Casi 200 millones de euros. Esa es la cifra que las cajas de ahorros quebradas han pagado en indemnizaciones y pensiones a sus antiguos gestores, a pesar de que la factura de los rescates públicos para los contribuyentes asciende a 53.000 millones de euros.
La última polémica ha surgido en el seno de CatalunyaCaixa, después de que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) decidiese despedir al presidente de CatalunyaCaixa, Adolf Todó, y su consejero delegado, Jaume Massana. El órgano dependiente del Banco de España consideró procedente el despido, por lo que decidió no pagar a Todó los 600.000 euros que le corresponderían en concepto de indemnización, estipulada en dos anualidades de su salario (300.000 euros)…TEXTO COMPLETO