Hoy comenzamos hablando sobre el desconcertante y polémico sainete que se ha montado alrededor de la derogación de la reforma laboral. PSOE, Podemos y Bildu han dado informaciones contradictorias, generando bastante confusión, críticas e incluso malestar interno en propias las formaciones. También hablamos hoy sobre las ayudas de la Unión Europea: a quién están beneficiando y en qué condiciones están concediendo. Por último, hablamos sobre las manifestaciones y caceroladas de la derecha. Analizamos las causas, sus demandas y qué podemos esperar de ellas. Con José Luís Carretero, Ramon García Hernández y Pedro García-Bilbao. Conduce Juan Carlos Barba.
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Dede mi punto de vista, la crisis ha puesto sobre la mesa como necesidad para esta sociedad, es decir, nacional, el hacer ya una reforma de la estructura económica del país, para salir de esta situación tan precaria en la que siempre estaamos, que se relaciona además con la posición dependiente en que ns ha puesto nuestra oligarquía para acomodarse en el nicho acordado con las grandes potencias para su exclusivo beneficio, por muy a pesar que sea de los intereses de España, estos patriotas del copón, que solo se acuerdan de la patria para machacar a los catalanes (y eso también es destruir la patria). Haría falta en efecto una política de subida de salarios como manera de impulsar ese paso a una economía de alto valor añadido, pero claro, no como elemento aislado, sino dentro de toda una política estatal, toda una estrategia de largo alcance. Pero vemos que lo que se pretende es dejar todo eso como está, que nada lo cambie. En efecto, es una cuestión de régimen. Y por eso hace falta la República. Y ese problema de régimen es en el fondo un problema de clases sociales, de ese poder omnímodo que detenta la oligarquía en contra de los intereses nacionales y del progrezo de nuestra sociedad, que es lo que encarna el presente régimen, y es necesario el acceso al poder político de las diversas clases trabajadas en l amayor extensión que las circunstancias permitan, y para ello es necesario cambiar el régimen político, dada que su razón de ser es la citada, y por eso y todo el curso histórico que ha llevado a ello, esa salida solo puede ser la República.
El papel del cayetanismo viene a ser algo así como 23 F del siglo XXI: una llamada al pueblo para que trague, para cerrar el paso a esa alernativa, al mostrar el propio régimen como salvaguarda frente a la bestia (parida por el propio régimen desde sus más casposas entrañas). Eso salvó al PSOE, columna vertebral del régimen (e, indirectamente a Podemos, aunque imgino que eso no lo buscaban). Hay una crisis política del régimen, que más menos van cerrando aunque con muchas rigideces y torpezas (más por la falta de una alternativa popular en pie, gran diferencia con el fascismo de hace cien años), y es en ese marco general en el que hay que entender a VOX, el cayetanismo, etc.
Creí que era un momento histótico, un tren que solo pasa una vez, para una revolución, tipo francesa y con guillotina. Para desmantelar de una vez por todas, toda la “mierda” que tiene este país. La franquista, y, la clase política sin distinción de partidos.
Me equivocaba!
!Nada ha cambiado!
solo que nos hemos idiotizado!
Ay, cuando era jovén, feliz e indocumentado!