Estrategias ante el Colapso. El papel de los partidos de izquierda y los movimientos sociales

Estrategias ante el Colapso.

El papel de los partidos de izquierda y los movimientos sociales.

Devolución de los resultados del Espacio Abierto

El colapso de nuestra civilización es un hecho, un proceso del que ya podemos ver algunos síntomas y que, previsiblemente, en los próximos 30 ó 40 años, de la mano de la crisis energética y el cambio climático, habrá puesto sobre el tablero sus consecuencias más duras e imprevisibles.

Sin embargo, la ciudadanía, aun cuando es consciente, tiende a esconderse tras algunos mitos y confusiones: que la tecnología encontrará la forma de evitarlo, que las multinacionales vendrán en nuestro auxilio con sus patentes o que las renovables sustituirán la capacidad energética del petróleo.

En este contexto, es fundamental que los partidos políticos de izquierda y los movimientos sociales abordemos las reflexiones que nos permitan articular respuestas sociales y ambientales coherentes con este fantasma que recorre nuestra civilización. Y precisamente por ello, Solidaridad Internacional Andalucía, en el marco de los cursos “Estrategias y experiencias para la resiliencia local” organizamos el pasado 17 de febrero de 2017 un debate que pretendía ser un punto de partida compartido en esa necesaria reflexión.

Para ello seleccionamos a un grupo de personas reconocidas de los partidos políticos de izquierda; organizaciones marxistas; sindicatos; universidad; movimientos ecologista, feminista, libertario y antimilitarista y del sector de la cooperación internacional, con quienes, durante un par de semanas y mediante un proceso participativo, elaboramos las preguntas claves a las que daríamos respuesta más tarde, durante la jornada de debate.

Fruto de este trabajo surge el documento que te presentamos y con el que te queremos hacer partícipe de este debate, que consideramos urgente de abordar y trasladar al conjunto de la sociedad y, en especial, a los partidos de izquierda y los movimientos sociales.

No tenemos tiempo que perder, los retos de nuestro tiempo necesitan que seamos capaces de mirar a los ojos de la realidad, desnudándola de sus mitos culturales y, para ello, debemos escuchar lo que hoy nos está diciendo la ciencia sobre el inevitable fin del crecimiento económico, el declive energético y el cambio climático.

Necesitamos ver y comprender, antes que actuar. Porque a medida que nos abandonen los combustibles fósiles, necesitaremos de la poderosa energía de personas, organizaciones y comunidades conscientes y decididas en la tarea de reconstruir, desde el apoyo mutuo, sus resiliencias locales y acelerar la transición hacia sociedades postcapitalistas y postindustriales lo más justas y sostenibles posibles.

¡Contamos contigo! ¡Cuenta con nosotras y nosotros!

Manuel Martínez Ocón

Presidente de Solidaridad Internacional Andalucía

Lecturas introductorias

Lectura introductoria 1.

Sobre el colapso

Carlos Taibo | 15/10/2016 | www.carlostaibo.com

Acabo de publicar un libro titulado Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo (Los Libros de la Catarata). Me permito resumir aquí, con vocación fundamentalmente pedagógica, algunas de las tesis que defiendo en esa obra. Lo hago, por lo demás, desde la certeza de que el debate relativo a un eventual colapso general del sistema que padecemos falta llamativamente tanto en los medios de incomunicación como entre los responsables políticos. Dicho esto, agrego que no estoy en condiciones de afirmar taxativamente que se va a producir ese colapso general, y menos lo estoy de adelantar una fecha al respecto. Me limito a señalar que ese colapso es probable. No sólo eso: que los datos que van llegando invitan a concluir que es cada vez más probable, algo que, por sí solo, invitaría a asumir una estrategia de reflexión, de prudencia y, claro, de acción.

1. ¿Qué es el colapso? El colapso es un proceso, o un momento, del que se derivan varias consecuencias delicadas: cambios sustanciales, e irreversibles, en muchas relaciones, profundas alteraciones en lo que se refiere a la satisfacción de las necesidades básicas, reducciones significativas en el tamaño de la población humana, una general pérdida de complejidad en todos los ámbitos -acompañada de una creciente fragmentación y de un retroceso de los flujos centralizadores-, la desaparición de las instituciones previamente existentes y, en fin, la quiebra de las ideologías legitimadoras, y de muchos de los mecanismos de comunicación, del orden antecesor.

Importa subrayar, de cualquier modo, que algunos de los rasgos que se atribuyen al colapso no tienen necesariamente una condición negativa. Tal es el caso de los que se refieren a la rerruralización, a las ganancias en materia de autonomía local o a un general retroceso de los flujos jerárquicos. Esto al margen, es razonable adelantar que el concepto de colapso tiene cierta dimensión etnocéntrica: es muy difícil –o muy fácil- explicar qué es el colapso a un niño nacido en la franja de Gaza; no lo es tanto, por el contrario, hacerlo entre nosotros.

2. ¿Cuáles son las previsibles causas de un colapso general del sistema? Conforme a una visión muy extendida, y controvertida, habría que identificar dos causas principales del colapso, en el buen entendido de que en la trastienda operarían otras que llegado el caso podrían adquirir un papel prominente u oficiar como multiplicadores de tensión. Las dos causas mayores son el cambio climático y el agotamiento de las materias primas energéticas que empleamos.

En lo que al cambio climático se refiere, parece inevitable que la temperatura media del planeta suba al menos dos grados con respecto a los niveles anteriores a la era industrial. Cuando se alcance ese momento nadie sabe lo que vendrá después, más allá de la certeza de que no será precisamente saludable. Conocidas son, por otra parte, las consecuencias esperables del cambio climático: además de un incremento general de las temperaturas se harán valer –se hacen valer ya- una subida del nivel del mar, un progresivo deshielo de los polos, la desaparición de muchas especies, la extensión de la desertización y de la deforestación, y, en fin, problemas crecientes en el despliegue de la agricultura y la ganadería.

Por lo que respecta al agotamiento de las materias primas energéticas, lo primero que hay que subrayar es nuestra dramática dependencia en relación con los combustibles fósiles. Si renunciamos al petróleo, al gas natural y al carbón, no quedará nada de nuestra civilización termoindustrial. Según una estimación, sin esos combustibles un 67% de la población del planeta perecería. Antonio Turiel sostiene que el pico conjunto de las fuentes no renovables se producirá en 2018, de tal suerte que inequívocamente la producción de aquéllas se reducirá y los precios se acrecentarán en un escenario en el que habrá que aportar cada vez más energía para obtener cada vez menos energía. Aunque se pueden imaginar cambios en la combinación de fuentes que hoy empleamos, con un mayor peso asignado, por ejemplo, a las renovables y al carbón, no hay sustitutos de corto y medio plazo para las fuentes presentes. Cualquier cambio reclamará, inequívocamente, transformaciones onerosísimas.

Entre los elementos acompañantes del colapso que podrían adquirir, en su caso, un relieve principal no está de más que mencione los que siguen: (a) la crisis demográfica; (b) una delicadísima situación social, con más 3.000 millones de seres humanos condenados a malvivir con menos de 2 dólares diarios;(c) la esperable extensión del hambre, acompañada, en muchos casos, de una escasez de agua; (d) la expansión de las enfermedades, en la forma de epidemias y pandemias, de multiplicación de los cánceres y las enfermedades cardiovasculares y de reaparición de dolencias como la tuberculosis;(e) un entorno invivible para las mujeres –son el 70% de los pobres y desarrollan el 67% del trabajo, para recibir sólo un 10% de la renta-;(f) el presumible efecto multiplicador de la crisis financiera, con sus secuelas en forma de caotización, inestabilidad, pérdida de confianza e incertidumbre;(g) la quiebra de muchos Estados, estrechamente vinculada con las guerras de rapiña asestadas por las potencias del Norte;(h) las secuelas de la subordinación de la tecnología a los intereses privados;(i) una huella ecológica disparada –el espacio bioproductivo consumido hoy es de 2,2 hectáreas por habitante, por encima de las 1,8 que la Tierra pone a nuestra disposición-, y (j) una inquietante idolatría del crecimiento económico.

3. ¿Cuáles son los rasgos previsibles del escenario posterior al colapso? Cualquier respuesta a esta pregunta tiene que ser por fuerza especulativa. Para que no fuese así deberíamos conocer las causas mayores del colapso, si éste tiene un carácter repentino o no, sus eventuales variaciones geográficas o la naturaleza de las reacciones suscitadas. Aunque tampoco es posible fijar el momento del colapso, no está de más que señale que muchos analistas se refieren al respecto a los años que separan 2020 y 2050.

Aun con ello, y si se trata de identificar los rasgos generales de la sociedad poscolapsista, bien pueden ser éstos: (a) una escasez general de energía, con efectos visibles en materia de transporte, suministros y turismo, y al amparo de una general desglobalización; (b) graves problemas para la preservación de muchas de las estructuras de poder y dominación, y en particular para las más centralizadas y tecnologizadas; (c) una aguda confrontación entre flujos centralizadores, hipercontroladores e hiperrepresivos, por un lado, y flujos descentralizadores y libertarizantes, por el otro; (d) inquietantes confusiones entre lo público y lo privado, con una manifiesta extensión de la violencia de la que serán víctimas principales las mujeres; (e) una trama económica general marcada por la reducción del crecimiento, el cierre masivo de empresas, la extensión del desempleo, la desintegración de los llamados Estados del bienestar, la subida de los precios de los productos básicos, la quiebra del sistema financiero, el hundimiento de las pensiones y retrocesos visibles en sanidad y educación; (f) un general deterioro de las ciudades, con pérdida de habitantes y desigualdades crecientes; (g) un escenario delicado en el mundo rural, resultado de la mala gestión de los suelos, del monocultivo, de la mecanización y de la mercantilización, y (h) una reducción de la población planetaria.

En el caso preciso de la península Ibérica, los antecedentes son malos, como lo testimonian el abandono de las energías renovables, el despilfarro y la escasa eficiencia energética, la lamentable apuesta por la alta velocidad ferroviaria y por las autopistas, la baja producción de materias primas energéticas, el alto consumo de petróleo y, en fin, en la trastienda, la deuda. El cambio climático se traducirá ante todo en una subida notable de las temperaturas en la mitad meridional de la península, con efectos graves sobre la agricultura y una insorteable crisis de la industria turística. Esto al margen, se harán valer fenómenos planetarios como los vinculados con la quiebra de empresas, la explotación laboral, el empobrecimiento, la crisis financiera, la desnutrición, el deterioro de la sanidad y el descrédito de las instituciones.

4. ¿Qué proponen, como alternativa, los movimientos por la transición ecosocial?
En sustancia lo que proponen no es otra cosa que una recuperación del viejo proyecto libertario de la sociedad autoorganizada desde abajo, desde la autogestión, desde la democracia y la acción directas, y desde el apoyo mutuo.

