El 6 de Julio de 1941 la ciudad polaca de Borszczow pasaba a estar administrada por los alemanes. Con una abundante población judía se estableció el Judenrat presidido por Wolf Hess. Inmediatamente todos los judíos macho entre 14 y 60 años  fueron destinados a trabajos forzados. Hess dirigía un departamento de trabajo destinado a proveer esta fuerza esclava a los alemanes, a la vez que se esforzó en detener la puesta en marcha de algunos de los edictos Nazi. Esta actitud le costó la deportación y exterminio. Sus delatores encontraron recompensa al pasar a presidir el Judenrat Óscar Hessing, el cual puso al frente de la policía judía a su hermano Shimon  para hacer cumplir de forma implacable la política de exterminio.

La confianza de la canciller Merkel hacia Rajoy debe medirse en los mismos términos del ejemplo histórico que acabo de citar. Roberto Centeno es uno de los que más equivocados se encuentran al pensar que la canciller puede hacer desaparecer a Rajoy. Su permanencia o no dependerá de que siga los pasos de absoluta obediencia a Alemania al igual que los Hessing. De esto cabe esperar que las medidas de ajuste de Rajoy sean todavía más brutales. Los que han decidido que España no necesita más medidas de ajuste deflacionario deberán acabar cuanto antes con Mariano Rajoy si no quieren que se produzca un verdadero holocausto nacional.