“Cuando muera quiero que usted me vista con zapatos de cordones. Quiero un abrigo boxback y un sombrero Stetson. Quiero que coloquen un trozo de 20 dólares de oro en la cadena de mi reloj de bolsillo. Entonces, los muchachos sabrán que he fallecido en mi apartamento de siempre”.
‘St. James Infirmary Blues’.
Tema basado en una canción popular inglesa del S.XVIII, anónima, aunque atribuida en ocasiones al compositor Irving Mills. Las bandas de Jazz Dixieland la hicieron popular a principios del S.XX.
Hace mucho tiempo que mi mejor amigo es el lenguaje, así que cuando miro en derredor y no comprendo algo, cuando intento analizar las cosas que ocurren y los porqués, cuando mi capacidad de asombro alcanza cotas que romperían en su dilatación cualquier termómetro, cuando advierto que hasta el sentido común ha abandonado los escenarios de nuestra convivencia, entendida ésta en los términos más amplios, me vuelvo hacia el lenguaje en busca de respuestas que me sacien, consciente de que lenguaje es pensamiento y las acepciones de las palabras, sin variar en lo esencial significados, suman capas de barnices que modifican los discursos que llegan de los afuera donde acontece la vida.
No voy a reproducir aquí refranes que ya son tópicos, pero sí a señalar que el valor de las palabras y la conjugación de sus acepciones son de una importancia capital a la hora de analizar cualquier sistema político, al igual que para ese sistema – sea el que sea – la utilización del lenguaje es fundamental para existir y perpetuarse. ¿Dónde está entonces la colisión que se produce con el statu quo al contestar el régimen de convivencia en un Estado? Pues en la utilización certera de los significados frente a la manipulación de los mismos.
No han pasado dos meses desde las Elecciones Generales del 20-N, cuando los ciudadanos – incluso los que votaron al PP – comienzan a darse cuenta de que los cambios positivos que prometía la alternancia en el poder no van a ser los que se decía que serían. De modo que, a la luz de las medidas que van a tomarse de inmediato en los consejos de ministros – España ya es el sexto país con más miseria del mundo (Datos de The Economist) -, cualquier mediana inteligencia inferiría que no es el baile de siglas el que va a alegrar la fiesta sino que es necesario llevar la mente un poco más allá. Es preciso negar la mayor. No estamos ante un problema ideológico sino ante una gravísima crisis de sistema. No estamos en una democracia sino en una dictadura de partidos. Gobierne uno o gobierne otro, a ninguno de los dos, más los demás que también se sientan en el Congreso, les interesa que se mueva el tablero donde se desarrolla la partida y desde el que se precipitan al vacío los ciudadanos.
He visto a muchos ‘intelectuales de prestigio’ rasgarse las vestiduras cuando les he comentado que vivimos en una oligarquía que nada tiene que ver con la democracia. Es tal su ignorancia que, por poner un ejemplo, desconocen que no puede ser considerado democracia aquel sistema en que todos los votos de los ciudadanos – en España no los hay, sino súbditos – no valen lo mismo. De entre esas mentes que cito, los que se consideran ‘más avanzados’ señalan que “hombre, estamos en una democracia. Lo que ocurre es que tiene deficiencias”. Pues no señor. Usted no tiene la menor idea de lo que dice. Su discurso es tan disparatado que le señalo un ejemplo doméstico de modo que su limitado entender lo entienda: para que un pantalón tenga un agujero, es preciso que primero exista como pantalón. Si no hay calzón, no hay calzón deficiente. Es de cajón, de Perogrullo, pero el sentido común está veraneando en los antípodas.
No quiero extenderme aquí en enumerar todas las ausencias que hacen que estemos bajo una dictadura de partidos, partidos corruptos sean del signo que sean, y no en una democracia. Las he citado tantas veces que me canso de repetirme. Entiéndanme; al fin y al cabo en cualquier manual de Ciencia Política podrán informarse convenientemente. Pero sí me voy a pegar un poco a la realidad que vivimos para, entre otras cosas, darles razón del título que he puesto a este artículo: ‘La nueva esclavitud’, cabecera de la que podríamos eliminar el vocablo ‘nueva’, porque la esclavitud, con la extrapolación conveniente y la admisión de algunos logros en las libertades cívicas, sigue siendo la misma. Estamos ante una paradoja demoníaca que ustedes podrán comprender enseguida. Mientras que en los campos de algodón norteamericanos los esclavos eran esclavos y punto, en nuestras sociedades los esclavos tienen libertades, aunque siguen siendo esclavos. Porque la libertad fundamental jamás la han tenido: la libertad política. Aquella por la cual una sociedad se organiza, se dota de un marco de convivencia (la Constitución) y establece un sistema tal que pueda, no sólo elegir (aquí no elegimos, ratificamos listas de listos) sino revocar a aquellos designados para representar a los ciudadanos en las instituciones.