Si se trata de identificar, de cualquier modo, algunos de los rasgos de esa transición ecosocial, y del escenario final acompañante, bien pueden ser los que siguen: (a) la reaparición, en el terreno energético, de viejas tecnologías y hábitos, en un escenario de menor movilidad y de retroceso visible del automóvil en provecho del transporte público; (b) el despliegue de un sinfín de economías locales descentralizadas; (c) el asentamiento de formas de trabajo más duro, pero en un entorno mejor, sin desplazamientos, con ritmos más pausados, con el deseo de garantizar la autosuficiencia, y sin empresarios ni explotación; (d) la progresiva remisión de la sociedad patriarcal, en un escenario de reparto de los trabajos y de retroceso de la pobreza femenina; (e) una reducción de la oferta de bienes, y en particular de la de los productos importados, en un marco de sobriedad y sencillez voluntarias; (f) la recuperación de la vida social y de las prácticas de apoyo mutuo; (g) una sanidad descentralizada basada en la prevención, en la atención primaria y en la salud pública, con un menor uso de medicamentos; (h) el despliegue de fórmulas de educación/deseducación extremadamente descentralizadas; (i) una vida política marcada por la autogestión y la democracia directa; (j) una general desurbanización, con reducción de la población de las ciudades, expansión de la vida de los barrios y progresiva desaparición de la separación entre el medio urbano y el rural, y (k) una activa rerruralización, con crecimiento de la población del campo en un escenario definido por las pequeñas explotaciones y las cooperativas, la recuperación de las tierras comunales y la desaparición de las grandes empresas. Cinco verbos resumen, acaso, el sentido de fondo de muchas de estas transformaciones: decrecer, desurbanizar, destecnologizar, despatriarcalizar y descomplejizar.

5. ¿Qué es el ecofascismo? Aunque el prefijo “eco-“ se suele identificar con realidades saludables, no está de más que señale que en el partido nazi, el partido de Hitler, operaba un poderoso grupo de presión de carácter ecologista, defensor de la vida rural y receloso ante las consecuencias de la industrialización y de la tecnologización. Cierto es que este proyecto se volcaba en favor de una raza elegida que debía imponerse, sin pararse en los medios, a todos los demás…

Carl Amery ha subrayado que estaríamos muy equivocados si concluyésemos que las políticas que abrazaron los nazis alemanes ochenta años atrás remiten a un momento histórico singularísimo, coyuntural y, por ello, afortunadamente irrepetible. Amery nos emplaza, antes bien, a estudiar esas políticas por cuanto bien pueden reaparecer entre nosotros, no defendidas ahora por ultramarginales grupos neonazis, sino postuladas por algunos de los principales centros de poder político y económico, cada vez más conscientes de la escasez general que se avecina y cada vez más decididos a preservar esos recursos escasos en unas pocas manos en virtud de un proyecto de darwinismo social militarizado, esto es, de ecofascismo. Este último, que en una de sus dimensiones principales responde a presuntas exigencias demográficas, reivindicaría la marginación, en su caso el exterminio, de buena parte de la población mundial y tendría ya manifestaciones preclaras en la renovada lógica imperial que abrazan las potencias occidentales. Cierto es que el escenario general de crisis energética puede debilitar sensiblemente los activos al servicio de un proyecto ecofascista.

6. ¿Qué es lo que la gente común piensa del colapso? El colapso suscita reacciones varias. Una de ellas se asienta, sin más, en la ignorancia, visiblemente inducida por el negacionismo que proponen las grandes empresas con respecto al cambio climático o al agotamiento del petróleo. Una segunda reacción bebe de un optimismo sin freno, traducido en una fe ciega en que aquello que deseamos se hará realidad, en la intuición de que los cambios serán lentos, predecibles y manejables, en la certeza de que todavía tenemos tiempo o, en fin, en la confianza en los gobernantes. Una tercera posición es la de quienes estiman que inexorablemente aparecerán tecnologías que permitirán resolver todos los problemas. No faltan, en un cuarto estadio, quienes prefieren acogerse al carpe diem y, al efecto, consideran que sólo debe preocuparnos lo más inmediato y lo que está más cerca. Hay quien se acoge, en suma, al concepto de culpa y aduce, bien que no tiene obligación alguna de resolver los problemas que crearon otros, bien que la especie humana se ha hecho merecedora, por su conducta, de un castigo severísimo.

En este mismo orden de cosas, Elisabeth Kubler-Ross ha identificado cinco etapas en el procesamiento del colapso: la negación, la angustia, la adaptación, la depresión y la aceptación. Por detrás de muchas de las reacciones mencionadas se aprecia, de cualquier modo, el designio, en buena parte de la población del Norte opulento, de no renunciar a su modo de vida presente, y de preservar los niveles actuales de consumo y de status social. Y se aprecia también una firme negativa a pensar en las generaciones venideras y en las demás especies que nos acompañan en la Tierra.

7. ¿Esquivar el colapso? El capitalismo es un sistema que ha demostrado históricamente una formidable capacidad de adaptación a los retos más dispares. La gran pregunta hoy es la relativa a si, llevado de un impulso incontenible encaminado a acumular espectaculares beneficios en un período de tiempo muy breve, no estará cavando su propia tumba, con el agravante, claro, de que dentro de la tumba estamos nosotros.

Ante el riesgo de un colapso próximo, en el mundo alternativo las respuestas son, en sustancia, dos. Mientras la primera entiende que no queda otro horizonte que el de aguardar a que llegue ese colapso -será el único camino que permita que la mayoría de los seres humanos se percaten de sus deberes-, la segunda considera que hay que salir con urgencia del capitalismo y que al respecto, y a título provisional, lo que se halla a nuestro alcance es abrir espacios autónomos autogestionados, desmercantilizados y, ojalá, despatriarcalizados, propiciar su federación y acrecentar su dimensión de confrontación con el capital y con el Estado. Si unos interpretan que estos espacios nos servirán para esquivar el colapso, otros creen que es preferible concebirlos como escuelas que nos prepararán para sobrevivir en el escenario posterior a aquél. Lo más probable, de cualquier modo, es que no consigamos evitar el colapso: lo que está a nuestro alcance es, antes bien, postergar un poco su manifestación y, tal vez, mitigar algunas de sus dimensiones más negativas.

Parece claro, de cualquier modo, que no hay ningún motivo serio para depositar nuestra esperanza en unas instituciones, las del sistema, sometidas a los intereses privados, jerarquizadas, militarizadas y aberrantemente cortoplacistas. Una de las estratagemas mayores del capitalismo contemporáneo se beneficia de la enorme habilidad que el sistema muestra a la hora de evitar que nos hagamos las preguntas importantes. Y es que un empeño principal del capitalismo de estas horas consiste en buscar desesperadamente materias primas y tecnologías que nos permitan conservar aquello de lo que hoy disponemos, sin permitir que nos preguntemos por lo principal: ¿realmente nos interesa conservar esto con lo que hoy contamos, o con lo que cuentan, mejor dicho, unos pocos?

Lectura introductoria 2.

La Izquierda ante el colapso de la civilización industrial.

Entrevista de Solidaridad Internacional Andalucía a Manuel Casal Lodeiro.

14/06/2016 | Topo Tabernario

En el marco del curso «Estrategias para la resiliencia local: transiciones hacia el decrecimiento y el buen vivir», Solidaridad Internacional Andalucía entrevistó a Manuel Casal Lodeiro acerca de los límites y potencialidades de las políticas institucionales para enfrentar el actual proceso de colapso civilizatorio. Manuel es activista ecosocial, actualmente coordina 15/15\15, revista para una nueva civilización y acaba de publicar su libro “La izquierda ante el colapso de la civilización industrial”. A continuación publicamos un fragmento de la entrevista[1].

SIA: ¿Se puede ayudar a construir el poder ciudadano desde las instituciones locales? ¿Es necesario acceder a las instituciones?

Necesario en el sentido de imprescindible, no. Pero sí conveniente, por dos motivos principales. Primero, porque es más eficiente energéticamente. Es decir, que si no tenemos que malgastar energías luchando contra el Ayuntamiento, podremos dedicarlas a la mejora de la resiliencia, a proyectos reales… Segundo, porque siempre tienen a su disposición una serie de recursos (físicos, económicos, de alcance social y mediático…) que nos vendrían muy bien para acelerar la transición y realizarla más suavemente. En resumen, pueden ayudar de dos maneras básicas: no poniendo frenos (legales, burocráticos, económicos, políticas en sentido opuesto…) a la transición liderada por la ciudadanía, y en un segundo nivel, poniendo sus recursos al servicio de esa transición dándole una cobertura lo mayor posible.

Este optar por aprovechar las instituciones creo que encaja muy bien con los principios de la permacultura. Es decir, tenemos un factor de innegable relevancia en nuestro ecosistema sociopolítico, que está ya ahí, que son los ayuntamientos, que no podemos controlar del todo, pero que podemos estudiar cómo aprovechar e influir en su funcionamiento para que nos ayude a cumplir los objetivos del conjunto del sistema que queremos diseñar. O sea, no ser tan ingenuos como para apostarlo todo a esa carta (sería equivalente en la analogía permacultural a optar por un monocultivo con agroquímicos) ni tan puristas como para renunciar a usarlos y sacarles partido a la hora de construir resiliencia local (equivaldría a echarse al monte a comer bellotas abandonando los campos de cultivo). Yo lo veo como una aplicación posible de la permacultura social.

Eso no quita que considere fundamental abrirse a considerar que las instituciones locales no tienen por qué ser únicamente las vinculadas al Estado y que hay gente que propone, sobre todo desde ópticas próximas al anarquismo, la creación de institucionalidades paralelas de tipo ni privado ni estatal (no digo público porque es un término poco preciso, ambiguo) sino comunal y autogestionario como las que ya existen hoy día en Chiapas o el Kurdistán y que existieron durante siglos también en nuestro entorno hasta que fueron barridas por el éxito del Estado industrial basado en la energía fósil. Es decir, hablaríamos de una convivencia, una coexistencia —a ser posible coordinada, sinérgica— del municipalismo y del comunalismo o ecocomunitarismo. Esto tiene mucho que ver con el concepto de copoder.

¿No corremos el riesgo de que esas nuevas formaciones políticas y gobiernos municipales desactiven a los movimientos sociales?

Sí, por supuesto. Ese riesgo está siempre ahí y en la llamada transición española pudimos comprobar lo real que es, de hecho, aún estamos sufriendo las consecuencias de aquella desactivación efectuada conscientemente por determinados partidos supuestamente de izquierda. La clave está en que los movimientos estén vacunados y teniendo el colapso muy en mente, asuman que la vía institucional o estatal no nos va a salvar, y que por tanto sería trágicamente estúpido dejarse cooptar para ceder el protagonismo a un Estado muy debilitado, casi moribundo. Es decir: hay dos factores que deberían servir de barrera para esa desactivación: por un lado, la experiencia histórica de los años 80; por otro lado, saber que el Estado va a reducir muchísimo su potencial como mecanismo para satisfacer o resolver los problemas y necesidades sociales.

Al mismo tiempo, los movimientos sociales deberían rechazar y denunciar el discurso hueco del participacionismo y reclamar una auténtica soberanía. Esto es, deberían mantenerse firmes en reclamar que las formaciones políticas cedan el poder de decidir a la sociedad. Está muy de moda tras el 15M lo de convocar «asambleas abiertas» y ese tipo de discursos de una presunta «radicalidad democrática». Pero si una asamblea no tiene el poder de decidir realmente nada —pasando incluso por encima de la voluntad de los partidos o de los gobiernos municipales si fuese el caso—, al final su principal resultado consiste en desmovilizar y frustrar a la gente que tiene realmente ganas de implicarse para cambiar las cosas desde abajo. La asamblea tiene que ser deliberativa, horizontal (que todos sus participantes tengan igual poder) y decisoria; si no, es una pantomima. Sin devolver la soberanía al pueblo realmente, no habrá cambiado en el fondo nada y esas formaciones no serán más que aggiornamentos de la vieja política. En ese sentido no veo avances con respecto a modelos más veteranos pero más radicalmente democráticos, como el de Marinaleda. Necesitamos un «municipalismo comunero», como dice Joám Evans.

En resumen: comunidad empoderada (mediante la autogestión), democracia directa, asamblearismo decisorio y conciencia de que el Estado todopoderoso ya no volverá.

¿Cuáles son a tu entender los principales retos a los que se enfrentan los gobiernos municipales en el contexto de esta crisis?

