La crisis del sistema capitalista ha hecho retroceder todos los derechos sociales, especialmente los de sectores más vulnerables. En una sociedad heteropatriarcal como la que tenemos, las mayores pérdidas de derechos las sufren las mujeres. El neoliberalismo nos ha vendido la idea de que los derechos hay que ganarlos individualmente, lo que ha llevado a las mujeres a sobrecargarse de tareas y a renunciar a su libertad de elegir como único camino. La invisibilidad de las tareas de cuidados, de las tareas domésticas y el aumento de la precariedad laboral ligada al género son grandes luchas que vamos perdiendo. La aceptación de la diversidad, de los derechos LGTBI y de la diversidad funcional como limitación para las libertades reproductivas son otros campos de lucha candentes. Un sinfín de frentes abiertos y muchas barreras sociales, institucionales y políticas que vencer.
Con Helena Pérez, Cynthia Lub, Natalia Castro y Silvia Clavería. Conduce Ana Barba.
Fotografía de katrinaelsi
Hoy Lidia Falcón apuntó fallos veraces en el programa de Podemos e IU. Ellos se unen a los ya apuntados por este escritor en otros artículos. Horas antes de que Lidia denunciase el machismo de Iglesias y asociados, el primero depuso una autocrítica miserable, propia de gente poco interesada en depurar su pensamiento político y social, emparejando el miedo de los votantes del PP, a los del Frente de izquierdas, al presentarse como adecentadores públicos del Estado monárquico y sus abrumadoras miserias. Es decir, perpetran lo contrario de una autocrítica, al descargar la responsabilidad de la falta de votos en millones de españoles, y no en una dirección política que intenta persuadir a todo el mundo que ellos lo integran desde su presunto flanco izquierdo. Es un insulto incalificable a los parados, carenciados y miles de muertos por desatención sanitaria, pobreza energética y dietas pobres, que machaca a diario y desde el 2008, este podrido sistema en la Europa actual. La campaña de UP, dirigida por el pequeño Errejón, no contó con un sólo gramo de sensibilidad social. Iglesias tampoco parece dispuesto a expulsarle, tras su carga contra IU, porque integra su propio lado oscuro, y más adaptado a tradicionales vaivenes ideológicos que manifiesta de continuo su ciclotimia de provincias. Al declararse socialdemócrata, intentó crear la ilusión de que la socialdemocracia es posible en un país dependendiente, quebrado y tercerizado.Si antes lo era, promoviendo ciertas reformas, ya no lo es bajo el cepo de la UE y el pago de una deuda imposible. De ahí la descomposición de su antigua vanguardia pretoriana: el PSOE. Lejos de diferenciarse del pasado analizando la Historia presente, estos advenedizos se hunden en su negrura. Para ellos, que nos hacen un favor sacrificándose por nosotros, las pobres gentes, somos los responsables de no votarles con suficiencia, sencillamente por miedo, igual que quienes se aferran desesperadamente al PP, los socialistas por bulerías o C´s. Nada de eso, el miedo, cruel herencia del franquismo, les pertenece en cuerpo y alma. Por ello, y de no mediar un milagro, la perspectiva de superar a Syriza, Tsipras, Cristina Fernández, Dilma y Lula planea sobre nosotros como Godzilla, sin un final redentor…