Decía que me iba a pegar un poco a la realidad, que en España es tan caótica y descalabrada que sería necesario un ensayo para abordar las cosas en toda su amplitud y profundidad. Nadie puede negar que la crisis económica y su fatal cola de fuego (paro, hambre y vivienda, fundamentalmente), los nacionalismos secesionistas, la corrupción generalizada y el brutal desplome de la Monarquía, son las principales preocupaciones y centros de atención de los españoles, que ven que vamos de mal en peor y que las medidas de ajuste, de momento absolutamente inoperantes, para intentar salir del agujero van manifiestamente y sin disimulo alguno en detrimento de los más débiles. Con la soga al cuello, no vamos a sumar aquí la posibilidad de una gran conflagración mundial si, como parece casi seguro, los EEUU atacan a Irán con dos objetivos claros (hay otros, evidentemente): eliminar su desarrollo nuclear y mantener abierto el estrecho de Ormuz. Mientras China y Rusia preparan ya sus ejércitos para la más que posible mundialización de un conflicto de resultados inimaginables, ya un portaviones norteamericano navega hacia la zona con toda su preceptiva flota de apoyo. Yo estoy convencido de que ya existe un acuerdo internacional plasmado soto voce para dar respaldo a esa intervención militar. Pero ni soy Jesucristo ni Alah. Aunque sí sé que como mejor se arregla una crisis económica es con una guerra. Miren y vean en la Historia.
Hablábamos de nuestra ‘esclavitud’. Sí señores: esclavitud. Unos mandan y otros permanecen con la boca cerrada si quieren comer. No, ya sé que no les van a dar latigazos ni a quemarlos en las cruces del Ku Klux Klan, pero algún porrazo o pelotazo de goma recibirán, les impedirán formar una familia, no tendrán un hogar, no recibirán la adecuada atención sanitaria, las pensiones se limitaran a esos sitios para hospedarse cuando no se puede ir a un hotel, se olvidará pronto lo que significa la palabra Cultura, la Educación de sus hijos será ‘una maría’ y pagarán-pagaremos hasta por respirar … ¿Exagerado?¿Alarmista? ¿Han visto a las madres griegas dejando a muchos bebés a las puertas de los hospicios para que no mueran de hambre? ¿Saben que los prospectivistas más destacados sitúan a España a la altura de Filipinas y Malasia en el plazo de unos 10 años?
Es obvio que si queremos cambiar las cosas, conservar una soberanía que la UE se dispone a invadir (legislando e imponiendo normas para nuestras Cámaras básicamente en política económica), terminar con la estructura demencial de un Estado desangrado por la malversación del dinero público y el tráfico de influencias, redactar una nueva Constitución, lograr la separación de los poderes en origen, acabar con el desempleo – con los sindicatos no cuenten – y muchas tareas más, deberemos afrontar un proceso de construcción ciertamente, pero dicho proceso está ligado como condición sine qua non a uno de deconstrucción. Como en la prestidigitación y el ilusionismo, nada es lo que parece. Nada significa lo que parece significar. Y vuelvo al lenguaje desde donde salí.
No vivimos en una democracia. Ni siquiera en una república bananera. Estamos sujetos a una curiosa esclavitud que tiene aromas de síndrome de Estocolmo: pagamos a nuestros políticos cantidades abusivas que ellos mismos fijan, mientras tenemos 6 millones de parados y más de 150.000 familias donde no trabaja nadie. Les pagamos muy bien, digo, pero les pagamos para que nos roben, esperpento ante el que Max Estrella caería tieso al asfalto junto a la luz de una farola bohemia. De este modo acabo comentándoles la vergüenza que he sentido al vivir en un país donde la Justicia ha estado meses mirando a la casa real para ver si imputaba al yerno Urdangarín, cuando ya estaba demostrada su participación en grandes y variados tejemanejes de los más abyectos. Y la corrupción del Fiscal Anticorrupción cuando avisó a La Zarzuela de que la policía iba a registrar la casa del ex balonmanista, para que a éste le diera tiempo a destruir información que le incriminara en delitos. Un miembro de la familia real, con el futuro asegurado para siempre jamás, viviendo a cuerpo de yerno en otro país a cargo de los españoles, robando dinero público en una nación en quiebra. Y aquí, por exigencias del guión y a pesar de la presunción de inocencia, sobra el vocablo ‘presunto’. 20 euros no pueden ser ‘presuntos’ si están ahí sobre la mesa y los estamos viendo. Fíjense en la importancia del lenguaje, en la necesidad de estar alerta ante los intentos de manipulación de la conciencia de los súbditos, que la ‘familia real’ no es real. Quiero decir que en realidad no existe. El Rey vive en Madrid y la Reina pasa casi todo el tiempo en Londres con su hermano Constantino, salvo cuando tiene que venir a representar obras de teatro a España. La infanta Elena no tiene ya papel alguno, Marichalar voló a los restaurantes y a las discotecas. Letizia pasa modelitos. Felipe evidencia falta de carácter y reza para no perder el trono, mientras los españoles no le dan ni un aprobado. Urdangarín intenta salvar el pellejo ‘por ser vos quien sois’ – eso sería escandaloso- y Cristina parece haber experimentado una epifanía mediante la que Yahvé le ha anunciado que, pese a sus declaraciones de la renta y su nombre y firma al frente de sucias sociedades, mantiene las manos y los bolsillos de una virginal pureza. Para colmo, nadie sabe como Juan Carlos ha logrado casi 3.900 millones de pesetas y 70 coches con el sueldo que le damos (Revista Forbes). En cuanto a los esclavos, tienen dos salidas: o reflexionan y abandonan la indolencia, o recuperan los blues. No son excesivamente complicados los clásicos de doce compases. Doce, el mismo número de meses que pasa cada año mientras nos humillan. Sí, claro, buenos programas de televisión sí tenemos.
