Caja Segovia: el increíble caso de la caja menguante (I)

Se ha dicho ya muchas veces que la captura, expolio y destrucción de las Cajas de Ahorro por nuestra partitocracia y sus clientelas, constituyen una alegoría perfecta de nuestra profunda crisis institucional, moral y política. Normalmente es muy difícil transformar fenómenos sociales complejos en ideas simples, fáciles de comunicar y aprehender. Pues bien, la debacle de las Cajas en España, con todo lo que ha supuesto de enorme pérdida asistencial, cultural y financiera para muchas comunidades españolas, presenta al menos la ventaja de constituir una fotografía muy nítida del comportamiento habitual de nuestras élites extractivas.

Para demostrarlo podíamos haber escogido muchos ejemplos (es algo evidente). Hay algunos de gran relumbrón, como el caso de Caja Madrid, donde los personajes principales de la trama –Blesa, Aznar (padre e hijo), Rato, Aguirre…- darían a nuestra narración el empaque de los grandes relatos trágicos o… bufos. Pero, más modestamente, dada la repercusión mediática de aquellos, hemos preferido centrarnos en uno de tantos, en una pequeña Caja de provincias de las que entonces pululaban por nuestra piel de toro. Porque ahí, lejos de las luces que alumbran a los líderes de nuestros grandes partidos y a sus capitanes (de empresa), comprenderemos de verdad lo que ha pasado en España… y lo que sigue pasando, claro; silenciosamente, con total discreción (como decía el juez Falcone que se hacen los negocios por debajo -y también por encima- del paralelo 40)….TEXTO COMPLETO

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