Hoy analizamos los últimos atentados sucedidos en Reino Unido (Manchester y Londres) y las reacciones que se están dando a nivel político en el Reino Unido. Muy relacionado con esto, también hablamos sobre la tensa situación entre Qatar y Arabia Saudí y, por último, sobre la decisión de Donald Trump de salir de los Acuerdos de París sobre medio ambiente. Con Rafel Íñiguez, David de Historia-Economía-Filosofía y Oriol de la Dehesa. Conduce Jesús Cardona.
Fotografía de Nicolas Raymond
Las responsabilidades de la contaminación son de todos. Ocurran en Pekín, Seattle, o Munich.
No podremos considerarnos nunca una especie avanzada, ni una sociedad plenamente desarrollada, hasta que la polución ambiental no se considere a nivel global como casus belli, y permita arrasar a cenizas, o conquistar de la forma más despiadada, a cualquier país que viole el Protocolo de Kioto, el Acuerdo de París, o cualesquiera otras medidas —necesariamente mucho más duras que éstas— que nos impongamos en el futuro para tratar de conservar lo que nos queda de planeta.
Si, por algún azar, seguimos existiendo dentro de mil años, y se mantienen registros de lo acontecido en la edad contemporánea —que se llamará, sin ningún lugar a dudas, la Edad de los combustibles fósiles— la gente se escandalizará y condenará nuestro comportamiento de hoy en día, en los que ya somos plenamente conscientes de las terribles consecuencias de nuestros actos y no estamos poniendo ningún medio para evitarlo, como responsables de la mayor tragedia de la historia.
Que sepa yo, sólo existe una conciencia individual y muy limitada en la mayoría de los casos, empezando por un servidor. La especie humana no ha desarrollado ningún tipo de conciencia colectiva que la englobe a toda. Que un pequeño grupo de gente sea consciente del daño que producen sus acciones sobre el entorno no significa que la totalidad de la especie lo pueda ver (y actuar en consecuencia).
De todas formas, la existencia de una conciencia individual no ha hecho del hombre un ser moral (aunque presumamos de ello) si no más bien al contrario, es la propia conciencia de si mismo y de lo otro lo que nos ha permitido enseñorearnos de la “creación” hasta el punto de llevarnos a nosotros y a ella a este punto, ¿insalvable?.
Ya para terminar, la naturaleza no necesita del hombre, pero el hombre si a la naturaleza, no puede existir fuera de ella. Entre los dos, ¿quién ganará la guerra?