Jorge Batista Prats
muy interesante, pero por ejemplo unos padres de familia deben tener 2 votos, para votar por el futuro del pais, o no….
pero mas interesante, es ver, que, por que llamamos democracia a tener 1 voto.
de hecho, no lo es.
pues degenera a 2 partidos, por el voto util,
eso no es democracia, ninguna.
solo el cataclisma de un partido puede hacer suplantarle a otro, o solo las radicales, y no sociales posturas muy divergentes de los ciudadanos, que jamas habria que permitir pese a ser democracia, pues el fin de la democracia, es la union respetando intereses privados, pero votos muy diferentes no generan union.
pero solo con posturas muy diferentes habria mas de 2 partidos significativos.
por tanto, en realidad, por teoria de anulacion las personas deberian de tener minimo 2 votos por persona, y que no puedan ser coincidentes, es decir, en la misma papeleta 2 votos a 2 partidos.
el motivo es que eso no genera ahora un sistema de 3 partidos,
pues si lo generase, implicaria, qeu ahora el tercer partido satisface tanto a los votantes de un partido como los de otro, y por tanto los 3 partidos serian el mismo y naceria uno nuevo o mas nuevos, pero con caracter dialogante, de union que eso si lo genera que los votos no sean infinitos.
pero en fin,,,,
craso error, corregir dogmatismos, cuando el mayor dogmatismo que hay es que una persona sea 1 voto.
por todo lo demas, chapo, amigo.
Si soy sincero, he de decirle que no entiendo lo que me quiere decir. En mi texto hablaba del lenguaje y a la lógica de los discursos me agarro ahora para realmente saber cuál es su postura. Exposición, nudo y desenlace. Y dice usted como colofón al texto: “craso error, corregir dogmatismos, cuando el mayor dogmatismo que hay es que una persona sea 1 voto”. ¿Quiere decir con eso que hay personas que deben tener más de un voto, porque lo de los dos votos sería considerar que la misma persona tiene dos ideologías diferentes. Estaríamos hablando de una esquizofrenia? ¿Qué es eso de la “teoría de la anulación”?¿Significa su postura que está usted de acuerdo con el sistema proporcional que se emplea en España, mediante el cual hay votos que valen más de 10 veces lo que otros?¿Conoce usted las condiciones que han de darse para que podamos hablar de democracia formal? ¿De dónde ha sacado que el fin de la democracia “es la unión respetando intereses privados”? En fin, digo yo también, me gustaría conocer la estructura de ese sistema político que no muestra pero que parece defender. Gracias por el ‘chapó’ al resto de mi comentario. Saludos.
gracias por corregirme o sugerirme que aclare lo que digo:
yo con su discurso estoy deacuerdo y eso es lo que quiero decir, en groso modo.
de su discurso, si genero critica respecto al fundamento mismo de los sistemas de voto.
por teoria de anulacion, significa que si yo voto a 2 partidos distintos, es que considero en mi unica ideologia, que sobre el caracter social de mi democracia, la existencia de esos 2 partidos es necesaria, pues ni yo mismo aprobaria al partido con mas afinidad a mi mismo, si solo existiese ese.
la teoria de anulacion, es una expresion creada para este comentario, que significa en teoria de juegos lo siguiente, y que crei habia expresado en mi comentario:
significa, que un universo n de votantes, votarian a partidos, y si se diese la coincidencia de que solo acabasen con representacion 3 partidos, significaria, que por la teoria de preferencia revelada que esa si es economica, significa en proporcion media, 3 partidos son complementarios respecto a las decisiones de los individuos, lo cual, haria desaparecer a uno debido al criterio de voto util, y el nacimiento de otro, es decir, como tampoco existe criterio de cual desapareceria, simplemente, el sistema es propenso a crear mas partidos con representacion.
tal vez ahora lo he explicado peor, pero es que yo no soy alguien que sepa expresarme o sepa escribir, le pido disculpas por ello.
si quiere una demostracion tal vez, la encontrariamos a traves de la hipotesis opuesta.
si fuera asi, sucederia por ejemplo que si son el pp, y psoe, son muy pocos los que votarian al mismo tiempo al pp y al psoe, de ello, habria otro partido, que aglutinase votos de ambos, lo cual, por haber 2 votos por persona, este partido seria el mayoritario.
como siguen siendo la mayoria o bien el psoe o el pp, eso significa que al no ser ese partido mayoria, significa que debe haber minimo otro partido que participe en la eleccion comun de los ciudadanos.
lo importante es que un sistema multivoto, implica que los partidos ganan votos de subasta, de gente, qeu no vota como segundo partido a partidos, radicales, y se tiende a una unica vision de la sociedad que es el fin de la democracia.
pues incluso si imaginamos el pp, crea una submarca, con dos partidos, pero que son identicos ideologicamente, sucederia en vez de atraer voto, lo dividen en su propia estructura, lo cual, le hace perder fuerza, precisamente, por que la democracia, si debe representar mayoria y dar valor a la mayoria.
el metodo d`hont, o como se llame no lo apoyo, pero si apoyo sistemas proporcionales, de hecho en estremo si considero democratico un sistema presidencialista entre 2 candidatos finales, a todo o nada.
