Bruselas y Washington son las ciudades del mundo con más lobbistas por metro cuadrado, los que mandan y ordenan, sin mandato democrático que lo refrende.
Los funcionarios de la Comisión Europea, en teoría trabajadores a sueldo de los países miembros, nosotros, en la práctica funcionan por cuenta de otros, se rigen por criterios ideológicos a las órdenes de los anteriores, que son los que les susurran sus decisiones.
El caso que nos ocupa es una muestra flagrante del doble rasero, de imbecilidad que crea desempleo y protege las prácticas abusivas de países que, como Corea, China y Japón, han creado monopolios universales a costa de los pardillos europeos o que promueve el enfrentamiento entre sus miembros en vez de colaboración.
Es conocido el sistema de contratar mediante dumping que tales estados promueven y protegen de mil maneras, hasta laminar la competencia, utilizando trabajo esclavo o destrozo medioambiental, cosas contra las que nadie decente puede competir. Son los incentivos perversos que fomenta la globalización salvaje….ARTÍCULO COMPLETO