¿Que va mal aquí? ¿Por qué parecemos detestar algo que nos gusta?
Muy sencillo, porque desde hace tiempo, el país ha estado en manos de gente odia su pluralidad cultural y a sus trabajadores patrios. Y a todo aquello que rompa con su concepto homogéneo y gris de lo que cree que debe ser- España. Un concepto que es además desacorde con la realidad social del estado.
Lo que tenemos aquí, como dicen en la tertulia televisiva “La Tuerka”, es “una idea de España hegemonizada por la derecha”. Pero una idea con la que nos llevan golpeando en la cabeza desde niños quienes nunca lograron persuadir, solo intimidar. Paradójicamente, los auto-declarados patriotas, son “los padres” de los “antiespaña”. Ellos, que pretenden imponernos una idea cutre y casposa de lo que debe de ser el país –catolicismo, servilismo, patriarcado, toros, fútbol, tapas y algo de american dream– ,y un patriotismo de náuticos y pulserita rojigualda. Patrioterismo. Agitar banderitas y gritar ¡Que Viva España! Sin saber muy bien por qué, ni de qué España hablamos.
Se han empeñado en convertir en una causa nacional cualquier barbaridad, hasta el ridículo. Y se permiten entregar carnets de buen y mal español. Un buen español debe de estar orgulloso de una deportista como Marta Dominguez, reconocida tramposa que ahora tiene un expediente abierto en un comité internacional. Pero aquí se le apoya, se le pone de ejemplo y se le da una silla en el senado. Este es el país del que uno debe de “estar orgulloso”. Este es el país cuyos “éxitos” deportivos debe celebrar a ritmo de Manolo Escobar.
Porque son políticos de la calaña de Mayor Oreja, Wert, Bono o Rosa Díaz los que apelan constantemente al patriotismo Español, usándolo como arma arrojadiza contra el otro.
Así es amigos; los mismos que machacan al trabajador y al pequeño empresario, que arrasan con nuestro hábitat natural, que piden mano dura para el desobediente, que desprecian 6 de los 7 idiomas estatales –grosso modo-, que sacan fuera del país sus fortunas, que alegremente ceden la soberanía económica de nuestro estado a potencias y empresas extranjeras… son los dueños del concepto “España”. Por supuesto que son también amos políticos y económicos del país.
Pero es que realmente son los enemigos del país. De su flora y fauna, de su población –salvo ese afortunado 1%-, de su cultura, de todo lo que se salga de su podrida idea de España.
Y luego se extrañan de que les crezcan los enanos. Joder, normal que no quieran participar en este circo. Y cada respuesta, cada intento por “españolizar” –reducir a su concepto estrecho de España- a los rebotados, éstos se alejan aún más. Es de nota que ahora llamen “nazis” a los nacionalistas, acusándoles de buscar la homogeneidad cultural dentro de sus fronteras autonómicas. Que yo sepa los nazis esclavizaban y mataban judíos, invadían países, practicaban la eugenesia… hay que ser mezquino para comparar eso a pedir la escuela en catalán. O se visten de lingüistas para decirnos que el asturiano no es una lengua, que es lo mismo que el castellano pero con 4 cambios… al mismo tiempo que se apuran a buscar diferencias entre el valenciano y el catalán para justificar que no tienen “nada que ver”, en un patético intento por hacernos creer que 2 y 2 son 5-, porque en ambos casos, los verdaderos lingüistas suelen tener otra opinión.
Y por eso también, hoy no vamos a celebrar su fiesta racista y colonialista, el llamado día de la hispanidad. Genocidio, saqueo, esclavitud… no son motivos de celebración.
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