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para mi lo importante a nivel de economia, es que si hay solo 2 partidos, el coste de oportunidad de no hacer voto util, es de un 50%, pues puede tener pleno valor tu voto o no tener nada.
si hay 3 partidos, y el modelo lo garantiza, implica, mi coste de oportunidad es de un 66%, es decir, pues hay 3 partidos distintos, y solo un voto el mio, pero si tengo 2 votos, mi coste de oportunidad es de solo un 33%, de eso se trata.
le pido disculpas, no tengo ni idea de saber explicarme.
le estoy agradecido por sus palabras, y le pido disculpas.
respecto a por que pienso que el fin de la democracia es defender la union aun defendiendo los intereses privados, lo expresare diciendo, qeu si mayoritariamente, se decidiese, asesinar a los viejos de mi pais, para aumentar la productividad, yo mismo, y me imagino sufienciente numero como para usar la noche para destruir la sociedad, al final terminariamos con la mayoria, y matariamos a quien pensase asi, y el motivo es que si hablamos de democracia como mayoria, jamas olivedemos la mayor mayoria es tener capacidad de asesinar, y trasformarte en mayoria, y eso jamas podemos olvidarlo, la mayoria, es mayoria de fuerza en ultimo termino,
por eso la union es una consecuenca de la democracia, debido a que sin union de pensamiento, es inevitable, nazcan lobos no locos, pues son la autentica mayoria, pues el poder de hacer mal, no se en el futuro, pero actualmente, es infinito respecto al poder de mantener el orden, si el mal, desea salir a la calle en su expresion mas violenta.
Muchas gracias a usted por sus aportaciones. No tiene que disculparse de nada. Encantado.
Tiene Usted un lenguaje muy cargante, lo que me impide sobremanera analizar el contenido pues se me quitan las ganas. Por dios, escriba en casa solito sin que nadie le escuche. Dedíquese a disfrutar de la vida, que ya tiene ud una edad.
Hola, Nuria, nuestros colaboradores no revisan esta página. Es necesario que pases tu consulta a ayudacb@gmail.com
Te deseo mucha suerte.
Un cordial saludo,
Juan Carlos
“lista de listos” me gusta…
Claro: los que van en la lista son los elementos más lamepopas y trepas del partido, felpudos de la Secretaría General. Tanto en el PSOE, PP, IU, UPyD … en todos ocurre lo mismo. Pero desde siempre. No es cosa nueva. Les llamo listos para no llamarles ‘mezquinos’ o ‘miserables’. Porque han vendido la conciencia por un escaño, un sueldo más o menos y un Audi. Eso, como comprenderá, me produce verdaderamente asco. Son títeres que levantan la mano cuando el que representa la función tira de la cuerda.
Estimado Jorge, (como empiezan educadamente las cartas).
Sin ánimo de alentar discusiones acaloradas y estériles.
El artículo me ha parecido un encendido alegato literario por la República, supongo que con el calificativo de “Constituyente”, opción que me parece muy fundamentada y teóricamente más conveniente que esta monarquía que seguramente aceptó Franco con el consejo y dirección de oligarquías radicadas en Estados Unidos, de forma parecida a los casos de Marruecos, Jordania o Mónaco.
Efectivamente también, creo que esta denominada democracia española está homologada en y por Occidente, como la de muchos países, caso incluso de Honduras, por poner un controvertido ejemplo de país exportador de banano. Por lo tanto hay muchos aspectos muy diversos y contradictorios metidos en ese mismo concepto de democracia occidental homologada. Si miramos a la primigenia democracia griega ni en los momentos más participativos tenía el pueblo el protagonismo que hay en las democracias actuales, ya que había que quitar a las mujeres, jóvenes y hombres no libres.
Quiero decir con todo este lenguaje que, aunque coincido plenamente con todas las acusaciones de corrupción, abuso de poder, desigualdad y limitación de voto, etc., creo que para destruir algo que ha estado funcionando hasta ahora, más o menos como en el resto de Europa, habría que proponer una alternativa bien clara y consistente y habría también que haber convencido a un número importante de personas para que la apoyen y la pongan en marcha.
Iniciativas republicanas hay bastantes, diferentes y algo dispersas todavía. Me parece. Sin embargo espero que esta observación no se tome más que como un ánimo para continuar avanzando en el intento, literariamente hablando pero con buen humor positivo. Gracias por el buen trabajo.