El primero es conocer realmente la dimensión y las características de esta crisis múltiple. Asumirla en todas sus probables consecuencias, porque muy pocos lo hacen. Hablo de reconocer, tal y como reclama el Manifiesto Última Llamada (que algunos de ellos firmaron), que lo que estamos comenzando a vivir es una crisis de civilización y que, según numerosos indicadores, apenas nos queda un lustro, es decir, apenas el tiempo que durará el mandato de estos gobiernos, para enderezar el rumbo y evitar un colapso trágico. Yo suelo insistir en que las personas que han entrado a gobernar nuestros municipios este año tienen una responsabilidad histórica, aunque creo que no acaban de asumirlo. Si lo asumiesen estarían ya renegando públicamente del crecimiento económico como un mito suicida, estarían preparando planes de emergencia para una reconstrucción urgente de la resiliencia local a todos los niveles… Da igual que usen las palabras tabú decrecimiento, transición pospetróleo o no, pero tendrían que estar ya manos a la obra priorizando esta cuestión, por supuesto sin abandonar las cuestiones más de corto plazo. ¿Es que no comprenden que sin mirar más allá del día a día, estamos perdidos? El cortoplacismo político, económico y social, es una tara que tiene nuestro sistema que amenaza con destruirnos como especie.

Por tanto, el segundo reto sería, una vez se lograse esa conciencia plena de los responsables políticos acerca de la situación de colapso en la que hemos entrado sin remedio (es decir, olvidarnos de una sostenibilidad ya imposible, como dice Dennis Meadows), practicar políticas coherentes con esa consciencia del colapso civilizatorio, buscando construir resiliencia. También en paralelo, contribuir a concienciar a la población, para así retroalimentarse de esa comprensión social del panorama que tenemos por delante (algo como lo que hicieron los shogun del siglo XVII en un Japón enfrentado a la deforestación y la sobrepoblación, que usaron una estrategia para la concienciación social basada en los valores confucionistas de la autolimitación para así sostener culturalmente sus drásticas medidas de gestión medioambiental y de recursos). En la medida en que ayuden a la gente a comprender los radicales y urgentes cambios necesarios, se estarán ayudando a sí mismos a aplicarlos con éxito.

¿Cómo podemos incorporar a la agenda política estrategias y medidas que se enfrenten a esta crisis sistémica y global, para que estén a la altura de la gravedad y la urgencia de los impactos de la crisis energética, el cambio climático o el derrumbe del sistema económico-financiero?

Nosotros no «podemos» incorporarlas, porque dicha agenda no está en nuestras manos. En cualquier caso existirían en mi opinión dos vías principales de hacerlo posible: la primera y más efectiva sería precisamente trasformar el sistema político introduciendo la democracia directa, de manera que se abriera el camino para que este tipo de propuestas pudieran ser debatidas, decididas y puestas en marcha por la propia gente. Y entonces sí que nos encargaríamos la gente común de incorporar esas cuestiones a la agenda, aunque tendríamos que trabajar muchísimo la cuestión de hacer pedagogía del colapso para hacerlo posible, claro está. Esto puede funcionar especialmente a nivel local (ayuntamientos, etc.). Es la propuesta de la Vía de la Simplicidad, de Ted Trainer, por ejemplo, o del Partido da Terra, aquí en Galicia.

La otra, más convencional, sería lograr introducir esa cuestión en los programas políticos de ciertas formaciones, quizás mediante lo que he denominado «estrategias hipócritas» en mi libro A esquerda ante o colapso da civilización industrial. Hay quien vería esto como más fácil, sobre todo para ámbitos más extensos como el regional o el estatal, siguiendo las teorías de Jared Diamond, quien dice que las estrategias de abajo arriba funcionan mejor en escalas pequeñas y las top down mejor para entidades estatales, centralizadas, al cargo de territorios extensos y grandes poblaciones. Según esta estrategia, si se concentran los esfuerzos en convencer a una élite política más o menos abierta al cambio y a los valores de la emancipación (por ejemplo, haciéndoles pasar de la socialdemocracia al ecosocialismo), para que comprendan y consideren que hay que actuar con urgencia en el plano de la resiliencia, eso permitiría poner en marcha más rápidamente ciertas medidas que si hubiese que trasformar toda la cultura y los valores de millones de personas. Y esas medidas pueden explicarse más abiertamente o ser más disimuladas, pueden llevarse en el programa electoral o no… conformando el abanico de subestrategias de las que hablo en mi libro.

Pero no es tan fácil optar por una sola de estas dos estrategias principales (desde arriba o desde abajo), porque para que unas medidas desde arriba contasen con apoyo, habría que trabajar también la movilización y concienciación social desde abajo. Y para que las medidas que naciesen desde abajo no fuesen anuladas por medidas opuestas desde el poder estatal, habría que contar con gobiernos comprensivos, afines. Es lo que llamamos algunos estrategias mixtas o duales, y que creo que serán las más efectivas.

¿Crees que es sostenible el Estado de bienestar en el contexto de esta crisis sistémica y global? ¿Cuál debe ser el papel del Estado?

No me parece en absoluto sostenible el Estado de bienestar que hemos conocido en estas pasadas décadas. Los Estados de corte socialdemócrata en las últimas décadas son maquinarias descomunales que consumen grandes cantidades de energía, en buena medida fósil, es decir, no renovable. En otras palabras: es el petróleo lo que sostiene en último término nuestros hospitales, nuestros colegios, la policía, todos los servicios públicos y miles de puestos de trabajo del funcionariado… Tanto directa como indirectamente, claro, porque sin flujos siempre crecientes de energía fósil no hay crecimiento económico, y si no hay crecimiento no hay impuestos suficientes para mantener económicamente una estructura tan compleja como es un Estado industrializado moderno. Nuestra civilización ha llegado al punto de los rendimientos marginales decrecientes de la complejidad, que Joseph Tainter comprobó que había precedido históricamente al declive y colapso final de numerosas civilizaciones; es decir, cada vez necesitamos más y más recursos para sostener avances cada vez menores o incluso simplemente para mantener lo que hay.

Quizás sea posible otro Estado del bienestar, pero sería mejor llamarlo de otra forma, dentro de un muy necesario cambio cultural —de lenguaje en este caso—: un Estado del bienvivir o algo así…

El papel del Estado debe ser, idealmente, el de contribuir a la necesaria transición civilizatoria poniendo a su servicio todos sus recursos… ¡mientras los tenga! Y, desde luego, no derrocharlos en vías sin salida (como perseguir con medidas keynesianas la imposible vuelta al crecimiento económico) o directamente cediéndolos al expolio capitalista neoliberal. Eso es algo que solo podemos calificar de genocida a la vista de la situación de colapso en la que estamos entrando. Ese sería el objetivo de máximos. El de mínimos sería pedir que, por lo menos, no entorpeciera… que dejase hacer a la sociedad y a las organizaciones de base, y ahí volveríamos a lo de las estrategias mixtas arriba-abajo.

Preguntas seleccionadas para

el Espacio Abierto

Como se recoge en la presentación, para abordar el Espacio Abierto iniciamos previamente un proceso participativo en línea con el que establecer qué preguntas sería interesante abordar durante el debate de la jornada.

Tras la lectura de dos textos[2] que recogen las tesis fundamentales a partir de las que queríamos trabajar, en un primer momento propusimos “una tormenta de ideas” con la que recoger las preguntas que quienes participaran creyeran oportunas (anexo 2). En un segundo momento, tras agrupar las preguntas relacionadas, pedimos a todas las personas implicadas que las seleccionaran y priorizaran, resultando la priorización de esta manera (en cada pregunta se indica la página donde se recogen las aportaciones del Espacio Abierto):

  1. ¿Por qué el debate relativo al colapso del sistema está ausente de los discursos de los partidos políticos y sindicatos? >> Pág. 25
  2. ¿Cómo pueden estos temas llegar a un público más amplio (no convertido), qué lenguajes y formas de comunicación funcionarían con más eficacia? ¿Cómo combinar razón y emoción en el mensaje? >> Pág. 27
  3. ¿Qué procesos pueden unir las luchas dispersas, fragmentadas y diversas en alguna visión o terreno común? >> Pág. 29
  4. ¿Cómo compatibilizar las políticas de izquierda que atiendan necesidades sociales a corto plazo con las que preparen a la sociedad para el colapso más a medio y largo plazo? >> Pág. 31
  5. ¿Cuáles son los límites y potencialidades de las instituciones existentes para afrontar el proceso de colapso? ¿Necesitamos nuevas instituciones? ¿Cómo las creamos? ¿Qué conflictos puede generar la creación de nuevas instituciones? >> Pág. 33
  6. ¿Por qué medios se pueden hacer compatibles y sinérgicas las iniciativas de transición poscapitalista puestas en marcha “desde abajo”, fuera del Estado, con las posibles medidas que la izquierda partidista podría llevar a cabo “desde arriba”, es decir, desde las instituciones estatales frente al colapso? >> Pág. 35
  7. ¿Cómo transitar hacia un sistema postcapitalista más justo y sostenible? ¿Qué estrategias de relación se pueden poner en marcha con el objetivo de poner el colapso en el centro del debate y la acción? ¿Cómo construir un relato de la transición en común? >> Pág. 37
  8. ¿Qué estrategias comunicativas se podrían seguir para incluir en la agenda política la necesidad de establecer estrategias ante el más que probable colapso civilizatorio? >> Pág. 39
  9. ¿Cómo podemos asegurar y afianzar la presencia del feminismo en las prácticas locales de transición ecosocial? ¿Cuáles son las estrategias feministas que necesitamos con urgencia incorporar a los movimientos de izquierda? >> Pág. 41
  10. ¿Qué papel juega o puede jugar el sindicalismo en una sociedad que se dirige al colapso si continúa orientando su acción al aumento de la capacidad de consumo de los trabajadores y las trabajadoras? >> Pág. 43

 

Resultados del Espacio Abierto

Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 1.
¿Por qué el debate relativo al colapso del sistema está ausente de los discursos de los partidos políticos y sindicatos?
Ignorancia:

  • Por desconocimiento o falta de conciencia sobre el colapso. Ignorancia.

Anclados en viejos paradigmas / mitos culturales:

  • Ignorancia, porque hace falta unas gafas diferentes para ver el colapso.
  • Rigidez mental. Fidelidad a viejos esquemas de analizar la situación.
  • Sistema en el que no se plantean las cosas de manera finita, decirlo ahora “colapsaría” a las personas.
  • Un 50% porque creen que con la ciencia se va a solucionar cualquier problema. El otro 50% porque no gana votos.
  • Cuando se plantea, se hace como un debate secundario, no transversal a todos los niveles de nuestra vida.

Cortoplacismo:

  • Los partidos siguen estrategias cuatrianuales, a muy corto plazo.

No resulta estratégico:

  • Seguimos pensando en 4 responsables: comunicar el colapso a una ciudadanía no empoderada sólo puede generar parálisis o bloqueo por miedo.
  • Ausencia de verdad. No nos plantean la realidad tal y como es, por intereses electorales o relacionadas con el movimiento en cuestión.

Miedo a la pérdida de votos:

  • Un 50% porque no gana votos. El otro 50% porque creen que con la ciencia se va a solucionar cualquier problema.
  • No tienen clientela, la modorra está generalizada.
  • El debate relativo al colapso no vende y no consigue votos. Los votantes prefieren escuchar sueños y no la realidad. Cuestiona el sistema político/democracia.

