimos sufriendo de siglos. La mejora de relaciones, como ha pasado con las antiguas colonias, será evidente y a muy corto plazo, tenemos mucho camino en común.
En lugar de tragar con el discurso de partidos y Medias deberíais, por interés propio, apoyar esta oportunidad.
Id a Catalunya y mezclaros con independentistas y veréis a qué clases abarca y como opinan.
Totalmente de acuerdo con tu comentario.