Llaman democracia a lo que no lo es. Y eso es indiscutible por muchas razones que usted conoce perfectamente. Ciertamente, los saltos a la piscina sin agua acaban en la UVI o en el cementerio, pero no puedo aceptar eso de “algo que ha estado funcionando hasta ahora”. ¿Funcionando? ¿Conoce usted los índices socioeconómicos que España tiene en estos momentos? ¿Diría usted que un sistema ha funcionado cuando The Economist nos sitúa como el sexto país con más miseria del planeta? ¿Defendería usted que un sistema ha funcionado cuando se avecinan recortes sociales realmente escalofriantes? No. No podría decirlo. Sí podría decir en cambio que la corrupción ha funcionado de maravilla, que la estructura del Estado ha propiciado un despilfarro demencial, que hasta miembros de la familia real han robado dinero público (si quiere añada lo de ‘presuntamente’)… En las últimas Elecciones los ciudadanos han dado la mayoría absoluta al PP y ya los sondeos muestran su descontento porque ‘donde dije digo digo Diego’. No estoy compulsivamente lanzado tras una Repúblca, pero sí tras la eliminación de esa Dictadura de Partidos a la que, con toda la cara del mundo, llaman democracia. Nunca encontrará por mi parte discsiones acaloradas y menos si las considro estériles. Expreso mi opinión consciente de la absoluta lbertad que los demás tienen para rechazarla. Eso sí, no me callo. Y, si fuera menester ya en una situación límite, seguiría los consejos de mi padre: “No podemos devolver caramelos si nos están disparando”. Saludos cordiales.
¡¡Madre mía!! Hacía tiempo que no leía tal cúmulo de despropósitos. Me siento como en la pesadilla del tenista, cuando una lluvia de pelotas de tenis se ciernen sobre él y éste, raqueta en mano, se pregunta cual devolver primero. Seguiré su ejemplo negando la mayor. Afirma que no vivimos en democracia porque la auténtica democracia, según su versión, necesita de la existencia de libertad política
“Aquella por la cual una sociedad se organiza, se dota de un marco de convivencia (la Constitución) y establece un sistema tal que pueda, no sólo elegir (aquí no elegimos, ratificamos listas de listos) sino revocar a aquellos designados para representar a los ciudadanos en las instituciones”.
Veamos ¿La sociedad española se ha organizado? Así ha sido a lo largo de su historia, desde movimientos obreros, políticos, estudiantiles, asociaciones civiles de diferentes objetos sociales, asociaciones culturales, etc. Muchos de los citados fueron germen o tomaron parte en el inicio de algunas de las formaciones políticas actualmente existentes.
La sociedad española ¿Se ha dotado de un marco de convivencia (una Constitución)? Así fue, pues unas Cortes Constituyentes (elegidas por los ciudadanos) tuvieron el encargo, a través de ponentes de muy diferente signo, de redactar la Constitución que posteriormente fue ratificada en referéndum por los mismos ciudadanos.
¿Se ha establecido un sistema tal que se pueda elegir y revocar a los designados para representar a los ciudadanos en las instituciones? Parece, por todos los indicios, que así es. El periodo de cuatro años entre elección y elección, por el que se renuevan los diputados y los concejales, puede parecer breve o una eternidad (habrá opiniones para todos los gustos) pero es el habitual o más común y alguno se debía establecer. Afirma que aquí no se eligen sino que se ratifican listas de listos. Le corrijo. Aquí sí que elegimos, elegimos listas ratificadas por otros, ciertamente, pero tenemos la libertad, el derecho y el deber (pues el ciudadano también tiene deberes) de elegir la que creamos que mejor representa nuestras opciones y opiniones. Y si la que elegimos en un momento determinado no nos ha convencido o ha defraudado nuestras expectativas, podemos buscar otra que nos convenza más, ejerciendo nuestros derechos al respecto. Pareciera, pues, que sí estamos en una democracia.
¿Qué ocurre entonces? ¿No llueve a gusto de todos? ¿No es ésta la democracia que a usted le gustaría? Remarca el acento en el valor del voto y en su rechazo al sistema electoral vigente. Pero un detalle le delata: su mención a los nacionalismos secesionistas como uno de los elementos que llevan a los españoles por ese camino “de mal en peor”. Mira tú por donde que en cuanto se rasca un poco la piel de un discurso aparentemente progresista ¡Zas! aparece un españolista defensor de la sacrosanta unidad de la patria y de que todos los votos valgan lo mismo, lo que en la práctica quiere decir que los votos de los ciudadanos de determinadas autonomías valdrían menos que nada. Así el rodillo centralista podría dejarlas todas bien aplanaditas y reducidas a mero elemento folclórico para alegría y regocijo de todos los españoles de bien. Una vez hecho esto se acabaría la crisis, crecerían los empleos como la hierba en el campo y el Real Madrid podría ganar otra vez la Liga. Éste es el plan del PP para los próximos años.
No puedo dejar pasar un detalle que me preocupa: su apriorística condena sobre el yernísimo Urdangarín, sujeto que me parece despreciable (ya ve, en algo estamos de acuerdo). Pero espérese al juicio y a la sentencia, hombre. Todos, hasta los más despreciables, tienen derecho a la presunción de inocencia y a un juicio. Si suprimimos esto (aunque sea de pensamiento) entonces sí que podríamos decir que no hay democracia.
Por lo demás, un saludo cordial.
Como ya de entrada califica mi artículo como la mayor serie de despropósitos que ha leído jamás y luego evidencia una absoluta ignorancia de todo lo que tiene que ver con la Ciencia Política, le hago saber, también con un saludo cordial, que no lo considero mínimamente adversario dialéctico para contestarle. Siga usted el camino que ha elegido y llame ‘democracia’ a un sistema donde todos los votos no valen lo mismo. Saludos.