No quieren renunciar a sus privilegios:

  • Un cambio coherente en las estrategias supondría una pérdida de privilegios y comodidades para una gran parte de la población, y no creo que los partidos ganaran adeptos con esas políticas. No quieren arriesgarse.
  • Es muy difícil enfrentarse al mantra del pleno empleo como máxima aspiración social.
  • Por la presión a perder sus status y sus privilegios.
  • Mantener el pueblo ignorante asegura la estabilidad del poder.
  • Porque van detrás de los medios productivos…groso modo.
  • Un sistema muy cómodo (para ellos) como para incorporar elementos que lo cambie.

Resistencia al cambio (a reconocer que sus paradigmas están en crisis):

  • Porque existe miedo a reconocer las consecuencias del colapso.
  • La caída del capitalismo y la sociedad industrial arrastra y deja sin discurso a partidos y sindicatos que nacen de esta misma civilización.
  • “Miedo”. Cuestiona el discurso político, obliga a salir de la zona de confort.
  • Porque asumir el colapso pone en cuestión sus identidades, sus discursos y trayectorias históricas. Entrarían en crisis y pocos tienen la osadía (y la coherencia) de hacerlo voluntariamente.
  • El no tener otra alternativa que puedan ofrecer. Miedo.
  • Miedo a que se rompa el sistema de consumo y enriquecimiento de unos pocos antes de tiempo.
  • Miedo a enfrentarse a esa realidad y miedo a perder votos.

Forman parte del sistema:

  • Porque están dentro del sistema y están diseñadas para gestionar y perpetuarse dentro del sistema.
  • El ritmo vertiginoso en el que están envueltos, además de la dependencia del sistema supera su capacidad para introducir al discurso, si a ello se suma que el poder que los excluiría y los haría desaparecer.
  • Interés propio: forman parte del sistema.
  • Porque está en contra de los intereses del sistema y las grandes empresas.
  • Porque no está de moda. Porque quien mueve lo hilos es la economía, donde no tiene cabida el colapso (aunque ya lo sepan, ya que si no lo supieran no existirían tantos conflictos armados para acaparar los recursos de otros territorios).
  • Porque están supeditados ideológicamente al propio sistema socioeconómico donde la economía juega el papel primordial.
  • Porque son parte del colapso y lo saben.
  • Los partidos políticos y sindicatos son parte del sistema, los alimentan y les da beneficios. No se preocupan del colapso o del futuro, sólo por el momento.
Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 2.
¿Cómo pueden estos temas llegar a un público más amplio (no convertido), qué lenguajes y formas de comunicación funcionarían con más eficacia? ¿Cómo combinar razón y emoción en el mensaje?
  • Hay que utilizar recursos diferentes para persuadir y convencer: actividades educativas más implicativas que cuestionen realmente el imaginario colectivo dominante.
  • Buscar espacios para comunicar en los centros educativos, con jóvenes y adolescentes.
  • Artivismo y contrapublicidad.
  • Hacer preguntas más que ofrecer respuestas.
  • Hay que partir de las dificultades y bloqueos mentales existentes: negacionismo, escepticismo, ignorancia de conceptos científicos implicados, no percepción del riesgo, conformismo, etc.
  • Sacar el colapso del armario, explicándolo con sencillez y apoyándose en múltiples evidencias científicas, al tiempo que se crea un relato nuevo de la buena vida y se visibilizan las experiencias reales, comunitarias y políticas.
  • Comunicar sin dramatismo y con humor.
  • Limitar el discurso elitista a pequeños grupos de trabajo específicos: no funciona en la comunicación social.
  • Lenguaje sencillo y con un estilo comunicativo asertivo.
  • Reconocer que parte de la sabiduría popular es ya decrecentista.
  • Con un lenguaje que lo pudiera entender nuestras abuelas.
  • Combinar la razón y la emoción a través de la empatía.
  • Tocar la fibra de las frustraciones y dar alternativas en pro de la transición.
  • Trabajar con la desesperanza, el hastío, la ira y canalizarla a una esperanza constructiva a través de experiencias resilientes y construir colectivamente el buen vivir (transformar la desesperanza, movilizar la esperanza).
  • Gestionar el miedo.
  • Lenguaje de barrio en cada barrio.
  • Mostrar alternativas reales y prácticas que sirvan de ejemplo.
  • Visibilizar las relaciones causales. Por ejemplo, entre consumismo y mal vivir (de grandes mayorías) / consumo responsable y buen vivir (para todxs).
  • Hablar de la transición y de experiencias de resiliencia local.
  • El cambio genera resistencia, por ello necesidad de un mensaje positivo que hable de los bienes inmateriales.
  • Ponerles el foco en ¿Qué ciudad queremos? ¿Cómo?
  • Pasar del verbo a la acción.
  • Luchar y organizar con la gente en los barrios a partir de su realidad y problemas.
  • Promover un profundo cambio social y político.
  • Educar al adulto a una nueva comunicación eficaz y convincente.
  • Meter el debate en los programas de cotilleos y famosillos/as
Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 3.
¿Qué procesos pueden unir las luchas dispersas, fragmentadas y diversas en alguna visión o terreno común?
  • Las crisis nos pueden ayudar a salir de la fragmentación. Quizás crisis muy fuertes que nos afecten a todos y todas de manera muy directa y que nos obliguen a organizarnos, a debatir y a escuchar; y en las que sólo cooperando pudiéramos conseguir dar respuestas que nos beneficiasen a todas y todos.
  • Generar espacios de conexión, para que nos conozcamos mejor.
  • Necesitamos interesarnos por lo que hacen otras personas.
  • Necesitamos hablar desde el corazón para unirnos como personas.
  • Necesitamos abrir la mirada.
  • Antes de llegar a una visión común, necesitamos compartir un diagnóstico común.
  • Para llegar a un diagnóstico compartido, necesitamos una convocatoria abierta, libre de siglas.
  • Necesitamos buscar los puentes en común, una vez que compartimos el diagnóstico.
  • A través de procesos participativos o constituyentes que ayuden a confluir a todas las luchas y a empoderarlas.
  • Encontrarnos en espacios de diálogo que nos permitan compartir los intereses y avanzar en objetivos comunes.
  • Crear y potenciar las relaciones y vínculos. Crear redes. Poner en común – no fragmentar.
  • Centrarse en los puntos en común y estar dispuestos a “ceder” un poco.
  • Tenemos que abandonar el ¡Sálvese quién pueda! O nos salvamos todos, o no sobreviviremos ninguno.
  • Generar procesos de toma de conciencia individual y colectiva ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos?
  • Plantearnos un futuro en común entre todos (sindicatos, movimientos sociales, instituciones locales y sectores partidarios).
  • Mayor coordinación, intercambio de conocimiento, agrupación geográfica de experiencias afines y creación de redes de apoyo mutuo.
  • Unir a la izquierda en un consumo decreciente, responsable y de proximidad.

En resumen:

  1. Encontrarse / conocerse / conectarse
  2. Tener un diagnóstico común
  3. Crear una visión en común
  4. Crear redes / actuar juntos
Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 4.
¿Cómo compatibilizar las políticas de izquierda que atiendan necesidades sociales a corto plazo con las que preparen a la sociedad para el colapso más a medio y largo plazo?
  • Las necesidades sociales a corto plazo son las necesidades de una sociedad ya colapsando. Las políticas deben ir encaminadas a construir la sociedad del mañana, HOY, solucionando la emergencia social.
  • Olvidar soluciones tradicionales. La realidad ha cambiado.
  • Aprendiendo de las necesidades y problemas de hoy, buscando soluciones que la eviten en el día de mañana. Imaginando el futuro postindustrial y diseñando alternativas que se antepongan a las necesidades del futuro.
  • No promover el consumo, sino crear plataformas donde la gente pueda compartir herramientas, necesidades, etc
  • Crear empleo en los sectores de agricultura ecológica, cuidados, restauración de ecosistemas…¿Renta básica como elemento para transicionar? Reducción de la jornada a 21 horas.
  • Políticas públicas de cooperativas locales que presten servicios a dependientes menores y personas discapacitadas.
  • Fortalecer lo local, el municipalismo y el tejido económico social y solidario.
  • Más participación.
  • Fortalecer la comunidad.
  • Apoyar iniciativas de comunidades locales (moneda social) desde instituciones (si no creas, por lo menos apoyas).
  • Participación ciudadana, organización consumidores, sindicatos, asociaciones vecinales, creen política.
  • Priorizar lo urgente sin olvidar lo importante.
  • No dejar en manos de Florentino Pérez la gestión del servicios de ayudas a domicilio. Así como la limpieza de hospitales.
  • Renacionalizar los servicios a la comunidad.
  • Nacionalizando la banca, las energéticas, la educación… y repartiendo la riqueza, la mucha o la poca.
  • Compartir la tierra de los latifundios para cultivarla y atender las necesidades sociales. Políticas concretas.
  • Utilizar las herramientas y canales de comunicación de los partidos para influir sobre ellos y obligarlos a legislar: sindicatos, asociaciones vecinales, de consumo, etc.
  • En este país la derecha básicamente está más unida, sin embargo, la izquierda está dividida, a veces más, otras menos. Conclusión: unir la izquierda, frente a estrategias comunes que persiguen el mismo fin.
  • Des-partidizar las políticas de izquierda (socioambientales).
  • Sin “izquierdismo de amiguetes”, sin “tarjetas black”, con decrecimiento ecopacifista.
Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 5.
¿Cuáles son los límites y potencialidades de las instituciones existentes para afrontar el proceso de colapso? ¿Necesitamos nuevas instituciones? ¿Cómo las creamos? ¿Qué conflictos puede generar la creación de nuevas instituciones?
Sobre los límites:

  • No se puede resolver un problema desde la misma visión que se ha creado.
  • Las instituciones son sistemas viciados, corruptos, patriarcales y jerárquicos; anquilosados en una estructura que corresponde a otra época; con poca o nula permeabilidad al cambio.
  • Las instituciones actuales son obsoletas, están alineadas al sistema que provoca al colapso.
  • Las instituciones no son neutrales. No se puede utilizar las instituciones de una sociedad capitalista/productivista/heteropatriarcal para fines de una sociedad postcolapso, más justa y más queer.
  • Una gran limitación es pensar que sin dinero no podemos avanzar; y pensar que la política institucional es la responsable de nuestra situación actual.
  • La burocratización del sistema es un gran límite.
  • La falta de entendimiento entre los partidos políticos.

Sobre las potencialidades:

  • Tienen cierta potencialidad si las presionamos desde las prácticas.
  • Tienen cierto reconocimiento social.
  • Tendrían cierta capacidad de alcance si trabajaran verdaderamente por lo público y lo comunitario.
  • Ya están creadas y se podrían reciclar.
  • Podrían empezar YA, hoy, porque es urgente y necesario.
  • Sistema público diseñado para satisfacer el interés general; prestan un sistema para la ciudadanía; público y transparente.

Sobre la necesidad de nuevas instituciones:

Posición reformista:

  • No creo que necesitemos nuevas instituciones, sino reorientar las que hay.
  • Necesitamos reformular las instituciones actuales y que los movimientos de base puedan ejercer un “control” sobre ellas.
  • La creación de nuevas instituciones no interesa pues genera conflicto de intereses.

Posición instituyente:

  • Nueva instituciones, sí. Participativas y desde abajo.
  • Procesos participativos o constituyentes desde lo local.
  • Las nuevas instituciones se irán generando paulatinamente desde abajo y desde la construcción de nuevos espacios.
  • Organizarse aunando necesidades comunes y metas comunes; trabajar siempre desde el respeto y la implicación con lo común.
  • Necesitamos actuar desde una identidad común (no individualista).
  • Más que nuevas instituciones (que sí), necesitamos nuevas personas, sino siempre iremos de mal a peor.
  • Trabajando desde la inteligencia del grupo y el campo grupal. Concentrándose en las ideas y no en quién las dice y en los aportes. Fluyendo.
  • Creación de poder local y esto a través de una amplia base de movilización con ramificaciones en los gobiernos locales.
  • “Community organizing” en los barrios.
  • Necesitamos visibilizar socialmente los límites de las instituciones, pero la responsabilidad es de todos (las instituciones, quieran o no, son incapaces por sí mismas de generar cambio).

