Resulta difícil asimilar cómo pueden tener algunos tanta caradura como para afirmar que el stock de vivienda se está reduciendo, como dijo el ministro Blanco hace bien poco: “Blanco ha recordado que para lograr una completa “normalización” del sector aún es preciso “digerir” el ‘stock’ de viviendas sin vender y recordó que éste ya ha empezado a reducirse en 2010, al tiempo que celebra que ya se estén ofertando otra vez viviendas sobre plano.”
Pero peor todavía es el servilismo perruno de los medios, que sin pestañear aceptan cualquier declaración de sus amos. Veamos cuál es la realidad. Las transacciones de vivienda nueva libre en el último trimestre registraron el peor dato desde que hay registros (21.170 unidades), mientras que en el mismo período se terminaron 44.300 viviendas libres. Es decir, más del doble de las que se vendieron. Bravo, Pepiño.
Si tomamos todo 2010, se terminaron 258.000 viviendas y se vendieron 165.216. Bravo otra vez. Es decir, que en los últimos cuatro trimestres se han añadido más de 116.000 viviendas al stock. Eso sin contar las compraventas ficticias, que las hay, entre un promotor quebrado y un inmobiliaria asociada directa o indirectamente a la entidad financiera.