Tiene usted menos sentido del humor que una piedra (dicho sea sin ánimo de ofender). En cualquier caso demuestro tener el mismo conocimiento de la Ciencia Política que usted, pues solo argumenta a base de titulares (crisis, nacionalismos secesionistas, etc.), denuesta a los intelectuales que no están de acuerdo con su opinión (ergo están equivocados) para acabar anatemizando a todo aquel que no vea las cosas con su preclara visión.
En ninguna democracia existente todos los votos valen igual, pues existen mecanismos correctores para evitar que las mayorías aplasten a las minorías o para que todo tipo de opciones puedan verse representadas. Pero se ve que a usted esa democracia no le interesa, prefiere la bipolarización de las facciones. Se deduce por tanto que considera que no existe la democracia en ningún país del planeta (ni siquiera entre los que se consideran más democráticos), pobres ignorantes que no gozan de la verdad revelada que usted posee.
Todo es mejorable, no vivimos en el mejor de los mundos y tenemos mucho que aprender, pero son las personas las que deben hacerlo, construyendo. Pero parece que es mejor, o vende más, ser apocalíptico. Viva pues usted en ese mundo que tanto le gusta pero no juzgue a los que no piensan igual, ese es el primer paso del autoritarismo.
Pese a nuestras diferencias, el diálogo nunca puede romperse, ese sí que sería el fin de cualquier posibilidad democrática.
Un saludo cordial
Amigo: Obras son amores. Si usted acaba este último comentario de manera constructiva, no puede comenzar el anterior con una descalificación global cual elefante en una cacharrería. Como no me conoce de nada, no sabe que mi sentido del humor es exquisito – puede añadir el calificativo de pedante a sus adjetivos – y realmente lo que le ocurre es que no abre la mente para entender lo que digo. No hay en mi texto ninguna afirmación que señale lo que ocurre “en todas las democracias”. Dije que usted no conoce la Ciencia Política por una razón: un sistema político donde todos los votos no valgan lo mismo no puede llamarse democracia. Es muy sencillo. No es una democracia. Póngale usted el nombre que quiera pero no llame perro a un conejo. ¿Por qué cree que los partidos no quieren modificar la Ley Electoral? ¿Porque ejerce ese modo de equilibrio que usted señala? Pues no, no quieren hacerlo porque el sistema proporcional favorece el bipartidismo y así el pastel se reparte entre menos. Luego tocan a más. Jamás las compensaciones pueden hacerse valorando mucho más el voto de unos ciudadanos que los de otros. Eso es antinatura, inadmisible. Las compensaciones, los equilibrios, la destrucción de los agravios comparativos se hace legislando. Gracias a Dios que admite que el sistema, al que yo denomino régimen, es mejorable. Si echa un vistazo a los índices socioconómicos, si advierte que somos el sexto país del planeta en cuanto a miseria, si se da cuenta de la generalizada corrupción política y la malversación del dinero público y lo que es en realidad un descalabro autonómico más que un Estado de Autonomías, yo creo que matizará bastante sus afirmaciones. Un saludo cordial también para usted.
Tiene usted razón en muchas cosas pero lo que la Ciencia Política admite como democracia es precisamente lo que usted no admite que lo sea. Podemos jugar con el lenguaje todo lo que queramos pero la democracia que usted define no existe y, a pesar de que no conozco todos los sistema electorales que se califican de democráticos en el mundo, si algún país lo tiene no será más justo o injusto que cualquier otro que no lo tenga. Aunque no dispongo de los datos a mano, a raiz de las últimas elecciones generales se publicaron en la prensa estudios que demostraban que si en lugar de nuestra sistema electoral tuviéramos uno “puro” de circunscripción única, no solo no menguaría sino que se acrecentaría aún más el bipartidismo. No nos engañemos, sin el sistema electoral actual (imperfecto como todos los sistemas humanos, evidentemente) las opciones nacionalistas históricas (Cataluña, País Vasco, Galicia) no tendrían ni voz ni voto y el centralismo exacerbado de PP y PSOE (tanto monta) habría laminado los derechos políticos de una parte importante de los ciudadanos. Aún y con todo, no han dejado de intentar laminarlos de múltiples maneras. En concreto a través del Estado de las Autonomías, aberración política destinada a descafeinar las autonomías catalana, vasca y gallega, para que el franquismo latente en la sociedad no se volviera nuevamente ultramontano. Sin el café para todos creo que otra España, mejor desde luego, habría sido posible. Pensar que con un sistema electoral puramente proporcional nuestro sistema fuera diferente (sin corrupción y demás lacras) creo que es ingenuo. Nuestros políticos son el reflejo de nuestra sociedad, tanto en lo bueno (que lo hay) como en lo malo. Por eso dije antes que somos las personas las que debemos mejorar, construyendo.
Para que vea que no adolezco de buena voluntad retiro la palabra “despropósitos” de mi primer comentario. Reconozco que la pasión del momento me pilló un tanto de sorpresa.
