Oskar Lafontaine dice que los alemanes han hecho dumping con los salarios y que ello ha provocado los desequilibrios en la Eurozona. Es una explicación sencilla y atractiva, pues significaría que sencillamente con que los alemanes subieran los salarios a sus trabajadores los desequilibrios de la Eurozona se corregirían. Sólo tiene un problema: que no es cierta.
Veamos el porqué. El peso de la mano de obra en la industria alemana ronda el 8% de su facturación.
Los ULCs (costes laborales unitarios) de la industria alemana pasaron de 107.6 en 1999 a 101.9 en 2008. Es decir, una bajada del 5.3%.
Comparemos con Francia. En ese mismo período los ULCs de la industria francesa pasaron de 102.4 a 106.2, es decir, una subida del 3.7%.
Según el amigo Lafontaine eso justificaría que la balanza comercial francesa pasara de +810 millones de USD a -8.330 millones de USD, mientras que la alemana pasó de +5.760 millones a +21.630 millones.
Veamos si es posible:

Repercusión de los costes laborales en la industria alemana : 0.053*8=-0.42%
En la francesa: 0.037*8=+0.3%
Veamos, ¿Nos está diciendo este señor que un desalineamiento en costes de un 0.7% ha provocado esos desequilibrios comerciales?
En este mismo período las exportaciones francesas crecieron un 89%,mientras que las alemanas lo hicieron un 166%.
Si la “hipótesis” del señor Lafontaine (que obviamente no va a ganar el Nobel de Economía) fuera cierta, significaría que la elasticidad precio de las exportaciones franco-alemanas rondaría -100. Pero es bien sabido que las exportaciones de estos países tienen una elasticidad precio muy baja, en torno a -0.3, nada menos que ¡300 veces! menor que lo que requeriría la absurda justificación de este político.
La auténtica razón de que la industria alemana se haya comportado tan bien durante esos años es otra bien distinta. Han innovado, han desarrollado productos mejores y han desplazado a la competencia.
Pero eso significaría que la situación sencillamente no se puede corregir, que los ajustes deflacionarios, inflacionarios o de cualquier otro tipo fracasarán, que la Eurozona está muerta y con ella los cargos de tantos burócratas parásitos. Supongo que esa realidad es demasiado dura de aceptar para muchos.