Sobre los conflictos que puede generar la creación de nuevas instituciones:

  • Conflictos de poder.
  • Conflictos con la propia ciudadanía que vive segura en su zona de confort.
  • Conflictos para crear nuevas instituciones: tienen que partir de la inclusión de la diversidad, especialmente la de las gentes que están al margen y fuera del sistema. LA GESTIÓN DE LA DIVERSIDAD ES CONFLICTIVA.
Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 6.
¿Por qué medios se pueden hacer compatibles y sinérgicas las iniciativas de transición postcapitalistas puestas en marcha “desde abajo”, fuera del Estado, con las posibles medidas que la izquierda partidista podría llevar a cabo “desde arriba”, es decir, desde las instituciones estatales frente al colapso?
Estrategias duales de co-gobernanza:

  • Desde el Estado se ha de reconocer que es desde abajo, desde las comunidades que hacen alternativas, desde donde hay que crear nueva política.
  • Desde abajo negociar con el Estado, en posiciones de igualdad.
  • Gobernanza comunitaria a nivel municipal o escalas menores. Creación de un organismo de “control social” formado por representantes elegidos por movimientos sociales que supervisen y propongan nuevas medidas.
  • Crear espacios vinculantes entre los movimientos sociales y los partidos políticos, de forma obligatoria.
  • Que las iniciativas comunitarias aporten ideas y propuestas a los partidos políticos.
  • Fomentar que haya un aumento del número de pèrsonas implicadas en ámbitos de actuación mixtos: movimiento social y política, para aproximar ambas partes.
  • Cambio en el contenido político (para ofrecer respuestas al colapso), mediante el impulso de la ciudadanía.
  • Identificar las políticas reales de izquierda (válidas para este contexto de colapso) y, si no hay, crearlas.
  • Tareas de concienciación inmediata desde las administraciones públicas hacia la ciudadanía.

Estrategias para facilitar la gobernanza comunitaria:

  • Facilitar locales e infraestructuras públicas a la autogestión.
  • Municipalizar redes de energía y apoyar el autoconsumo cooperativo.
  • Impulsar la economía del bien común (Mapeo de iniciativas).
  • Ceder locales vacíos para iniciativas de economía del bien común.
  • Dejar espacio a la economía solidaria y a las cooperativas.
  • Apoyar a las cooperativas de vivienda en cesión de uso.
  • Generar bancos de tierras y ponerlas a disposición de quien quiera cultivarla.
  • Apoyar a las cooperativas de barrios en transición.
  • Impulsar ecomercados de proximacimidad en barrios.
  • Realizar un Urbanismo adaptativo; uso temporal de solares como espacio público.
  • Crear monedas locales (Bristol).
  • Impulsar redes de movilidad activa: peatonal-bici (metro-minuto de Pontevedra) – Red bici Sevilla..
  • Reservar una parte de los presupuestos de forma exclusiva a los movimientos sociales.
  • Adaptar la legislación para que se puedan generar los nuevos modelos ya existentes.
  • Apostar por los presupuestos participativos (local y nacional).
  • Facilitar la recuperación y la creación de bienes y servicios comunales a través de la cesión de recursos y legislación favorable.
  • Facilitar la legislación y la normativa castrante que frustra numerosas iniciativas.

Estrategias educativas:

  • Concienciar a la población más joven, desde los institutos, sobre el colapso que estamos viviendo como civilización industrial y sobre otros modos de vida no capitalistas posibles.
  • Desarrollando programas de comunidades escolares en transición. Ej.: 50/50 ahorro energético.

Posiciones contrarias a la posibilidad de desarrollar estas compatibilidades y sinergias:

  • ¡NO SE PUEDE!
Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 7.
¿Cómo transitar hacia un sistema postcapitalista más justo y sostenible? ¿Qué estrategias de relación se pueden poner en marcha con el objetivo de poner el colapso en el centro del debate y la acción? ¿Cómo construir un relato de la transición en común?
Estrategias comunicativas:

  • Construir un relato común de la transición.
  • Con comunicaciones globales y glocales…Hay que llegar a más de 7000 millones de personas.
  • Utilizar un lenguaje menos técnico e intelectual, para trabajar con nuestras relaciones más cercanas (familia, compañerxs de trabajo…) que no están familiarizadas con esta manera de comunicar.
  • Modificar nuestros vocabularios para facilitarnos la comunicación-acción común.
  • Ir de lo “Individual” a lo ”Colectivo”, informando de cómo nos afecta en la vida cotidiana, compartiendo experiencias.
  • Escuchar los problemas de los paisanxs y proponerles soluciones con un discurso fácilmente asimilable por ellxs.
  • Afrontando los problemas cotidianos de la gente como el precio de la luz, el desempleo, las condiciones laborales…
  • Desdramatizar el decrecimiento, transmitiendo que una menor complejidad no redunda necesariamente en una peor calidad de vida sino que precisamente puede ser una oportunidad para la buena vida (poco a poco, nos podemos adaptar a nuevo estilo de vida).

Estrategias educativas:

  • Transformación profunda en el sistema educativo. Ej.: FUHEM, escuelas libres, comunidades de aprendizajes…

Estrategias duales (Gobiernos-Comunidades):

  • Tiene que cambiar la gente, los Estados no van a promover el cambio o hay que obligar a los Estados a cumplirlas normas.
  • Poner a las personas y el medio ambiente en el centro de las actuaciones, de la economía y la política, priorizando el bien y el interés general.
  • La primacía de la cooperación sobre la competición.
  • A través del decrecimiento trabajando sobre lo local (común a todos).
  • Estrategias para fomentar y fortalecer la confianza para practicar la resiliencia.
  • El Gobierno central podría marcar las líneas, direcciones generales, etc. y que las comunidades pudieran autogestionarse dentro de esas líneas.
  • Aprender desde la práctica. Repensar praxis: talleres coles, memo.biocultural (acelerar el discurso a las personas).
  • Habría que descentralizar la fiscalía a los territorios, obligando a las empresas a dejar recursos en los lugares donde ejercen su actividad económica, y así posibilitar un cambio desde lo local.
  • Los organismos e instituciones podrían dotar de cohesión el  trabajo local y ser un punto de referencia y asesoría, aportando una mirada global.

Estrategias políticas:

  • Un primer paso para transitar hacia una Europa más sostenible sería que la sociedad civil presione a las instituciones para que se cumplan los programas de Acción ambiental y al mismo tiempo monetizar el coste ambiental para poder crear un sistema de tasas e incentivos a la actividad productiva.
  • Monetizar costes reales (medioambiente, cultura, DD.MM….)  producción y distribución, y concienciar con una tasa de valoraciones simultáneamente.  → Auditorías sociales como traducción ciudadana y sencilla lingüísticamente.
  • Intervención (Estatal): auditoría social,empresas, productos, iniciativas…
Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 8.
¿Qué estrategias comunicativas se podrían seguir para incluir en la agenda política la necesidad de establecer estrategias ante el más probable colapso civilizatorio?
  • Comunicación asertiva. Contar la parte ilusionante del cambio. Apología de la felicidad de la vía de la simplicidad. Ejemplos ilusionantes.
  • Volver a reconocer lo simple como lo verdadero e importante, romper con que no necesitamos tanto.
  • Desmontando las intoxicaciones informativas de los ciclos productivistas, dictatoriales, demócratas, etc. Cualquier estrategia dando alternativas, se debe usar.
  • Tratar objetivos pequeños posibles de abordar realmente, que motiven y sean base de cambios mayores.
  • Abrir la comunicación a encontrar soluciones pequeñas creativas.
  • Apelar a la responsabilidad respecto al futuro, pero desde el presente.
  • Transmitir confianza en el poder individual de cada persona.
  • Hablar de la responsabilidad individual.
  • Hablar en lenguaje respetuoso y entendible por todos/as.
  • Hablar sobre lo que sí funciona (ejemplos reales que ya están en marcha).
  • Realizar dinámicas “World Café” con grupos representativos.
  • Utilizar los medios de comunicación locales para incluir en las administraciones locales.
  • “Comunicación práctica” No fomentar las acciones políticas que son contraproducentes para la sociedad. De esa manera generamos en la política la necesidad de cambio. Ejemplo.: sin agricultores, Rajoy no come. → ACCIÓN → REACCIÓN → REPERCUSIÓN
  • Crear un grupo de comunicación que vaya por las diferentes asociaciones, colegios, universidades, con trabajo pedagógico e informativo.
  • Introducir la concienciación en los diferentes niveles educativos a través de, por ejemplo, vídeos como los que hemos visto en el curso.
  • Promover una preguntar parlamentaria popular en el parlamento o como se diga. ¿Iniciativa popular legislativa?
  • Difusión televisiva al estilo presidente actual en estado español en el canal A.
Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 9.
¿Cómo podemos asegurar y afianzar la presencia del feminismo en las prácticas locales de transición ecosocial? ¿Cuáles son las estrategias feministas que necesitamos con urgencia incorporar a los movimientos de izquierda?
  • Las estrategias feministas no se incorporan como un apéndice a lo que ya hay, sino que transforma la visión, las prácticas cotidianas y la vida comunitaria.
  • Necesitamos que el feminismo esté en todo de forma transversal.
  • El feminismo no es un tema de mujeres. Necesitamos hombres feministas. Sin feminismo, no hay movimientos de izquierda. Sin feminismo, no hay cambio. Sin feminismo, no hay democracia.
  • Necesitamos embarcar a los hombres en el feminismo desvelando las ventajas de la no imposición de roles. Incorporar los trabajos reproductivos a la economía, a los que los hombres deben acceder también (y disfrutar).
  • Crear círculos de mujeres, hombres y mixtos para compartir inquietudes y aprender a equilibrar la energía femenina y masculina que hay en cada persona.
  • Necesitamos que se lleven a la práctica los planes de género existentes, con el fin de empoderar a la ciudadanía en clave feminista.
  • Necesitamos incorporar criterios de economía reproductiva a los proyectos y desarrollar el tema de los cuidados como una cuestión estratégica.
  • Hay que poner en valor el trabajo reproductivo.
  • Visibilizar la economía de subsistencia familiar.
  • Se necesita más apoyo estatal para la crianza, el cuidado de personas mayores y enfermos (personas dependientes).
  • Hay que colectivizar los cuidados (responsabilidad colectiva de cuidar) como estrategia para responder a la crisis de cuidados.
  • Repartir el trabajo para una auténtica conciliación.
  • Utilizar un lenguaje integrador (trans y queer). Romper el binarismo de género (no sólo masculino y femenino).
  • Incorporar la dimensión espiritual, tratando sobre energía masculina y femenina independientemente de con qué sexo se identifique la persona.
  • Que los partidos políticos apuesten por la discriminación positiva.
  • Incorporación de las mujeres en la gestión política y social.
  • Que haya mujeres en puestos de representación y responsabilidad política y social.
  • Crear mecanismos en los espacios de diálogo y trabajo que potencien la participación no vinculada a los roles patriarcales.
  • Visibilizar las injusticias que sufren y han sufrido las mujeres.
Estrategias ante el colapso. Espacio Abierto 10.
¿Qué papel juega o puede jugar el sindicalismo en una sociedad que se dirige al colapso si continúa orientando su acción al aumento de la capacidad de consumo de los trabajadores y las trabajadoras?
En positivo:

  • ¡QUITARSE YA LA VENDA! Ni empleo-dinero van siempre juntos; ni empleo-regularización del misma van siempre juntos. Ajuste a la realidad.
  • Recuperar su esencia y no solo defender los derechos laborales sino también los sociales y ambientales.
  • Recuperar la esencia. “Interlocutores de las personas trabajadoras ante un nuevo orden socio-laboral”
  • ¿Qué papel podría jugar? Empezar a cambiar su discurso y acercar la de sus afiliados a conceptos más ecologistas, antimilitaristas, etc.
  • Plantear “Prohibiciones verdes” (movimiento sindical de obreros de la construcción en Australia”.
  • Reorientar hacia el consumo consciente. Incorporación de la filosofía permacultural: cuidado de la tierra, cuidado de las personas, reparto igualitario…
  • “Volver a empezar” estar otra vez con los trabajadores y luchar.
  • Son estructuras organizativas sólidas que pueden servir de herramientas para la creación de conciencia.
  • Podrían ser facilitadores si asumieran que su papel como defensores de los trabajadores/as en una sociedad postindustrial es hacer pedagogía de la resiliencia.
  • Si entendemos sindicalismo como autoorganización de los trabajadores/as asalariados que quedan para defender sus derechos y apuntar a la colectivización y transformación de la producción, puede ser una herramienta importante.
  • Sindicatos de sectores ya colapsados como la minería del carbón, podrían ser herramientas útiles para generar una conciencia del cambio de paradigma.
  • Ampliar sectores de actuación la energía limpia.
  • Los sindicatos tal y como los conocemos tienden a trascender el ámbito territorial (son sectoriales, por tanto, globales) ¿Cómo articular esto en iniciativas locales?
  • Pueden ser un grupo de presión hacia el cambio en la medida que se planteen el propio sistema y contemplen los escenarios de colapso, donde el trabajo se convierte en instrumento de opresión y destrucción que afecta al mundo
  • El sindicalismo puede aportar cosas positivas, siempre que no sea financiado por partidos políticos. Es muy necesario el sindicalismo.

En negativo:

  • Los sindicalistas son un producto fundamental de la Industrialización. Hay que inventar.
  • Una vez que asumieran el colapso y la inevitable sociedad postindustrial, quizás lo más coherente fuera disolverse y crear cooperativas de trabajadores para la transición.
  • ¿Qué papel juega? Le hace juego al Capitalismo, como inhibidores de la necesaria transición.
  • Debieran mirar primero por la sociedad y no por mantener cualquier clase de trabajo.
  • Juega un mal papel: seguidismo, defensa de plantillas en empresas contaminantes, defensa de la conversión (cementeras = incineradoras)
  • Debieran de no ser endogámicos y sí plurales.

Anexo 1.

Batería de preguntas obtenidas en el proceso

de preparación del Espacio Abierto.

Primera propuesta.

    1. ¿Cómo compatibilizar las políticas de izquierda que atiendan necesidades sociales a corto plazo con las que preparen a la sociedad para el colapso más a medio y largo plazo?
    2. ¿Cómo pueden estos temas llegar a un público más amplio (no convertido), qué lenguajes y formas de comunicación funcionarían con más eficacia? ¿Cómo combinar razón y emoción en el mensaje?
    3. ¿Por qué medios se pueden hacer compatibles las iniciativas de transición poscapitalista puestas en marcha “desde abajo”, fuera del Estado, con las posibles medidas que la izquierda partidista podría llevar a cabo “desde arriba”, es decir, desde las instituciones estatales?
    4. ¿Qué dirán nuestros líderes de izquierda cuando se comiencen a racionar los medicamentos en las farmacias? ¿Cuál será su reacción ante las estanterías vacías de los supermercados, antes las fábricas que deban cerrar por falta de material? ¿Con qué cara saldrán ante los medios de comunicación? Y, sobre todo, ¿con qué explicación se presentarán ante sus votantes?
    5. ¿Qué procesos pueden unir las luchas dispersas, fragmentadas y diversas en alguna visión o terreno común?
    6. ¿Qué tipo de transición funcionaría para aquellos ya atrapados en los sistemas hoy dominantes, incluyendo las clases medias urbanas?; y, a la inversa, ¿cómo asegurar que a aquellos que ya viven vidas relativamente sostenibles se les permite continuarlas y mejorarlas?
    7. Si damos por sentado que el capitalismo no sobrevivirá al fin del crecimiento derivado del fin de la energía siempre creciente… ¿qué tipo de sistema le sucederá? Y ¿cuál es la clave para que ese sistema que le suceda sea más justo y sostenible?
    8. ¿Con qué fuerza podemos plantear la comunidad/colectivo como el eje del poder en lugar del Estado o las empresas?

Segunda propuesta.

  1. ¿Cómo nos planteamos prepararnos para los conflictos que, tanto dentro de sociedades (marginación/exclusión social, acceso a recursos, fascismo “clásico” y eco-fascismo, etc) como entre sociedades/Estados (muros, guerras, etc), está generando y generará este proceso de colapso?
  2. ¿Cuándo pensamos que es el momento adecuado para involucrarnos en estos conflictos latentes/ocultos (de los que somos parte en cualquier caso) y sacarlos a la luz para hacerlos visible (condición necesaria para su gestión)?
  3. ¿Qué importancia damos a las experiencias de las luchas noviolentas cuando pensamos en estos conflictos? ¿Qué es lo que podemos aprender de estas experiencias?
  4. ¿Cómo entendemos las instituciones (ayuntamientos, CC.AA., Estado, instituciones supranacionales) existentes? ¿Pensamos que estas instituciones son neutrales, y su uso depende de quien está “en control” de estas instituciones?
  5. ¿Hasta qué punto se puede llegar con las instituciones que hay?
  6. ¿Cómo creamos nuevas instituciones potentes, que puedan sustituir a las instituciones existentes?
  7. ¿Pensamos que las instituciones existentes van a desaparecer o cómo vemos el conflicto entre las instituciones que hay y las nuevas instituciones que queremos construir?

Tercera propuesta.

  1. Sentir ¿Qué se nos ocurre para generar un intercambio en nuestros contextos alrededor de las emociones que nos producen el colapso?
  2. Pensar ¿Qué reflexiones se están imponiendo frente al colapso? ¿Cuáles se deben introducir?
  3. Hacer ¿Qué prácticas tienen nuestras organizaciones? ¿Estamos en condiciones de hacer prácticas de transición?
  4. Decir ¿Qué discursos son mayoritarios en nuestros contextos? ¿Cómo construir un relato de la transición en común?
  5. Cooperar ¿Qué estrategias de relación se pueden poner en marcha con el objetivo de poner el colapso en el centro del debate y la acción?

Cuarta propuesta.

  1. ¿Transición o revolución frente al colapso?
  2. ¿Cuál es el papel de la clase trabajadora frente al colapso?
  3. ¿La salida de la crisis capitalista actual se llevará a término, si del 1% depende, en una III Guerra Mundial?

Quinta propuesta.

  1. ¿Cómo (y hasta qué punto) se puede despatriarcalizar los Partidos y los movimientos sociales?
  2. ¿Cuál es el papel de los hombres que estamos por la Igualdad y participamos en los feminismos en la Despatriarcalización de la Política?

Sexta propuesta.

  1. ¿Cómo piensan evitar que en la situación de colapso los que, actualmente, tienen el poder económico y político sean los principales supervivientes y que  aumenten todavía más su poder?
  2. ¿Es el modelo autogestionario que se plantea en estos documentos realmente una alternativa de izquierdas?
  3. ¿Parece deducirse de la propuesta que se plantea que los servicios públicos son inviables, entre los que se encuentran derechos básicos como la sanidad, la educación y otros, entonces cuál es la alternativa que proponen, y cómo se diferencian de las alternativas ultraliberales?
  4. ¿Cómo se traslada el modelo que se propone a nivel global? ¿Cómo se plantean  cambiar los actuales centros de poder para poder aplicar el modelo autogestionario?
  5. ¿Cómo se va a repartir la riqueza, el trabajo, entre las personas; así como los derechos y responsabilidades sociales,  la coordinación de las actividades y las relaciones entre personas y grupos de personas (municipios, provincias u otras agrupaciones) para resolver necesidades de las personas, es decir de la sociedad (incluyendo la economía) no solo a nivel micro sino a nivel global entre las personas y sus agrupaciones  en el modelo autogestionario y de decrecimiento que se plantea?
  6. ¿Cómo afectan los nuevos métodos de producción, la digitalización, la robotización, inteligencia artificial, etcétera, al empleo y al reparto de la riqueza y como lo asume la propuesta de ruralización y vuelta al trabajo campesino que se propone?

Séptima propuesta.

  1. ¿Cuáles podrían ser las diferencias y/o las similitudes entre los efectos de una guerra y de  un  colapso tal como está descrito por Carlos Taibo? ¿Conocemos otros fenómenos que contribuyen a un colapso? ¿Cuáles serían sus causas y consecuencias? ¿Hay colapsos no visibilizados y silenciados?
  2. ¿Podríamos considerar que el colapso no resulta tanto de un sistema económico o de otro sino más bien de la propia Civilización Industrial? Y entonces, ¿Cuáles han sido los factores por los cuales se llegó a optar por un desarrollo dependiente de los combustibles fósiles, que están en la raíz del cambio climático, sin que este desarrollo haya sido considerado una gravísima amenaza para el mundo? (Está corregida).
  3. ¿Por qué habría de pensar que la idea de Civilización industrial resulta de un concepto trampa?
  4. ¿En qué puede ayudarnos esta idea de la existencia de tal civilización en nuestra voluntad de resistencia ante la causa del posible colapso y en nuestra búsqueda de alternativas a sus posibles dramáticas consecuencias en el día de hoy o de mañana?
  5. -. ¿Cuáles serían los mitos de la sociedad industrial?
  6. ¿Qué entendemos por productos, recursos, materias primas? ¿Dónde empieza la cosificación y explotación del mundo vivo?
  7. ¿Cuáles son los productos industriales que consideramos no dispensables a nuestras necesidades? ¿Cuáles son los criterios?
  8. El rechazo de un producto es motivado ¿por? ¿Podría ser sustituido? Expliquemos
  9. ¿Creemos que toda industrialización implica la explotación de materias primas tales como los combustibles fósiles?
  10. El colapso ya está en camino en nuestras sociedades industriales tradicionales y no depende tan sólo del agotamiento de las materias primas combustibles y del cambio climático: ¿Cuáles pueden ser los otros factores?
  11. ¿Por qué olvidamos tratar de la industria de guerra, armamento y nos quedamos en temas de consumo y transporte?
  12. ¿Nos imaginamos una huelga general de transporte y/o de extracción de productos energéticos… ¡Un colapso! ¿De qué características? Podría provocar una reflexión colectiva por tan solo difundir un video sobre tal eventualidad.
  13. ¿Podemos desarrollar una resistencia y alternativas desde una sola región, un solo país, o desde el marco de una UE?
  14. ¿Cuáles son las experiencias de ayer y hoy de las cuales podemos aprender y tejer nudos de desarrollo de alternativas al sistema vigente?
  15. ¿No tenemos nada que aprender de las resistencias y supervivencias de la lucha de lxs campesinxs sin tierras, la soberanía alimentaria, la resistencia por salvar los bosques y los ríos…las tradiciones interactivas? ¿No tenemos nada que aprender de sus cosmovisiones?
  16. ¿No tenemos nada que descodificarnos de nuestras relaciones de poderes hacia las mujeres y los hombres de sociedades que no protagonizaron “la civilización industrial”?
  17. ¿Cuáles son las huellas e impactos de nuestra asimilación de relaciones binarias entre Modernidad y Tradición en nuestra visión del “otro y de la otra”? ¿En qué aspectos fundamentales nuestro período de sociedad de bienestar dependía de estas relaciones?
  18. ¿En qué vemos que pueden condicionar las relaciones de apoyo mutuos entre comunidades resistentes y portadoras de alternativas al colapso?
  19. ¿Cómo evitar la degeneración burocrática-patriarcal en la resistencia?

