En período de crecimiento vemos como la economía solo crea empleo precario y, en general, vemos como la desigualdad en la economía española sigue en aumento.
Tenemos tendencia a poner a todos los empresarios en el mismo saco y creo que habría que diferenciar claramente entre aquellos empresarios que innovan e invierten en actividades productivas y aquellos que solo se dedican a especular o invertir en actividades meramente especulativas, es decir, que no aportan apenas valor en bienes o servicios.
La especulación inmobiliaria y la intermediación no es que esté fiscalmente favorecida directamente respecto a otras actividades, pero nos encontramos en una economía abierta que favorece la pura especulación de ese tipo de bien. La causa es, básicamente, la facilidad que tienen unos para comprar bienes inmobiliarios medianos y grandes patrimonios y fondos de inversión internacional y la gran dificultad que tienen ciertos jóvenes y ciertas clases populares para acceder a estos bienes.
Lógicamente, como la vivienda es un producto tan vital y básico para cualquier persona, los inversores saben bien donde pueden especular y sacar grandes beneficios sin producir ningún bien ni ningún servicio, básicamente especulando, es decir, abusando y espoliando a las clases populares con el beneplácito y el apoyo de la mayor parte de la clase política y del gobierno central.
Otro factor importante es la fuerte demanda de pisos turísticos que acrecienta aún más la presión sobre precios y la continua voluntad de los ciudadanos españoles de vivir en las grandes ciudades en contraposición a los pueblos.
Para el gobierno central el auge inmobiliario es un dinamizador superficial de las cuentas públicas, no de la realidad social y económica del país. La burbuja permite al gobierno recaudar más, decir que crecemos económicamente cuando no es cierto. Si el valor especulativo de todos los pisos aumenta, aumenta la cifra del Pib pero eso no significa un incremento real de la riqueza del país.
¿De qué sirven las políticas públicas de acceso a la vivienda si vemos que el mercado va de mal en peor?
Cambiar el marco actual de modelo de vivienda es muy complicado. Vemos cómo la especulación de los alquileres se ceba especialmente en ciudades como Barcelona o Madrid, gobernadas por partidos contrarios al modelo especulativo, pero con este marco legal parece imposible hacer nada.
Ante esta situación tan complicada con un mercado que tiene una inercia tan potente, ¿que pueden hacer los gobernantes?
Ya toca un programa con Borja Mateo en Economía Directa. Su opinión sobre la burbuja de alquileres resultará muy interesante
Lo que los gobernantes pueden hacer es gestionar eficientemente en vez de dedicarse a la corrupción y al nepotismo.