En un caso muy similar al del juez Carlos Dívar, ex presidente del Tribunal Supremo que tuvo que dimitir por cobrar dietas de dinero público en sus viajes privados a Marbella con su escolta, el actual presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, también ha aprovechado el verano para instalar una garita policial a su escolta en el comunal patio de vecinos de su casa del madrileño barrio de Chueca, el popular distrito gay de la capital de España.
El juez Francisco Pérez de los Cobos, soltero como Dívar, es un vecino ya muy conocido en Chueca desde que publicó sus aforismos en el libro “Parva Memoria“. Su fotografía saltó a la opinión pública cuando se descubrió que había omitido al Parlamento su condición de afiliado y donante secreto del PP, algo que descubrieron los ya famosos “papeles de Bárcenas“, el tesorero del partido. También ocultó a los senadores que es un juez empresario: administra la empresa Labour Prospectives, que se dedica a la asesoría laboral, y que ha tenido como clientes al Grupo Popular del Congreso y a la patronal CEOE.
Gusta de “disfrazarse de puritano como Satan” para salir por Chueca: con barba, pelo o gafas o sin ellas.
Aunque su libro ya es una caja de sorpresas, algunos amigos suyos han desvelado que su vida privada y sus convicciones más íntimas lo son aún más. “Conservador pero no en exceso, se alineó con los progresistas a favor del matrimonio homosexual”, escribió un periodista murciano (el juez es oriundo de Yecla), mientras que un amigo del juez le confirmaba confidencialmente a otro informador que en efecto «no lo he escuchado nunca pronunciarse sobre eso. Pero no me parece especialmente conservador en ese aspecto». De hecho, Pérez de los Cobos es sobre todo materialista, según propia confesión: “El hombre subdesarrollado tiene hijos; el desarrollado cosas”, escribe en su libro.
A Pérez de los Cobos le encanta sobre todo la literatura erótica homosexual, según ha confesado en una entrevista en la revista universitaria “Álabe”. Su última lectura ha sido “Eros es más” del poeta Juan Antonio Fernández Iglesias, que según el escritor Luis Antonio de Villena, es un “homosexual convencido del mejor y más cultivado eros socrático“. Los poemas “stripper vestido” y “gimnasta” y otros con “muslos que descansan bajo tierra” concluyen con un irónico ruego cristiano: “Hazme puro, Señor, / pero no todavía“…TEXTO COMPLETO
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