Por lo demás, si muchas cosas se han hecho mal desde la llegada de “nuestra democracia” otras muchas se han hecho bien, lo tendrá que reconocer. Si España ocupa posiciones lamentables en determinados índices, también ha ocupado y ocupa otras posiciones menos vergonzantes en otras clasificaciones. En último término, más que hablar de estados o paises, deberíamos pensar en nuestra responsabilidad respecto a la situación de muchas personas a nivel mundial: desde las condiciones infrahumanas de las minas africanas de las que se extrae el coltan que llevan nuestros móviles hasta las penosas condiciones laborales de las fábricas chinas que producen nuestra ropa o la electrónica de consumo que disfrutamos, en ocasiones a precios de risa. Creo que ese es uno de los quids fundamentales de la cuestión: la huída de la responsbilidad que a nivel colectivo, pero sobre todo individual, tenemos sobre las circunstancias que padecemos o en las que vivimos. Pero eso, aunque intuido y en muchas ocasiones sabido en nuestro mundo tan interconectado, no interesa a la mayor parte de la población. Mejor no ver. Así que quizá no es nuestro sistema lo que debemos mejorar, sino nosotros.
Nuevamente un saludo cordial.
P.D. Para que vea que compartimos mas cosas de las que pareciera, yo también me licencié en Ciencias de la Información en la UAB. Fue en la primera mitad de los 80.
Enric, varias cosas:
Una constitución no es constitución solo por el hecho de llamarse así, sino porque cumple una serie de requisitos. El principal: Que de ella emane una separación de poderes. La constitución nace como ruptura de las monarquías absolutas, donde el poder era solo uno. Por tanto si la constitución no articula separación de poderes, y tal es el caso de la nuestra, entonces no es constitución.
Cuando alguien elegido termina su mandato no está siendo revocado. Revocar es la capacidad de cesar de forma inmediata a cualquier designado EN EL TRANSCURSO de su mandato.
Por último, algo que es un derecho no puede ser al mismo tiempo un deber ni una obligación. Y es que además, si hablamos de libertad, todos debemos tener la oportunidad y el derecho de manifestar nuestro desacuerdo con el sistema de Estado vigente (que la mayoría no hemos elegido), y la forma democrática de hacerlo es mediante la abstención.
Manuel,
De palabra o de obra, la separación de poderes no pasa de ser una concepción formal que las realidades electorales (y no me refiero únicamente a la española) desmienten. En cualquiera de los paises europeos en los que nos gusta tanto mirarnos, la búsqueda de mayorías parlamentarias que garanticen el control del estado por parte de un partido está a la orden del día. Y sin embargo no nos atreveríamos a decir que su ley principal no es una constitución. No seamos, pues, más papistas que el Papa.
En cuanto a la revocación, siempre me ha preocupado quien (en esa arcadia feliz realmente democrática y con una Constitución comme il faut) ejercería tal facultad ¿La ciudadanía constituida en asamblea ejecutiva permanente? Aunque sin duda menos de los necesarios, me vienen a la memoria casos en los que representantes electos han dado con sus huesos en el juzgado o la carcel antes de que cumplieran su mandato, a causa de los delitos que nuestras fuerzas policiales y nuestra judicatura investigaron.
Por último, naturalmente que tenemos el derecho de manifestar nuestro desacuerdo con el sistema si no nos gusta, nadie dice lo contrario. Pero si queremos que el sistema mejore tenemos entonces el deber y la obligación de hacerlo, delo contrario estaríamos adoptando una postura puramente diletante. Por otro lado, no podemos estar validando cada 20 ó 30 años nuestro entramado legislativo. Las naciones serias y democráticas no funcionan así.
Un saludo.
Amigo Enric: Le veo demasiado conformista. Como si de su discurso surgiera un aroma que señala: “Así son las cosas, Jorge”. Pues claro que no hay democracia. El sistema que más se acerca es el norteamericano, pero también tiene pedruscos importantes. Admitir que no haya separación de poderes es admitir la dictadura. Pero no siempre va a estar uno oponiéndose. Estoy absolutamente de acuerdo en que debemos mirar hacia otros que viven en la miseria y la opresión más terrible en la mayor parte de la geografía de nuestro planeta y, sobre todo, rabajar sobre nosotros para ser realmente auténticos seres humanos. Cordiales saludos. Ah, ¿Quién revocaría a un diputado corrupto o que no cumple? Pues la circunscrípción electoral que lo ha elegido. Claro que eso llevaría al establecimiento de un modelo muy diferente al que tenemos.
Como dice Jorge, lo de la revocación no es nada utópico ni hay que ir muy lejos para ver como funciona. El sistema americano tiene ese mecanismo.
Ten en cuenta que la sola existencia de este mecanismo tiene un poder disuasorio muy grande que incentiva a los elegidos a no desviarse demasiado de lo prometido a los electores de su distrito, de forma que no sea necesario que se recurra a este mecanismo continuamente.
De todo lo que usted ha dicho, me quedo con esto:
“Aunque sí sé que como mejor se arregla una crisis económica es con una guerra. Miren y vean en la Historia.”
Y es la pura verdad pues la 3ª GUERRA MUNDIAL esta al caer.!!!!!
SERÁ EL ARGAMEDON…y sino al tiempo.
Reciba un cordial saludo.
Atte. un esclavo más del sistema.
Muchas gracias y también un codial saludo para usted. El yugo intentaremos sacudirnoslo. Mientras tanto, como ya dijo MIguel Hernández, nos queda la palabra.