Octava propuesta.

  1. ¿Por qué el debate relativo al colapso del sistema está ausente de los discursos de los partidos políticos y sindicatos? ¿Pondrían en riesgo su propia existencia si hablaran de ello?
  2. Si varios de los rasgos que Carlos Taibo indica como previsibles de una sociedad posterior al colapso (reducción del crecimiento, extensión del desempleo, desintegración de los Estados de bienestar, retrocesos visibles en sanidad y educación, entre otros) los estamos viviendo a día de hoy, ¿estamos ya instalados en el colapso? ¿Es nuestra manera de concebir la historia como sucesión de acontecimientos y no como proceso lo que hace que no veamos que ya estamos instalados en él?
  3. ¿Qué papel juega o puede jugar el sindicalismo en una sociedad que se dirige al colapso si continúa orientando su acción al aumento de la capacidad de consumo de los trabajadores y las trabajadoras? Y ante el aumento ininterrumpido del desempleo y la precariedad, ¿sería válida la propuesta de una Renta Básica Universal? (diferente a la renta mínima defendida por los sindicatos mayoritarios)?
  4. ¿Qué sentido tiene el control de las instituciones locales municipales si los contratos fijados por las anteriores administraciones están blindados y existe una reclamación permanente de nuevos y mejores servicios en un escenario cortoplacista dominado por los procesos electorales?
  5. ¿Es el Estado un obstáculo para la transición ecosocial hacia una sociedad auto-organizada que pueda alcanzar cierta capacidad para frenar o resistir al contexto de colapso?
  6. Más allá de lo local y del estado, ¿dónde queda el nivel de los pueblos (en el texto citan al Kurdistán y a Chiapas? ¿Qué papel pueden jugar en nuestro caso, los rasgos culturales del pueblo andaluz, para una transición eco-social cara a la autogestión, una mayor democracia, acción directa y apoyo mutuo? A modo de ejemplo, el flamenco, marcador identitario del pueblo andaluz, es usado como herramienta de concienciación social desde abajo a través de las acciones del colectivo Flo 6×8. Estas acciones, ¿tendrían los mismos efectos en culturas diferentes a la andaluza?
  7. ¿Es necesaria la desobediencia civil para una soberanía real de los pueblos?
  8. ¿Son indicativos de un darwinismo social militarizado -en palabras de Carlos Taibo- las políticas migratorias y de cooperación al desarrollo de la Unión Europea? ¿Dónde queda el propio concepto de desarrollo en el contexto de colapso que estamos analizando?

Novena propuesta

  1. En la transición socioecológica que queremos hacer para adaptarnos a esos cambios irreversibles, ¿Cómo vamos a gestionar la interdependencia humana inevitable? ¿Cómo vamos a combinar el cuidado y la satisfacción de las necesidades básicas con suficientes niveles de autonomía personal? ¿Cómo hacerlo en un marco donde el margen de libre elección de las mujeres sigue siendo bastante incierto?
  2. En el contexto actual de recortes en política social, de rehogarización y refeminización de los cuidados y de reforzamiento de la división sexual del trabajo en el Norte global ¿A través de qué estrategias concretas queremos socializar el cuidado y convertir la vulnerabilidad humana en una cuestión política?
  3. ¿Cómo transformar el cuidado para que no sea  únicamente una herramienta asistencial y sectorial que favorece la incorporación de las mujeres a un mercado laboral precario?
  4. ¿Cómo podemos asegurar y afianzar la presencia del feminismo en las prácticas locales de transición ecosocial?
  5. ¿Cuáles pueden ser algunas de las prácticas cotidianas que vinculen la igualdad de género con la viabilidad ecológica?
  6. ¿Cómo se podría combinar la asunción de “mandatos” ecológicos (para adaptar nuestros estilos de vida a la capacidad de carga del planeta) con la singularidad, la libertad y la pluralidad de las personas?
  7. ¿Podríamos incluir entre algunos de nuestros derechos en estas nuevas sociedades, el derecho a no cuidar? ¿quién se encargaría entonces de ese cuidado?
  8. ¿Qué privilegios estamos dispuestas y dispuestos a perder dentro de nuestros hogares y grupos de convivencia para prepararnos para los cambios hacia sociedades más justas y sostenibles?
  9. ¿Piensas que las “formas de vida simple y frugales” pueden ser emancipadoras para las mujeres? ¿En qué sentidos?
  10. ¿Cómo nos podemos comprometer los sujetos sexuados en esa transición socioecológica? ¿Cómo podemos construir nuevos imaginarios y modelos alternativos de feminidad y masculinidad?
  11. ¿Cómo podemos combinar desde la izquierda la crítica de la insostenibilidad ecológica a medio plazo con la insostenibilidad social de la propia reproducción humana?
  12. ¿Cuáles crees que son las estrategias feministas que son urgentes de incorporar a los movimientos de izquierda?
  13. Partiendo de las experiencias de vuestros movimientos sociales, ¿creéis que los espacios autogestionados son espacios libres de relaciones de dominación? ¿Por qué?
  14. ¿Dónde poner a circular los recursos detraídos a la lógica de acumulación de capital? ¿En qué estructuras de organización social? ¿En qué espacios económicos de intercambio? ¿Con qué organización de los trabajos?
  15. ¿Cuáles queremos que sean las nuevas “institucionalidades” horizontales? ¿Cómo se formarían? ¿Quiénes las formarían?
  16. ¿Qué papel queremos que jueguen los hogares?  ¿Cómo los transformamos para que sean verdaderos espacios de bienestar y justicia? ¿tienen sentido tal y cómo están organizados actualmente?

Décima propuesta.

  1. ¿Qué estrategias comunicativas podríamos seguir para incluir en la agenda política la necesidad de establecer estrategias ante el más que probable colapso civilizatorio?
  2. ¿Qué políticas serían prioritarias emprender para preparar mejor nuestras ciudades frente al colapso?
  3. ¿Cómo hacer posible y sinérgico la colaboración con iniciativas sociales de abajo a arriba con iniciativas políticas de arriba a abajo frente al colapso?

Anexo 2.

Selección del material audiovisual creado por Solidaridad

Internacional Andalucía en el marco de los proyectos

“Estrategias y experiencias para la Resiliencia Local”.

Anexo: Selección del material audiovisual creado por Solidaridad Internacional Andalucía en el marco de los proyectos “Estrategias y experiencias para la Resiliencia Local”:

Diagnóstico: el colapso civilizatorio.

  1. Una revisión crítica de la Modernidad (75 minutos). Conducido por Yayo Herrero (FUHEM Ecosocial), aborda aspectos como el antropocentrismo, el androcentrismo, el etnocentrismo y el colonialismo, el adultocentrismo, el heteropatriarcado, las relaciones entre Estado, Mercado y ejércitos, las similitudes entre el capitalismo y el socialismos entre otros.
  2. La Crisis del Capitalismo Global (65 minutos). Conducido por Luis González Reyes Ecologistas en Acción), aborda principalmente el papel de la energía en las transformaciones sociales, la crisis global multidimensional, los límites del crecimiento y desigualdad y los escenarios futuros ante el colapso civilizatorio.
  3. La Cuestión Energética en la Crisis Global (28 minutos). Conducido por Margarita Mediavilla (Universidad de Valladolid), responde a cuestiones como los límites energéticos para nuestra civilización, la escasez energética, las posibilidades de las energías renovables y la innovación tecnológica.
  4. La Crisis de los Cuidados en el Capitalismo Global (21 minutos). Conducido por Yayo Herrero (FUHEM Ecosocial) se centra en establecer qué es la crisis de los cuidados, su relación con la explotación de la naturaleza y sus vínculos con el capitalismo global, además de la crítica que hace el feminismo a esta realidad y posibles formas de afrontarla.

Respuestas ante el colapso civilizatorio:

  1. Los movimientos sociales en la Modernidad (32 minutos). Conducido en exclusiva por Luis González (Ecologistas en Acción) responde a cuestiones como el fracaso de las ideologías revolucionarias frente al neoliberalismo; los movimientos sociales emancipatorios, la necesidad de un nuevo Internacionalismo y las sociedades frente al reto del cambio cultural ante la crisis civilizatoria.
  2. Estrategias Duales frente al Colapso Civilizatorio (46 minutos). Conducido por Manuel Casal (Asociación “Vespera de nada”), Emilio Santiago (Móstoles en Transición) y Luis González (Ecologistas en Acción), se reflexiona en torno a las posibilidades y conveniencia de las estrategias top-down y bottom-up en el contexto del colapso civilizatorio.
  3. Reacciones y Estrategias Psicológicas frente al Colapso (67 minutos). Conducido por Fernando Cembranos (Ecologistas en Acción), aborda la tentación de la parálisis ante el colapso, la inteligencia individual y colectiva, las dificultades psicológicas ante el colapso, la resiliencia psicológica y posibles actuaciones para prepararnos ante el colapso y mejorar nuestra capacidad de adaptación.

Estrategias y experiencias para la Resiliencia Local.

  1. Reconstruir la Resiliencia Local (33 minutos). Conducido por Begoña de Bernardo (Centro para la resiliencia – Casa Pousadoira), responde a cuestiones como los rendimientos del aumento de complejidad social, la perdida de resiliencia de las comunidades locales, el equilibrio entre ésta y la complejidad, los cambios culturales necesarios para construir sociedades y territorios sostenibles.
  2. Estrategias Comunitarias para la Transición Socio-Ecológica (31 minutos). Conducido por Juan del Río (Red de Transición España), describe qué es el Movimiento Transición, los primeros pasos y la consolidación de las iniciativas de transición, sus retos y posibilidades de réplica, e incorpora sus reflexiones en torno a la situación actual del movimiento.
  3. Recrear las identidades. Desmontando la fantasía de la individualidad (48 minutos). Conducido por Almudena Hernando y Mauge Cañada, con aportaciones de Yayo Herrero y Mabel Cañada. Incorpora también intervenciones de Hilario Sáenz, del Foro de Hombres por la Igualdad, Irene y Andrea Goikoleak, de la Comunidad Amalurra y Andreas Speck de La Transicionera y vinculado al movimiento queer.
  4. Fortalecer la comunidad: retos y dificultades en la experiencia comunitaria (46 minutos). Conducido por Mabel Cañada y Mauge Cañada, con aportaciones de Almudena Hernando, e incorpora también intervenciones de Ferran Aguiló, del espacio vecinal autogestionado Can Batlló (Barcelona), y Santiago Barber de Tramallol (Sevilla), además de las ecoaldeas Lakabe y Arterra Bizimodu (ambas en Navarra).
  5. Rearticular el territorio: grupos humanos, medio ambiente y satisfacción de necesidades (70 minutos). Roberto Bermejo hace una presentación sobre los ecosistemas y Luis González conduce el episodio presentando algunos de los principios de la biomímesis, a partir de los cuales hemos presentado cinco iniciativas: Móstoles en Transición (Emilio Santiago), Zarzalejo en Transición (Loli Hernández), el Espacio Vecinal Autogestionado Can Batlló (Ferran Aguiló), el Mercado Social de Madrid (Fernando Sabín) y la Moneda Social Puma (Noemí González). Tras el cierre del episodio por Luis González y Loli Hernández, y a modo de “bonus track”, Joan Solana presenta la Cooperativa Integral Catalana.
  6. Reimaginar lo global: pueblos y naturaleza en el centro de la globalización (55 minutos). Conducido por Coyote Alberto Ruz (Red global de Ecoaldeas), intervienen Luisi Gil (Plataforma Futuro en Común), David Llistar (autor del libro “Anticooperación”), Pablo González (Vía Campesina) y Emilio Santiago (autor del libro “Rutas sin mapa”).
  1. Enlace al vídeo con la entrevista completa.
  2. Taibo Arias, Carlos (2016): Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo. Catarata, Madrid; y Casal Lodeiro, Manuel (2016): La izquierda ante el colapso de la civilización industrial. La Oveja Roja, Madrid.

