Cuando España se chulea ante el mundo por la grandeza de su fútbol, la miseria de la gestión de los clubes debería crear conciencia. Y es que en una época de salvajes recortes, la inmensa deuda del fútbol podría permitirnos ser punteros en I+D+i o recuperar nuestro maltrecho Estado del Bienestar.
Lo admito, soy futbolera. Pero hay cosas que me sacan de quicio. A veces, también el fútbol. Y no, no me refiero al caótico partido que jugaron ayer el F.C. Barcelona y elAtlético de Madrid en la final de la Supercopa de España. Estoy hablando de la inmensa (o mejor dicho, ¡colosal!) deuda del fútbol con las administraciones publicas..
No entiendo, a pesar de que me encanta el fútbol, que no se exija a los clubes deportivos que cumplan las mismas reglas que los ciudadanos para con Hacienda y la Seguridad Social. Debe de ser que en este país, donde todo se soluciona a base de los fichajes de Neymar o Bale, seguimos aquella vieja idea de George Orwell. Ya saben, la que dice que “todos somos iguales, pero algunos más iguales que otros“.
Y es que resulta curioso que en un país dominado por una crisis económica sin precedentes, los grandes equipos de la Liga de Fútbol Profesional campen a sus anchas. Curioso, e injusto. Al mismo tiempo que se finiquita el fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid por la misma cantidad económica que necesita elCSIC, los temas fiscales pendientes entre los clubes y la administración siguen sin ser resueltos.
Habrá quien me diga que los clubes de fútbol son entidades privadas, y que por tanto lo que hagan no es de nuestra incumbencia. Pero cuando sus impagos nos afectan a todos, en una época de recortes salvajes, entonces el asunto privado comienza a ser, como se dice desde el ámbito jurídico, parte de lares pública.
El fútbol, ese gran paraíso fiscal
Si hacemos caso de documentos oficiales como el diario de sesiones del Congreso de los Diputadosde marzo, veremos en la intervención del diputado socialista Manuel Pezzi, unas cifras cuanto menos escandalosas:
Algunos expertos hablan de hasta 5.000 millones de euros de deuda de los equipos, de los que 750 eran con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social. Ahora parece consolidarse la cifra de 3.600 millones, que no es *peccata minuta* precisamente
Estos datos, que han hecho saltar las alarmas de la UEFA (asociación privada regulada por el derecho suizo), y de la Comisión Europea, fueron contestados en un principio por el Consejo Superior de Deportes (CSD) con titubeos. Y es que el fútbol, mal que nos pese, tiene una consideración diferente al resto de actividades económicas del país….TEXTO COMPLETO