El artículo me parece fascinante. Desde el estómago, como estos tiempos demandan que se escriba. Se pueden debatir ciertos puntos pero en lo esencial estoy de acuerdo. Por no quedarme únicamente en lo laudatorio, diría que echo en falta una visión -no se me ría- global-espiritual de la cuestión, pero el artículo no va por ahí y no tiene porqué. En resumen, ojalá palabras como estas den fruto en el futuro y no caigan en el vacío. En nuestra mano está. Lo que estamos y estuvimos -jamás creí en época de vacas gordas- viviendo, es lamentable.
Por favor Alejandro, ¿Cómo me voy a reir ante una visión global-espiritual de nuestra sociedad, nuestro sistema político y nuestra existencia como seres humanos?. Todo lo contrario. Hubiera abordado con placer y cariño esas parcelas más ligadas a lo que llevamos dentro que a lo que nos viene de fuera. Le agradezco que haya leído mi texto y que me sugiera campos para futuros temas. Que llegarán si Dios lo permite y la autoridad no lo impìde. Es para mi una gran alegría encontrarme con personas intelectualmente activas y moralmente valiosas. Lo que ocurre es que, en ocasiones, en periodismo no puedes abordar todo de golpe. Ya iba por cinco folios y no quiero ser un coñazo del que los lectores huyan despavoridos. Saludos afectuosos y gracias de nuevo por sus amables palabras.
Me gustaría que todas aquellas personas que piensan que el régimen político que hay en España es democrático, lo explicasen. EN QUÉ CONSISTE LA DEMOCRACIA. Esta pregunta la llevo haciendo a todas las personas que he conocido y ninguna me ha dado una respuesta convincente como para ir a votar en alguna ocasión. Por ejemplo, si preguntamos a alguien qué es un logaritmo, nos responderá lo que es o dirá que no lo sabe. Pero no andaría divagando.
La sensación que uno percibe es que no está muy claro. Que si es porque hay un estado de derecho, que si se va a votar libremente, (aunque parece que es también una obligación)! que si podemos expresarnos con libertad y con Franco no.
Que hay libertad de prensa.
Que si nos hemos dado las leyes que tenemos…….Pero, ¿en qué consiste?
Es sencillo y claro. Y no hay siquiera que sobrevolar las alturas de la más complicada Ciencia Política. Todos sabemos lo que es un gato y que características debe tener un animal para poder ser llamado así. Lo mismo nos ocurre con un perro, un hombre, un elefante, una mesa y, en definitiva, con todo lo que conocemos.
Para que un sistema político pueda denominarse democracia tiene que cumplir una serie de requisitos. Y ya digo que son de sentido común:
– Todos los votos de los ciudadanos deben valer lo mismo (No se cumple en España).
– Los tres clásicos poderes deben ser independientes desde el origen (No se cumple en España donde, efectivamente, sólo hay un poder: el Ejecutivo, es decir, el Gobierno. El Legislativo es una pantomima porque legisla el Gobierno ( el partido, mejor) y los diputados pulsan el botón cuando se lo ordenan y en el sentido que se lo ordenan: el mandato imperativo, que elimina la conciencia personal. Y es el Ejecutivo también quien nombra al Judicial.
– Los partidos y los sindicatos no forman parte de la sociedad civil. Se han adueñado del Estado y se financian a todo tren con el dinero público.
– El sistema proporcional conduce a la Dictadura de Partidos y a la inútil alternancia (Para el ciudadano, salvo pequeños detalles, da lo mismo que gobierne el PP que el PSOE. Y la Ley Electoral impide que los ciudadanos puedan revocar a los políticos corruptos o los que no cumplan lo prometido.
– Los ciudadanos tienen derechos cívicos. Sin embargo, jamás han tenido derechos políticos. Su voz es el silencio.
– La abstención no sólo es legítima sino que es un derecho político. La partidocracia engaña a los ciudadanos advirtiendoles que es “un deber cívico”.
– Es el pueblo el que se tiene que dotarse de un sistema político mediante un proceso constituyente que redacte una Carta magna que se apruebe luego en referendum. La Constitución del 78 la hicieron seis señores tomando café con total oscurantismo y fue impuesta desde arriba.
– El modelo de Estado lo deben fijar los ciudadanos. En España fue la Dictadura de Franco la que impuso la monarquía. El Rey juró dos veces, una ante el Caudillo, “acatr y respetar los principios del Movimiento Nacional y el espíritu emanado del 18 de Julio de 1936, es decir, del golpe de Estado.
– España no es una democracia sino una oligarquía, una dictadura de partidos con el añadido de la corrupción política generalizada.
– Y para aquellos que dicen que tenemos “una democracia imperfecta”, es preciso señalar que algo que no existe no puede ser ni perfecto ni imperfecto. En España lo que disfrutamos es una confusión absoluta, el despilfarro del dinero de los ciudadanos, una estructura de autonomías desquiciada y unos gobernantes muy poco preparados. Por ello en 36 años (la dictadura de Franco duró 40) han llevado al país a una brutal recesión con 6 millones de parados que aumentarán, familias sin que nadie trabaje, miles de personas bajo el umbral de la pobreza y recortes en Sanidad, salarios y Educación que vendrán ya.
– Esto no es una democracia sino una cueva de ladrones sin moral ni ética.