El credit crunch sigue su curso imparable, y a tasas estremecedoras. El nuevo crédito a grandes empresas (>1 millón de €) cae un 37.5%, mientras que los créditos de menos de 1 millón lo hacen un 21.8%.
Por su parte, los créditos a las familias también se comportan de una forma pésima. El crédito a la vivienda se desploma un 43.3%, el crédito al consumo un 51.8% y el crédito para otros fines un 40.3%.
Esto no es un credit crunch, es una masacre.