Me resulta incomprensible la confusión que se establece entre lo vivido en Egipto con la ocupación de la plaza Tahrir y la ocupación tras el 15M de la plaza de Sol. Todavía mas llamativo a la lógica revolucionaria suponen los paralelismos establecidos por la izquierda entre ambos procesos. En el caso egipcio, Tahrir supuso la culminación de una batalla contra la policía secreta y la policía antidisturbios de El Cairo. La conquista de una plaza por la población civil tras una batalla de horas y cientos de muertos que culmino con el incendio de la sede del partido de Mubarak y de todas las comisarias de la policía. El fenómeno de la plaza Tahrir no hubiera existido si en este punto de la revuelta contra el aparato represor, una columna organizada se hubiera dirigido y ocupado la Televisó publica. Ante el momentaneo vacío de poder, con la policía escondida durante las horas del sábado al domingo, y con el ejercito sin enfrentarse a los civiles, Mubarak pudo recobrar la iniciativa mediante la emisión de discursos a través de  los medios televisivos. Tahrir se convirtió así en bastión de una protesta de desobediencia civil en el seno de un régimen que no respetaba las libertades civiles y carece de libertades políticas. El poder había bajado a la calle con un único lema capaz de aglutinar a sectores islámicos, cristianos, liberales, ateos y socialistas : « Queremos un cambio de régimen » escrito en ingles. La plaza Tahrir tiene además un significado histórico pues supone el lugar de desobediencia civil inaugurado contra el imperio británico en 1919, táctica mediante la cual el heroico pueblo egipcio pudo sacudirse el yugo británico tras 24 meses de desobediencia. Hay que recordar además, que en la plaza Tahrir, durante las protestas, habían tres premios Nobel egipcios, Paz, química y literatura.

Bajo la luz de estos hechos es mas fácil comprender por que Sol no se parece a Tahrir. Sol supuso la ocupación consentida de un espacio publico en el seno de un régimen que suele respetar las libertades civiles pero que carece de libertad política colectiva. Con este escenario, la indignación ni siquiera llego a ser transformadora pues careció de la conciencia del marco político en el que se enmarcaba y fue incapaz de articular un único lema de transformación política, convirtiéndose en un reducto de la búsqueda del consenso por parte de grupos sociales cuyos inarticulados discursos concluían en balbuceantes peticiones de mejora social a los partidos políticos que han secuestrado la representacion política. Las peticiones de separación de poderes y los gritos de no nos representan, suponía mas un grito para que los sordos partidos políticos escucharan que una consigna para apartarlos del poder y tomar la representacion política de la ciudadania mediante la federacion de las pequeñas células asamblearias  que a nivel de distrito pudieran nombrar un representante bajo mandato imperativo con la fuerza de la legitimidad ciudadana nacional capaz de poner de manifiesto la debilidad de unos partidos políticos entregados a sus redes clientelares y al sistema financiero. Para los servicios secretos y los militantes de partidos y sindicatos estatales no fue difícil la desactivación de este movimiento mediante su infiltración, aunque en Catalunya el nacionalismo cometió errores tácticos que a punto estuvieron de desplazar el campo de batalla a la calle, donde el secretismo de la legislacion represiva parlamentaria no tiene capacidad de maniobra.