- Seis multinacionales se han repartido esa inversión de Renfe y Adif, y se mantienen las dificultades para que sus equipos sean compatibles entre sí en los 1.786 kilómetros instalados
- En los dos años que lleva en servicio el modelo del tren siniestrado se han multiplicado los problemas de comunicación con el ERTMS entre Orense y Santiago, y entre Madrid y Valladolid
- El presupuesto total de instalación del sistema ha ascendido a 3.240 millones
El accidente del tren Alvia, con sus trágicas consecuencias, ha dejado al descubierto deficiencias en algunos de los principales elementos del sistema de alta velocidad español. El principal de ellos es el sistema europeo ERTMS, creado para dar seguridad a los modernos ferrocarriles a velocidades desde 200 hasta 350 kilómetros por hora. En teoría también debía permitir que cualquier tren de la UE circulara por cualquier vía con capacidad para leer los mensajes de seguridad de este sistema que debía de ser común e interoperable en toda la red de la Unión.
El Estado español ha invertido en los últimos 15 años 3.240 millones de euros para conseguir estas prestaciones en 1.786 kilómetros de su red, pero no ha logrado los estándares de seguridad buscados.
La primera sorpresa técnica tras el accidente del tren Alvia fue comprobar que en los últimos ocho kilómetros del recorrido antes de llegar a la estación de Santiago de Compostela, zona donde se produjo el descarrilamiento, no se había instalado el sistema de seguridad ERTMS. Solo había equipamiento del veterano ASFA. En la información oficial en la página web del Adif, no obstante, se afirma que el ERTMS está instalado en 87 kilómetros, la distancia entre las estaciones de Ourense y Santiago.
La sorpresa mayor, sin embargo, saltó cuando, tras revelaciones de prensa, tanto Renfe como Adif tuvieron que reconocer que los equipos de a bordo de ERTMS del tren siniestrado, suministrados por la multinacional canadiense Bombardier, eran incapaces de comunicarse con los equipos del mismo sistema instalados en la vía entre Ourense y las cercanías de la estación de Santiago de Compostela. Una inversión de 164 millones de euros, adjudicada a las multinacionales Thales, Dimetronic y la española Cobra, se encontraba prácticamente inutilizada…TEXTO COMPLETO