Como señala de forma muy acertada Hobsbawm en uno de sus últimos libros (Guerra y paz en el Siglo XXI), la democracia liberal, que por otra parte está bastante alejada del significado original de la palabra democracia, no es ni mucho menos lo mismo que economía de libre mercado como quiere hacer creer la propaganda surgida a raíz del cambio de rumbo de las políticas de Reagan y Thatcher hace ya 35 años y que actualmente son casi hegemónicas. En realidad la economía de mercado, el laissez faire llevado al extremo, es la negación de la validez de la acción colectiva y por lo tanto la negación de la política. Es el mercado y no la política el que sabe descubrir mejor que nadie las necesidades y las puede satisfacer y el ciudadano es sustituido por el consumidor. En este sentido en realidad son conceptos contradictorios y por ello es por lo que vemos esta erosión en la confianza de las poblaciones en sus gobiernos electos.
La economía de mercado no es lo mismo que el liberalismo económico o “laissez-faire”. Por favor, no hagan un batiburrillo. Fíjense en que todos los países con mayor bienestar e índices de desarrollo humano son economías de mercado. Los países con economías planificadas (Cuba, Corea del Norte) son dictaduras donde la opresión del Estado sobre el individuo y la miseria predominan. Si lo que quieren es criticar el liberalismo económico, háganlo. Estaremos de acuerdo. Eso sí, no lo confundan con la economía de mercado. Son cosas bien diferentes. La economía de mercado se opone a la planificada. El liberalismo económico es sólo una forma de desregulación de los mercados, un caso particular y extremo dentro de todas las modalidades que ofrece la economía de mercado. Lo que hemos de preconizar es una economía de mercado con una intervención justa del Estado.
La frase del artículo “En realidad la economía de mercado, el laissez faire llevado al extremo, es la negación de la validez de la acción colectiva y por lo tanto la negación de la política.” es una falacia. Economía de mercado y laissez faire (liberalismo económico” no son sinónimos. Evitemos la confusión en estos temas tan centrales y básicos.
Penoso artículo.
La economia de mercado lo unico que preconiza es la venta de productos, sin tener encuenta de donde se obtienen las materias primas ni como, para ello lo unico que tienen encuenta es que haya mercado (compradores), aunque el estado actuase como regulador, siempre habría explotación laboral (plusvalias) para vender el producto al menor precio (competencia). Mezclar esto con los estados o economias planificadas es como mezclar la chicha y la limoná y si en algunos de estos han fracasado no lo es por la economia planificada, más bien creo por el hecho de haber partido político unico, que da lugar al clientelismo partidario y disminuye el estimulo productivo e innovador.
Efectivamente, no es lo mismo el liberalismo político que el económico, bravo. El liberalismo político preconiza la libertad del individuo y su pensamiento. El liberalismo económico aboga por la desregulación, por la no intervención estatal. Pero se puede ser liberal en lo económico y autoritario en lo político Recuerda esa frase del señor Hayek que decía que prefería una dictadura liberal que una democracia sin liberalismo. Así, el liberalismo político defiende el derecho de todos a ser lo que decidan, incluidas las minorías. El liberalismo económico es capaz de dejar al 80% en la precariedad, en la semiesclavitud, donde la libertad no es posible. El liberalismo, como argumentaba Polanyi, propone un mercado que se regula solo, como por una ley natural, como si el mercado no fuera una creación humana. Así, el mercado se desencaja de la sociedad que lo creó y cobra una vida autónoma, y empieza el descontrol y el festival de colapsos financieros y burbujas. Las grandes guerras europeas fueron el resultado del fracaso histórico del liberalismo económico. La consecuencia del mercado libre y de la sociedad de mercado (y no con mercado) es el fascismo y el horror (llámalo Hitler, llámalo Stalin). Fue entonces que se tuvo que embridar el mercado y apareció Keynnes en escena y la planificación estatal de nuevo. Una vez acabado el proyecto Keynnesiano resurge el liberalismo económico, en su forma más despiadada, el neoliberalismo, como proyecto de restauración del poder de clase, como instrumento de desposesión de los pueblos y la desigualdad imperante (en U.K hay ya la desigualdad que había antes de la primera guerra mundial).
Otra cosa es que hablemos del liberalismo económico de Adam Smith, pisoteado por el neoliberalismo de hoy. A. Smith decía que el mercado libre acarreaba beneficios para todos, sí, pero solo bajo ciertas circusntancias: a) los compradores y los vendedores deben ser lo suficientemente pequeños para no influir en el mercado b) no deben existir condiciones de gran desigualdad en cuanto a recursos económicos c) todos los participantes deben tener igual acceso a la información sobre el mercado y no debe haber secretos comerciales d) los vendedores trasladan al precio de sus productos el coste íntegro de su producción e) la inversión de capital no debe traspasar las fronteras nacionales f) los ahorros deben ser invertidos en actividades productivas y no en comercio especulativo. ´
Para terminar pienso que es interesante entender que no es posible seguir dándole bombo a una ideología (la liberal económica) al servicio de la clase a la que beneficia; a una ideología que piensa que la avaricia es una virtud, y que la suma de actos egoístas generan beneficios para todos; a una ideología que no respeta la voluntad popular y la soberanía de las naciones, que ve un enemigo en la tiranía de la mayoría y que prefiere que voten los mercados; una ideología que se llena la boca con la palabra libertad cuando no hace sino aniquilarla, al hacer imposible que los pueblos puedan decidir libremente sobre su futuro y al sumir a la gente en unas vidas de las que no tienen ningún control.
Por último, y para reflexionar sobre la hipocresía del laissez faire. EEUU, que es el estandarte del neoliberalismo, no hace más que practicar keynesianismo, ahí está el complejo militar-industrial, las subvenciones a la agricultura o la siderurgia, los rescates a los bancos (los chinos se ríen mucho y les llaman socialistas) o las aportaciones y a Apple, gracias a las cuales esos Ipdas i iPhones fueron creados. Predican desregulación y que el gobierno se retire de la planificación económica pero ellos hacen lo contrario. Saben que el neoliberalismo solo es una estafa para arruinar a países y arruinarlos y esclavizarlos a través de deudas impagables que generan las políticas de austeridad .
El sistema se ajusta bajando salarios ¿cuál es su precio?
Para que la desigualdad no lleve a cuestionar el sistema se ofrece la contrapartida de garantizar el “pleno” empleo. Pero esto ya no es posible (de hecho, será cada vez más difícil: robotización).
La lógica del mercado, la oferta y la demanda y el precio son falacias … es más bien la de que el pez grande especulador se come al chico. Los que se benefician no lo reconocerán.