 

 

 

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Tfno: 954 54 06 34

Coordinación y textos: Marcos Rivero Cuadrado, Moisés Rubio Rosendo y Alba María Vidal Galán.

Documento optimizado para su impresión a doble cara.

Diseño y maquetación: info@manojocreaciones.com

Ejemplar gratuito. Prohibida su venta. Sevilla, febrero de 2017.

Está publicación ha sido realizada como parte del proyecto formativo “Experiencias para la Resiliencia local”, desarrollado por Solidaridad Internacional Andalucía y financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

 

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5 comentarios sobre “Estrategias ante el Colapso. El papel de los partidos de izquierda y los movimientos sociales

  1. Está bien, no saben Uds. ni lo que dicen de Colapso.

    Estoy seguro que Uds desayunaron hoy, aunque los españoles no desayunan mucho pero es por cultura, si quieren desayunar huevos fritos con chorizo, café con leche, croissants o tostada con mantequilla y mermelada, o si son de la clase trabajadora, además una buena copa de coñac Magno, se lo pueden permitir perfectamente.

    Uruguay, del que Uds no sólo no saben nada, para peor se creen los versos del milonguero Mujica y del mentiroso patológico del Dr. Tabaré, es perfecto ejemplo de país en colapso.
    Colapsó en 1973, y no se levantó más.

    Estudienló, si saben y pueden, eso sí, no se crean ni una palabra que les digan los criollos, que tienen por honra engañar a los gallegos (que son crédulos, prósperos e idiotas) y cuyo único estilo para hablar de sus cosas es el ditirambo.
    Al menos hablan español, porque de Siria o Sudán qué van a enterarse Uds.

    Uruguay se ha quedado sin aviación militar o civil, sin Fuerza Aérea.
    El standard de vida es un salto cualitativo por debajo de España: los sueldos tres veces inferiores, las cosas cuestan 3 veces más o sea 3x(-3) = -9.
    Montevideo es como Tombstone, pero sin el sheriff, todos los días matan a 3 ó 4 a balazos, los asaltos, rapiñas, secuestros, violaciones, asesinatos -en una ciudad de tamaño de Valencia- y otros delitos violentos contra la vida y la propiedad son una constante pero una realidad abrumadora.

    Ayer, sí, ayer mismo asaltaron un ómnibus (asaltaron varios, pero este en particular me lo cuenta un testigo) pistola en mano, robaron al conductor, boletero y a todos los pasajeros.
    No salió publicado, aunque el gobierno quiso poner una Ley de Medios, o sea una ley Mordaza, no la aprobaron pero da igual, no lo publican salvo que realmente sea delito de sangre o muy violento, porque esto que les cuento es el modo de vida.
    ¿Tengo que recordarles que en Uruguay gobierna -es un decir- una coalición de comunistas y tupamaros, una verdadera asociación de idiotas para delinquir?

    Es asombroso que en Montevideo capital muere cantidad de gente todos los días en accidentes de tráfico ¿cuanta gente murió ayer en Valencia en Accidente de tráfico? Seguramente nadie.
    En Montevideo 3 ó 4, y el tendal de heridos.
    Y por supuesto te matan por robarte la bicicleta, te mata un niño de 9 años, sí en el Montevideo de Mujica y de la Topolansky, en el Montevideo de la Mazorca.

    Volviendo al desayuno, lo normal que el uruguayo y los niños desayunen Mate cocido, o sea, hojas de árbol secas, cocido el caldo ese.
    Si tienen suerte en la escuela les dan algo de comer.

    Las profesoras de secundaria no pueden ni comprar queso.

    Y por supuesto no plantan ni tomates ni pueden comprar pimientos, de gandules comunistas haraganes inútiles que son.

  2. Fui a ver algunos de los documentos enlazados, y digo ver, porque siguiendo la insoportable costumbre del sinapio, todo es bla, bla y poco por escrito, se nota que les molesta lo negro pero les gusta oírse sus taradeces y no escuchar.

    En el caso del Reino Bananero Africano de Sinapia, dado su carencia completa en materia de combustibles, y que las renovables no pueden ni de lejos mantener el standard de vida propio de una sociedad industrial a la que se acostumbraron, y a la que se creen que tienen derecho divino a tener, el colapso ya en marcha va a ser trágico.

    En 1942 por dar una fecha, y lo cuenta Pla en “Viaje en autobús” cuando los niños en Cataluña veían pasar un coche por el pueblo, levantaban los brazos asombrados.
    http://www.armandobronca.com/moral-biologia-y-energia_16926/
    (extractos, hacia el final del artículo)

    Y en 1936 lo cuenta Orwell en “Homage to Catalonia”, gran parte de España vivía en la edad de piedra, comprobó asombrado.
    [si quieren leer gratis total el libro de Orwell, tan discutido y criticado por los que no lo han leído nunca, acá, legal descárguenlo
    http://www.gutenberg.net.au/ebooks02/0201111.zip ]

    Como supongo que ignoran Uds absolutamente cómo se vivía en París y Londres, digo, la clase trabajadora en los años de entreguerra, lean “Down and Out in Paris and London”, libro imprescindible y que debería preocuparles
    [ http://www.gutenberg.net.au/ebooks01/0100171.zip ]

    Cuando los hayan leído -si es que pueden leer inglés, claro- entenderán porqué las propuestas buenistas y de ricos y de fijosdalgos que propone el artículo arriba, dan francamente repugnancia.

    La cuestión que esta gente se cree que va a vivir más o menos igual, no puede entender que se va a quedar sin coche y a lo mejor se va a quedar sin comida.
    (no he leído una propuesta, la hago acá, de que el derecho al alimento sea recogido en la Constitución)

    A mi entender la única forma de paliar el Colapso, es reducir la población de Sinapia
    ¡ A LA MITAD !
    46 ó 45 millones ahora, depende de cómo se cuenten, la población en 1900 -¿saben Uds cuanto era?
    19 millones, ha aumentado más del doble.
    Insostenible totalmente, piensen que esa población de 19 millones en 1900 eran pobrísimos, enfermos, vestidos de harapos, mugrientos, analfabetos 70%, sifilíticos, tuberculosos, muertos de hambre y con muy corta esperanza de vida, no solían pasar de 35 años, ah, y trabajaban 12 horas por día y trabajaban ¡hasta los domingos!

    La población alrededor del tiempo del descubrimiento de América no pasaba de 15 millones -en realidad puede que vivieran mejor que los 19 millones de 1900- o sea que el crecimiento fue muy lento, ha sido en el siglo 20 con el petróleo, el carbón, la electricidad, el transporte y la sanidad y medicinas, que la población se ha disparado a este nivel INSOSTENIBLE.

    Y ya vemos que empieza a descender, millones han emigrado y aumentó la mortalidad.

    Se puede disminuir la población a la mitad de forma lenta, imperceptible, aumentando la diferencia entre Mortalidad y Natalidad, 1%.
    Esto disminuye la población a la mitad en 70 años.
    (sin inmigración, claro)

    Si este ritmo, que ya les digo es indetectable y se está en ello, por los recortes en materia sanitaria que hace el bondadoso y superior gobierno, si se cree demasiado lento y 70 años pueden ser demasiados, se puede subir al 2% esa diferencia.
    La población del Reino Bananero Africano descendería a 24-25 millones para el año 2052, aumentando la diferencia entre Mortalidad y Natalidad al 2%.

    Esto ya no es tan indetectable y sólo puede ser actuando sobre la sanidad y sobre todo sobre los cuidados y atenciones a las personas mayores, a las que se les debe quitar medicinas gratis, operaciones gratis y cuidados gratis de todo tipo.
    Es absurdo que la gente alcance edades tan provectas a costa de la ruina del país.
    Si las pueden pagar eso es otro tema.

    En cuanto a los nacimientos, desde luego toda ayuda a las madres y familias se debe eliminar, la manía natalista debe ser rechazada e incluso las madres que tengan muchos retoños deben ser esterilizadas forzosamente en cuanto pasen de tres hijos sanos.

    Las formas alternativas de sexualidad, tan promocionadas hoy, deben ser aún más defendidas, no digo que sodomizar se haga obligatorio, pero consideren que los LGBT no se suelen reproducir -y por supuesto las fecundaciones asistidas y financiadas gratis por la SS, prohibido total- de hecho Malthus conocía este factor, que llamaba “el vicio” que es un poderoso factor en evitar la reproducción, sin evitar el placer sexual.

    Más en detalle en este artículo
    * Cómo disminuir la población de Sinapia a la mitad en 35 años *
    http://www.armandobronca.com/como-disminuir-la-poblacion-de-sinapia-la-mitad-en-35-anos_16495/

    O se disminuye la población por este método suave y casi imperceptible, o morirán millones en una guerra fratricida.
    Elijan, porque no hay otra alternativa.

  3. Unas preguntas para el autor del post.

    ¿Cómo podemos conseguir un decrecimiento ordenado y sin caos social con propuestas de izquierda que promueven y defienden la acogida y llegada masiva de inmigrantes sean de la procedencia que sean?

    ¿Cómo podemos lograr decrecer en un mundo donde cada año la población aumenta en 80 millones de personas? ¿Cuál es la solución? meterlos todos en Europa hasta que reviente?

    ¿Usted cree que una religión y una cultura como es el islam puede entender que sea necesario un control en las tasas de natalidad?

    ¿Qué opinan los de izquierda sobre el holocausto y genocidio blanco en sudáfrica? y la expropiación de tierras a blancos?

    1. Supongo que Alex ignora que durante la revolución de Bolívar, la de verdad, dio su consigna:
      -“Morirás, español, aunque seas inocente” !!
      Y por supuesto la orden de Artigas, en las Instrucciones del año 1813
      — “Confiscará Ud. las tierras de los malos españoles y peores americanos, enemigos de nuestra revolución, y las repartirá entre los criollos pobres, los mestizos y los zambos, atendiendo al sagrado principio de nuestra revolución, ¡que los más infelices sean los más privilegiados!”

      En Sudáfrica los blancos les robaron las tierras a sus legítimos dueños naturales, los negros -de diferentes etnias- y los masacraron en campañas de exterminio, que la fina sensibilidad de los fascistas españoles y europeos, como el Alez, consideran sin importancia, así que se dio vuelta la tortilla, rapaz.
      Tiene tan poco interés para nosotros como las masacres en Siria, pero es un punto que los nazis en Europa cada tanto revuelven.

      Que les den, yo conozco a los rhodesianos y sudafricanos y son unos hijos de mil putas todos ellos.

  4. Visto el resultado holandés hay que reírse del troll que viene acá, a El País, en fin es troll profesional y señalar esto en twitter:
    Arturo Pérez-Reverte‏ @perezreverte

    Como dijo ayer @edugalan, “también hay que dar libertad de expresión a los idiotas, porque así los identificamos antes”.

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